Capitulo 27 - Hijo

1.5K 125 59
                                    

Narra Christopher

Espero pacientemente durante casi un mes ver a mi hijo, como es la vida.... antes prefería que las nanas lo cuidaran y yo estar lo más lejos posible de los pañales sucios y los juguetes tirados y hoy muero por verlo y tocarlo.
Me ha costado muchas peleas con Ana tener que quedarme más del tiempo previsto acá, casi se vuelve loca cuando le dije que había recuperado la memoria, y no precisamente de felicidad, simplemente se puso histérica porque dije que quería recuperar a mis hijos.
Pero bueno aquí estoy contando cada ahora, cada minuto, cada segundo para encontrarme con él, también espero verla a ella, hace mucho que no veo a mi Dulce, tan bella como siempre con esa sonrisa encantadora que ha heredado nuestra hija.
Quedamos en que llevarían a Benjamín a un parque cercano a su casa y nos dejarían a solas para evitar que el pequeño se sienta presionado..... hace unos días cumplió años y otra vez me perdí su fecha especial, otro año en que otro festejaba a su lado y al que le decía papá.... le compré varios regalos pero en realidad no sé cuáles son sus gustos ni nada de él, espero que no me rechace porque sería un golpe que no podría soportar..... y todo por mi maldita culpa, mi maldito orgullo y mi maldita forma de ser.
Camino por el parque minutos antes para encontrar un lugar especial y poder hablar tranquilo y sin interrupciones con él. Encuentro una banca que está debajo de un árbol y da buena sombra, los juegos están enfrente pero lo suficientemente alejado para que no escuchen lo que estamos hablando.
Espero pacientemente la siguiente media hora, cada minuto era una tortura y no hacía más que pedir que llegara la hora para verlo..... minuto a minuto veía el reloj el cual parecía que no avanzaba y que había quedado estancado en el tiempo y el espacio.
A lo lejos vi un carro parquearse, definitivamente no era el de Dulce, lo había visto cuando estaba en el club y no era el mismo modelo.

Otro Narrador

En otro lado del parque, acababan de llegar al encuentro Benjamín y Pablo, el primero estaba notablemente nervioso y no había hablado desde que había salido de su casa junto con su padre.
— Qué tienes Benja? Ya no quieres estar aquí?

— No es eso papi es que me duele el estómago—dice el pequeño tocando su barriguita.

— Son los nervios campeón, pero tranquilo que Christopher no es malo.

— Está bien pero me das la mano y no me sueltas?

— Si, vamos a buscarlo, debe de estar por aquí.

Narra Christopher

Me sorprendo cuando veo a Pablo acercarse de la mano de mi hijo, el cual agarra su mano fuertemente como si tuviera miedo de estar conmigo..... se me retuerce todo por dentro y trato lo más que puedo aparentar calma aunque me muera por dentro viendo que es el que tiene el Amor y la confianza de mi niño.
— Hola Christopher buenas tardes.

— Pablo— le devuelvo el saludo y veo que el pequeño todavía no suelta sus manos que de forma protectora rodean sus hombros .

— Hola Benja soy Christopher, tu papá — dije poniéndome a su altura.

— Hola Christopher— dice finalmente, y se me encoge el corazón cuando me llama por mi nombre como si fuera un extraño.

— Ya es hora de que me vaya, quedamos en que estarías aquí con Christopher el tiempo que quieras para que se conozcan ok?

— Papi pero si me quiero ir vienes por mí?— no hemos cruzado más de cinco palabras y ya está pensando en irse, que bien empiezo mi relación con mi hijo.

Todo de TiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora