CB-MS

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  Tres. Cuatro. Cinco intentos después Chester pudo abrir la puerta de la casa ya que se encontraba presionado contra ella debido a que Mike estaba devorando sus labios. Ambos entraron sin separar sus bocas, Chester tironeando de la camisa de Mike y Mike de la remera de Chester, dispuestos a arrancarle al otro la tela molesta que lo cubría. Chester apenas pudo tirar las llaves en una mesa y Mike pateó la puerta para cerrarla tras él.

Chocaron contra una pared, otra vez Mike acorraló a Chester, lamió, besó y mordió sus labios con pasión, sintiendo su erección cada vez presionar más contra sus jeans debido a los gemidos que Chester producía cada minuto. Mike tenía sus manos presionadas contra la pared a la altura de la cabeza de Chester, mientras que el otro tenía ambas manos en la parte trasera de Mike trayéndolo más hacia su cuerpo juntando sus erecciones de a ratos, produciendo gemidos en ambos.

Entre besos y mordidas, Chester empujó a Mike contra la pared de en frente y ahora era quien lo tenía acorralado. Las manos de Mike parecían estar desesperadas queriendo tocar cada parte de Chester, así que sonriendo, Chester tomó a Mike por las muñecas y levantó sus brazos por encima de su cabeza, evitando que pudiese moverse. "Mmm, Chester... por favor" lloró Mike, disfrutando y odiando al mismo tiempo los juegos de Chester.

Chester sonrió una vez más y puso su pierna entre las de Mike, levantó la rodilla y lentamente comenzó a crear una fricción entre ella y la erección de Mike quien ahora ya casi no podía respirar. "Que impaciente, Mikey" dijo Chester sonriendo maliciosamente y bajó sus labios al cuello de Mike, besando, lamiendo, mordiendo, sin frenar los movimientos de su rodilla y sin dejar ir las muñecas de Mike.

Mike gemía constantemente, lo único que se podía escuchar en el cuarto eran las respiraciones agitadas de ambos y el ruido de los labios de Chester besando una y otra vez la piel expuesta de Mike. "Si sigues haciendo eso voy a acabar antes de empezar, Ches" dijo Mike con los ojos cerrados, no quería que Chester deje de hacer lo que estaba haciendo, pero sabía que si continuaba haciendo eso no iba a poder ir más lejos.

"¿Cuál es tu apuro?" preguntó Chester y bajó su rodilla para reemplazarla con su propia erección, "¿Nunca lo hiciste más de una vez en una sola noche?" susurró Chester en la oreja de Mike y luego puso el lóbulo entre sus dientes seductivamente. Mike sintió sus rodillas aflojarse y si no fuese porque Chester estaba presionado contra él, probablemente se hubiese caído al piso. Amaba que Chester fuese así de dominante con él y tomara el control, definitivamente lo dejaría hacer lo que quisiera con él.

"Al menos déjame tocarte" susurró Mike. Sus manos ya ardían, quería tocarlo, sentir su piel bajo su tacto. Chester sonrió y dejó ir las manos de Mike, pero sólo para tomarlo del borde de los jeans y arrastrarlo hasta la cama. Mike sonrió también y lo siguió a Chester hasta donde el otro quisiera llevarlo. Chester cayó sobre la cama cuando sus tobillos golpearon el borde y Mike se tiró encima de él sin perder el tiempo, disfrutando que ahora sería él el dominante.

"Fue mucha tortura la que me hiciste pasar recién" dijo Mike con sus manos a los costados de la cabeza de Chester una vez más y su cintura pegada a la del otro. Chester sonrió, "Sabes que te encanta, Mikey" sonrió y levantó un poco más la parte baja de su espalda para que sus erecciones se encontraran más aún. Ambos gimieron y al mismo tiempo, Mike bajó la cabeza para besar a Chester y Chester subió la suya para hacer lo mismo.

Mike comenzó a moverse arriba de Chester creando una fricción que tranquilamente podría volver locos a los dos, disfrutando como su cuerpo se amoldaba perfectamente con el de Chester, como si su destino fuese el de estar juntos constantemente. Chester bajó sus manos a la parte trasera de Mike una vez más y apretó con fuerzas, para darle a entender a Mike que necesitaba más de él y el otro, obviamente, iba a otorgárselo.

PROFUGODonde viven las historias. Descúbrelo ahora