Qué Graciosa! Béseme (Sebastian Michaelis Y Tú)

⚪⏺️XxX - 8⏺️⚪

– completa – musitó-

-Y-yo... no... no quiero – se quitó la manta, se sentó y me tomó de las muñecas -

-Sé que no le gustará esta parte de mi, pero, le daré este día entero, desde ahora, las 1 de la noche, hasta las 1 de la noche de mañana, si cree poder ser mi Maid de esta manera, adelante, no le diré que no, pero, si se niega a hacer cualquier actividad, se convierte automáticamente en mi novia -

-Cuál es la diferencia entre una y otra? - no parecía feliz -

-Que yo voy a arrepentirme de todo lo que haga con usted, y si es mi novia, todo lo que ocurra tras esa opción son un disfrute al paladar -

-O-osea...

-Maid, yo dándole algo que sé que no va gustarle, tanto como sabor, como Apariencia, Novia, yo dándole algo que se ve bien, se disfruta y hace unas leves cosquillas que la harán dudar al principio y al final el éxtasis -

Fue hacia el gancho de mi sostén y me lo quitó para luego tirarlo hacia algún sitio, me tumbó en la cama para luego besarme algo brusco, me tocó los pechos con una mano y con la otra quitó mis bragas, bajó a mi cuello y lo mordió ganándose un pequeño grito de mi parte cuando comenzó a chupar.

Me dió vuelta y lo sentí quitarse los bóxers, lloriqueé cuando lo sentí detrás.

Siguió besándome, como quisiendo que le negase.
Ahí mismo, caí en cuenta que él no quería hacerme daño.

Cuando entró un poco lancé un grito, me cubrió la boca, sin embargo, siguió con besos en mi cuello, chupó por donde deseaba, la comenzó a meter cada vez más rápido.
Añadió embestidas que dolían de sobremanera, en un momento, hasta yo me cubrí la boca para no gritar, él parecía apenado, daba pequeños besos en mis labios, cuello y mejillas, como tratando de recompensar el daño hecho, incluso lo oí decir, en un susurro casi inaudible,lo siento, solo un poco más.

Al quitar su pene de mi, lo vi vestirse de la parte de abajo, salió de la cama y se fue para el armario, volvió a los segundos con unas esposas.

-N-no, no...

-Qué ha dicho? Se ha negado?-

-no le diré que no, pero, si se niega a hacer cualquier actividad, se convierte automáticamente en mi novia -

-No, no he... No he negado - una lágrima se escapó, la quité rápidamente cuando lo vi ponerme las esposas en las muñecas, me sacó de la cama y me hizo arrodillarme enfrente de ella, me esposó a la pata de aquella cama.

-Buenas Noches - dijo como un susurro y se acostó a dormir-

Juro, que en otro de aquellos momentos lo oí decir; lo siento, tú lo quisiste.

Pasé la noche allí, yo sabía que él no estaba dormido, pero tampoco quise decir algo.

No pude dormir, tenia frío, demasiado frío, me agradaba hasta ese punto.

Me relami los labios sintiéndolos helados.
Me dolía en mi parte baja, había sido mi primera vez, Sebastian había sido demasiado brusco, pero a la vez, de verdad sentía que no quería hacerme tal daño, lo sentía aún despierto.

Siete horas, yo había podido dormir algo, creo, la verdad sentí que había estado todo aquel momento despierta, pero el dolor en mi cuello me había dejado en claro que en realidad, sí, había dormido aunque sea unas horas.

Él se despertó, al mirarme, lo vi apenado.

-Rindase, tiene los labios azules, ese color le queda tan hermoso, pero en este caso no - suspiré y apretando los labios negué.