¿De que valio todo esto? ¿Para qué tanto esfuerzo? Tantas esperanzas, tantas alegrias, tantas promesas rotas, para tener el mismo final: Una vida sin ti.
_______________________________Narra Daniel
Antes de que Sofia se quedara dormida por los medicamentos me pidió que vaya a firmar los papeles del contrato para comenzar mi entrenamiento. No estaba seguro de continuar con esto ya que no queria separarme de ella ni un solo segundo. Pero, si de algo estoy seguro es de que quiero complacerla y hacerla feliz en este poco tiempo que le queda. Así que me despido dandole un beso en la frente y dejandola en aquella habitación junto a sus padres.Una vez entro al auto de Sofia me encuentro con mis pensamientos. Entonces no aguanto más y me quiebro por completo. Comienzo a darle golpes al volante, comienzo a llorar y a gritar como un bebé. No podía aceptarlo. Sofia, mi hermosa Sofia, la mujer de mi vida y la dueña de mi corazón. La única persona que le da luz a mi vida, iba a morir. La perderé para siempre y no puedo hacer nada para salvarla. Me siento tan inútil en este momento. Haría cualquier cosa por ella, pero nada de lo que haga podrá salvarla de esa maldita enfermedad. Se supone que iba a estar bien y que viviría. Pero de la nada, todo empeora. Todo se vuelve un caos y un profundo abismo oscuro sin fin, el cual caeré. De todas las personas de este mundo, la menos que se merece un final así, es ella. Ella es tan perfecta y tan hermosa, es toda una reina.
Aún recuerdo la primera vez que la ví en aquel parque. Iba todas las mañanas sin falta a correr y yo solo me dedicaba a observarla. Dios se veia tan hermosa. Recuerdo como todas las tardes iba a la libreria por un nuevo libro. La primera vez que le hablé, sentía que mi corazón se me saldría del pecho, pero fue tan amable y simpática conmigo. Recuerdo nuestra primera cita, fuimos al cine y vimos Bajo la misma estrella y desde ese momento se convirtió en nuestra película. Recuerdo ese primer beso bajo la lluvia, haberselo robado fue lo mejor que hice. Aquella primera vez en que estubimos juntos. En ese momento, cuando nos entregamos cuerpo y alma, fuí el hombre más feliz del mundo. Pensé que tal vez, solo tal vez, podiamos tener una vida juntos. Una vida feliz e inperfectamente perfecta. Ya casi cumplimos 4 años de aquella promesa que nos hicimos. La promesa de crear nuestro propio infinito, la promesa de que pasara lo que pasara, siempre nos íbamos a amar, que juntos cumpliriamos nuestros sueños, que juntos íbamos a estar hasta el final de nuestras vidas. Pero lamentablemente no será así.
Se acerca su cumpleaños, su último cumpleaños y tenia planeado pedirle matrimonio. Tenía la fé y la esperanza de que nos casariamos algún día, que la llamaria mi esposa y que juntos creariamos una hermosa familia. Pero eso ya no importa. Nada de lo que queramos o soñemos importa. Todo se ha ido a la basura. Es tan injusto. ¿Por qué tú, Sofia? No puedo perderte, no lo soportaría. Ni siquiera puedo imaginar cuándo llegue el momento en que tu corazón deje de latir. De solo pensarlo me destroza el alma haciendola senizas. El día que te vayas, te llevarás mi vida contigo. Que Dios me lleve a mi tambien porque yo no quiero vivir sin mi Sofia. ¿Como sonreír?, si mis alegrias son de ella, ¿cómo seguir viviendo?, si mi vida es de ella. ¿De donde sacaré la fuerza que necesito? para continuar sin mi motor, sin mi corazón.
Trato de calmarme, enciendo el auto y me dirijo al edificio Thomson. Al llegar, subo por el elevador hasta llegar al piso 23, la oficina del Sr. Thomson.
-Lamento llegar tarde señor, es solo que pasó un emergencia con mi novia.
-No se preocupe Sr. Evans, después de todo, estaba en una reunión. Espero que su novia se encuentre bien.
-Yo quisiera lo mismo.
-Bueno, retomando el tema de negocios, llamaré a mi secretaria para que busque los papeles del contrato.
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Paro Cardiaco
RomanceHola, soy Sofia Brown y esta es mi historia. Nací con deficiencia cardiaca. Los doctores no me daban muchos años de vida. Iba a llegar un momento en que mi corazón dejaría de latir. Solo sobrevivía a mi enfermedad hasta que llegó Daniel Evans y por...