Capítulo Cinco

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Distrito Karanese.

Naomi había experimentado el miedo antes, pero la sensación escalofriante que se clavaba en su estómago y le causaba náuseas, era un terror que no había vivido jamás.

¿Por qué? ¿Porque los dioses la castigaban de esa manera? Se atrevió a pensar que la vida por fin podría ser feliz para ella, tener esperanza, pero siempre le quitaban algo.

Entre sus dedos temblorosos sostenía un folleto amarillento y arrugado, el único que le habían dado entre el tumulto que se desencadenó esa mañana en los puestos de mercaderes, al llegar un mensajero real.

El alboroto inicial le llamó la atención y por eso corrió hacia los puestos para ver qué es lo que sucedía. Mucha gente se agolpaba en torno a un hombre que gritaba a viva voz palabras que ella no llegaba a entender del todo, pero cuando se acercó al gentío, vió las grandes letras del folleto que llevaba el hombre en su mano.

ATAQUE AL MURO MARIA

LOS TITANES AVANZAN

-¡Han atacado el muro!-gritaba el mensajero- el Muro Maria ha caído a manos de un titan colosal. Las Tropas de Reconocimiento están tratando de frenar el avance de las oleadas aunque hay pocas probabilidades de éxito.

-No- dijo ella abriéndose paso entre la gente entre codazos y patadas para llegar hasta el mensajero y esos valiosos folletos que llevaba.- No puede ser, Levi...-

-No puedo creer que hayan atravesado el muro, era imposible- sollozaba asustada una mujer de mediana edad a lado de Naomi, quien sólo tenía los ojos puestos en el hombre.

-¡Oye!- gritó la niña para hacerse oír mientras tironeaba del pantalón del mensajero- ¿Qué se sabe del Comandante Smith y sus tropas? ¿Dónde se encuentran ahora?

-Nadie lo sabe, el último reporte fue desde el Distrito Quinta.

-Quinta, Distrito Quinta- murmuró Naomi, tratando de recordar- Eso queda al norte del Muro Maria ¿Verdad?

El hombre asintió y le dió un folleto, la niña se llevó el papel al pecho y lo aferró tan fuerte que arrugó todo el papel en el camino a su habitación.

"El último reporte fue en Distrito Quinta." pensó mientras corría escaleras arriba "Por los Dioses, Levi eres un idiota. No te atrevas a morir"

Y en la seguridad de su cuarto, Naomi se tomó su tiempo de leer el folleto con calma. La tinta se había corrido y volvió poco legible el texto pero aún así, ella entendió todo perfectamente.

El folleto cayó en su regazo mientras los ojos de la joven observaba el horizonte, tratando de evitar derramar lágrimas de desesperación, pero no lo logró.

No quería quedar sola, no otra vez. Los recuerdos de una casa fría y solitaria volvían a su mente. Donde ella ya no podía escuchar la risa de su madre o los arrullos de su padre, y por mas que lo intentara, ellos no despertaban y sus cuerpos se tornaban cada vez más fríos, más quietos.

Imaginar que el cuerpo de Levi, ese cuerpo que se dejaba abrazar por ella, que era cálido y olía tan delicioso, que chasqueaba la lengua cuando ella no se lavaba las manos o sonreía sutilmente cuando llevaba el botín del día a la mesa, ese cuerpo estuviera frío y paralizado en algún lugar solitario del muro con su mirada perdida, sin ver nada más que oscuridad, le causaba un terror que la dejaba sin aliento.

No, su Leví era fuerte, era indestructible. Él no dejaría jamás que se quede sola Le había prometido que la cuidaría y no era la clase de hombre que rompiera sus promesas. Él la salvaría, aunque tuviera que matar a todos los titanes del mundo; se lo había prometido, que volvería a ella.

Anything but LoveDonde viven las historias. Descúbrelo ahora