Sinceridad

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Ambos estaban sentados fuera del club, con las espaldas contra la pared de las afueras del lugar. La calle estaba desierta y no había un solo alma por allí. Afortunadamente para los dos, que estaban desabrigados, la noche estaba cálida y tranquila. El único lugar en el que no había tranquilidad allí en realidad era dentro de sus cabezas.

Brad y Elisa no tenían ni idea de lo que estaba pasando fuera del club. Ambos estaban adentro bailando y perdidos entre ellos, mientras que Mike y Chester estaban teniendo un ataque emocional, sin saber para dónde correr.

Luego de haber leído el mensaje de Anna, Mike se había deslizado por la pared hasta terminar sentado en el suelo. A Chester le había asustado tanto esta reacción que antes de preguntarle a él que le pasaba, tomó el celular en sus manos para leer él mismo los motivos por los que Mike acababa de colapsar de esa forma. En ese momento sintió que el mundo se desmoronaba a su alrededor, ahora con un hijo probablemente Mike iba a elegirlo antes que a él, y no podía culparlo por eso. Un hijo es un hijo.

“¿Qué vas a hacer?” preguntó Chester mirando a Mike con tristeza. Mike tenía la mirada perdida en la nada, todavía le costaba asimilar el hecho de que Anna estaba embarazada. Sin embargo, no le sorprendía. Lo venían intentando desde hace meses, a pesar de que había frenado desde la llegada de Chester.

Era cuestión de tiempo para que al final tanto esfuerzo diera sus frutos. “No sé” susurró Mike todavía mirando al vacío.

Chester suspiró y llevó la mirada a sus manos, viendo como sus dedos jugaban entre sí.

Mike levantó la vista y miró al cielo, estaba completamente estrellado y despejado. “¿Sabes?” comenzó a decir, “Me gustaría estar allí arriba, ser una estrella”.

Chester sonrió y miró al cielo también. “Cuando era chico y mis padres peleaban me iba a mi cuarto y miraba al cielo, deseando poder estar allá con las demás estrellas, lejos de los problemas del mundo. Sé que es estúpido” dijo sonrojándose.

Sus padres se habían separado cuando él era muy joven y jamás había vuelto a ver a su madre, se creía que había muerto por una enfermedad pero no tenía certeza de eso. Antes de llegar a la adolescencia solía experimentar sueños recurrentes en los que veía a su padre gritarle a su madre y ella a él constantemente, esos sueños lo atormentaron hasta que se vio obligado a ver un psicólogo para que lo ayude.

“No lo es” admitió Chester mirándolo con ternura, “Es adorable”. Mike sonrió y lo miró también, viendo el amor y el dolor al mismo tiempo en sus ojos. ¿Cómo iba a dejar a Chester por Anna? Un chico puede ser criado a pesar de que sus padres no vivan juntos, él había crecido así. Pero a diferencia de su hijo, él tan sólo había sido criado por una persona. Mike sabía que más allá de lo que pasara con Anna, él no sería un padre ausente.

Chester… te esperé tantos años que ahora no podría dejarte ir” comenzó a decir Mike y Chester tragó grueso, “Si yo llegara a elegirte a ti, ¿me ayudarías a ser un buen padre? No quiero que mi hijo crezca sin un padre”. Chester sonrió aliviado, “Por supuesto que sí, Mike” dijo tomando la mano de Mike con la suya, “Elijas lo que elijas siempre vas a tener mi apoyo incondicional”.

Mike sonrió y levantó la mano de Chester besándola delicadamente en los nudillos. “Gracias” susurró cerrando los ojos, sintiéndose aliviado de que al menos tenía a la persona que amaba a su lado. “¿Eso significa que vas a pedirle el divorcio?” preguntó Chester con temor.

Mike asintió con la cabeza, “Sí, obviamente que voy a hacerme cargo de mi hijo de todas formas”. Chester sonrió feliz. “¿Y tú que vas a hacer con Sam?”. “Lo mismo. Ella sabe en realidad que vamos a separarnos, hoy antes de salir me preguntó qué pensaba hacer con nuestro matrimonio”.

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