Capítulo XVII Final

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***Tiempo pasado***

-Viviremos en un barco- le había dicho Siwon de repente esa noche mientras la abrazaba después de hacerle el amor.

Esa tarde una turba de fotógrafos y reporteros la habían intersectado a la salida del hospital donde decidió hacerse los exámenes médicos para el control de su reciente embarazo.
Las fugaces luces de sus cámaras fotográficas y de vídeo la tomaron por sorpresa y los reporteros le cerraban el paso. De no haber sido por su chofer, el señor Lee, habría caído de bruces dándoles el espectáculo que tanto querían. Llorando le contó a su esposo lo que había pasado.

Siwon la abrazo con fuerza conteniendo la rabia que sintió.

Un par de días después los reporteros habían sido despedidos de sus trabajos e indemnizados conforme a la ley.

***Tiempo presente***

Elena y su pequeña bebe descansaban sobre la cubierta del yate.
Siwon enfundado en unos pequeños shorts de algodón auxiliaba al capitán.

El cuerpo atlético y marcado de su esposo lucia un increíblemente bronceado y unas pequeñas gotas de sudor bañaban su pecho desnudo.
Siwon se recostó a su lado, entrelazó sus dedos con los largos cabellos de su nuca y la acercó para besarla con pasión.
En medio de ellos estaba su pequeña hija.

-Te dije que viviríamos en un barco- comento apenas soltándola.
-Mmmm, si pero yo imagina algo así mas como el "Perla negra" de "Piratas del caribe"- contesto sonriendo lo cual desató una carcajada en él.
-Vaya que tengo que hacer para alcanzar las expectativas de estas mujeres- dijo sonriendo y  presionando con suavidad las mejillas regordetas y sonrojadas de su hija de seis meses. La pequeña regaló una amplia sonrisa a su padre provocando que el muriera de ternura. La bebe miraba a su padre, lo seguía con la mirada adonde quiera que el se movía y agitaba los brazitos y las piernas para reclamar su atención.

-Quisiera no tener que regresar a tierra- dijo acostándose completamente, sostuvo a la pequeña con las manos poniéndola en alto y luego bajándola con suavidad sobre su pecho, Sun Hee trataba de ponerse de pie sobre el fuerte pecho de su padre.

Después de que naciera su hija, el tuvo que regresar a Corea por la extradición de Laura, fue algo duro para él tener que proceder legalmente contra ella pero ahora no solo tenia que cuidar a Elena ahora tenia a su hija y no dejaría que nada ni nadie tratara de dañarlas.
Se había tomado un par de semanas para descansar, las mismas que llevaban en alta mar. Esa era su última noche en el barco.
Elena fue al camarote, baño a Sun Hee, le dio su biberón mientras le cantaba una canción de cuna la hizo dormir. Después de eso se ocupo de ella misma, dándose un baño y cambiándose la ropa subió a buscar a su esposo.

Nunca esperó lo que encontró. El barco tenia luces alrededor y había dispuesto una botella de champán y frutas tropicales a la luz de las velas.

Cuando Siwon vio su rostro sorprendido, llevándose las manos a los labios supo que lo había hecho bien.
-Te ves hermosa- le dijo yendo hasta ella tomándola de las manos, la hizo acercarse. Su vestido color dorado tenia los hombros descubiertos, haciendo relucir su bronceada piel, el cabello de Elena flotaba libre resplandeciendo a la luz de las velas. Le rodeo la cintura con los brazos aspirando su aroma en uno de sus hombros.
-¡Oh Siwon! - atinó a decir abrazándolo también, recorriendo su espalda con sus manos- gracias mi vida- se apartó de él para besar su mejilla y acariciar su cabello tan negro como el cielo sobre sus cabezas.
-Es nuestra última noche así que quise que fuera especial.—Siwon le tendió una copa con frío champán que ella recibió.
-¿como es que siempre haces estas cosas sin que yo me entere? Dios, yo nunca hago nada por ti- de momento se sintió la peor esposa del mundo, él siempre era detallista y considerado, siempre le daba sorpresas como esa, a pesar de ser un hombre sumamente ocupado siempre, siempre se daba tiempo para hacer de algo simple, algo especial, como esa última noche en el yate, por la mañana estarían regresando a California.
-¿Te parece poco hacerme feliz, haberme dado una hija tan hermosa como Sun Hee? Mi vida cambio desde el momento justo en que pusiste los pies en mi casa. ¡Dios! No tienes nada más que hacer por mi.— levanto su copa— de ahora en adelante seremos solo nosotros tres, o cuatro o cinco —Elena río — por que, quiero que me des mas hijos. No dejare que nada ni nadie interfiera en nuestra vida. Decidimos comenzar nuestra familia en un nuevo país y aquí estamos, te haré feliz, te voy a amar siempre, a ti y a mi hija, ustedes son mi motor, son todo para mi y haré hasta lo imposible para protegerlas siempre. Te amo Elena.— Elena seguía abrazada a él mirándolo directamente a los ojos, escuchándolo con atención.— mi vida era nada hasta que tu llegaste a transformarla.

Por ti.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora