Capitulo 56 - Traidores

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Narra Dulce

Siento como un fuego crece poco a poco en mi interior y no precisamente del que están pensando, la rabia crece y va subiendo como la lava..... las ganas que tengo de ahorcarlo por gritarme son enormes.
— Dul por favor no quiero que volvamos a discutir y menos porque está vez están los niños de por medio.
— Llévame a mi habitación Christopher — le digo colérica.
— Dirás a nuestra habitación — me responde el alzando una de sus perfectas cejas.
— Me vas a llevar si o no?— no sé cómo puedo notar lo guapo que es cuando en realidad quiero ahorcarlo.
— No te alteres más... ya te voy a llevar— me toma en brazos y sube las escaleras.
— Déjame aquí, yo puedo seguir con la silla el resto de recorrido — si, soy una berrinchuda y que?
— No me cuesta nada llevarte hasta la habitación — pataleo para que me baje y finalmente lo hace.
— No si no te cuesta nada muchas cosas..... no te cuesta nada gritarme de eso estoy segura.
— Dul ya te pedí perdón qué más quieres que haga?— se pasa desesperado la mano por su cara
— Nada.... no hagas nada que es lo mejor que sabes hacer— eso pareció herirlo un poco por la forma en que me miró.
— Dulce por favor no pienso discutir, ya me disculpé, te pedí perdón por haberte alzado la voz, qué más quieres cariño?
— Que me dejes en paz eso quiero, ahora quítate del camino que pretendo ir a descansar— Chris se hizo a un lado y yo..... yo solo quería que me siguiera rogando, le era tan difícil comprender eso? Oseaaaa estoy así porque el me embarazó, llena de hormonas bipolares como él. Cuando llegué a la habitación, volteo a ver si venía tras de mí, pero no el muy idiota ya ni estaba en el pasillo.
El resto de la tarde me la pasé extremadamente aburrida, pueden creer que no ha venido a verme..... ni siquiera para confirmar si estoy bien o me morí... es un desconsiderado.
Ni siquiera los niños me han venido a ver, o a robarse parte de la cama, yo que vivo quejándome de que pasan encima mío.....no saben cuánto odio estar tan emocional.
Los antojos por comida empiezan a aparecer.... a falta de sexo, pues a algo más me tengo que dedicar, llamo por teléfono al servicio y pido que me suban comida, la curiosidad puede más que yo y tengo que preguntar por él.
— Sabes donde está Christopher?— me muerdo una uña esperando su respuesta.
— El señor Christopher está en la habitación del niño Mateo, creo que se ha puesto algo indispuesto— ósea mi hijo enfermo y yo sin saber nada....
— Y por qué nadie me dice nada? Se les olvidó que yo soy la dueña de la casa y que siguen teniendo que darme cuentas.
— Señora lo siento..... es que el señor nos pidió que no la molestáramos y que él se encargaría del niño.
— Está bien.... lo siento por alterarme, pídeles por favor que me traigan lo que te pedí— cuelgo e inhalo y exhalo para controlar mi rabia, ahora se las quiere dar de dueño y señor, hasta disponiendo sobre mis hijos.... que va a saber él de cuidar un pequeño si a duras penas ha cambiado un solo pañal en su vida.
Ruego porque la cámara del cuarto de Mati esté encendida y que hayan puesto el intercomunicador en algún lugar de esta habitación, me bajo de la cama y me acomodo en la silla de ruedas, busco en los cajones de la mesa de noche y no encuentro nada, busco en el otro mueble enfrente de la cama al fin lo encuentro, lo enciendo y espero que parezca la imagen en la pantalla.
Me enternece la imagen que veo y toda la rabia se me va al piso..... si, así de fácil paso del enojo al amor.... ya se ya se, no saben cómo Chris me soporta, ni yo lo sé pero quien lo manda a embarazarme, ahora que se atenga a las consecuencias.
Chris y Mati se llevan muy bien, no al punto de amarse como Lúa y Pablo, pero si van por buen camino.... me enternece verlo jugar con él, me quedo como embobada, me traen toda la comida que pedí y los observo por la cámara como si de una película se tratara..... no sé cuánto tiempo pasa, seguro y me quede dormida viéndolos, estoy viendo la imagen más hermosa del mundo, Chris arrulla a Mateo tratando de que se quede dormido, eso me sorprende porque ni siquiera a Benjamín durmió ni una sola vez.
Decido dejar de verlos y concentrarme en hacer algo productivo, quizás trabajar un poco me ayude a distraerme un poco, pasan las horas y logro terminar algunas cosas que tenía pendientes, miro la hora que es y de seguro deben de estar sirviendo la cena, nadie ha venido ha verme, todos son unos traidores incluyendo a mis propios hijos, ya que no se acuerdan de mí entonces yo no me voy a acordar de ellos, pido que me suban algo de comer y me devoro todo lo que llevan.
Una idea cruza por mi cabeza y me río con lo que se me acaba de ocurrir, se llevarán una gran sorpresa cuando lo vean.

Todo de TiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora