NUEVA OPORTUNIDAD.

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  Chester llegó a su casa todavía abrumado por el hecho de haber visto a Mike, no podía creerlo, después de tantos años él todavía lo había estado buscando. Y lo que menos podía creer era que se habían reencontrado. No podía dejar de sonreír, no había estado así de feliz por años, y por un lado pensó que era imposible sentir tanta felicidad.

El nuevo semblante de Chester no pasó desapercibido por Samantha, quien ya sabía perfectamente por qué estaba con ese ánimo. "Así que viste a Mike hoy, ¿huh?" preguntó ella con los brazos cruzados, apoyada contra la mesada de la cocina. Chester la miró sorprendido, "¿De dónde sacaste eso?" preguntó. "Me encontré con Brad Delson hoy y me dijo que Mike estaba dando clases de arte justo en el mismo lugar en el que estás trabajando tú".

Chester no dijo nada, no sabía que decir en realidad. "Tomaste este trabajo porque sabías que Mike estaba trabajando ahí, ¿no es cierto?" preguntó Samantha y Chester levantó una ceja, "¿Qué? No, ni siquiera sabía que Mike estaba viviendo en New York". "Chester, por favor, me vas a decir que esto es pura casualidad". "Sí, Samantha" dijo él enojándose, "Sabes perfectamente que todo este tiempo pensé que estaba viviendo en Los Angeles todavía, ¿cómo iba a imaginarme que estaba viviendo aquí?".

"No te creo ni una palabra, Chester. No quiero... no quiero que sigas viéndolo". 

"No me creas, has lo que quieras, pero no puedes prohibirme que deje de verlo, trabajamos en el mismo programa" 

dijo él dirigiéndose al cuarto para cambiarse de ropa y Samantha lo siguió. "Vas a tener que intentar de dejar verlo, Chester". Chester se rió, "¿Por qué habría de hacer eso?". Ella se exasperó, "¿Por el bien de nuestro matrimonio, tal vez?" dijo sarcásticamente, "Prometiste estar conmigo para siempre, Chester. Que no se te olvide".

Chester ahora estaba furioso, ¿quién se creía que era ella para prohibirle ver a Mike? "No, hay algo que a ti no se te tiene que olvidar" comenzó a decirle apuntándola con el dedo índice, "Sabías perfectamente en el momento en que me pediste matrimonio que yo todavía estaba enamorado de Mike y que eso tal vez no iba a cambiar nunca. Si este matrimonio llega a fallar no va a ser por su culpa, ni la mía, ni la de nadie, el problema va a ser que no me supiste enamorar como él y en lugar de eso preferiste revolcarte con dos hombres al mismo tiempo".

Samantha no soportó las palabras de su marido y le pegó una cachetada con la parte trasera de su mano. Chester la miró a los ojos, lanzándole una mirada de odio y se dio vuelta para ir al armario a buscar otra ropa que ponerse. Con el correr de los segundos podía sentir que el calor de su mejilla iba aumentando y suponía que ahora iba a tener una mano marcada allí.

Esa noche Mike fue obligado a dormir en el sofá, tampoco era que él quería dormir al lado de Anna. No después de lo que había pasado. Cuando escuchó que ella apagó las luces y se fue a dormir, se levantó y fue hasta la cocina. No prendió ninguna luz porque no quería que ella comenzara a molestarlo de nuevo. Con la luz de la pantalla del celular iluminó el cesto de basura para buscar la remera de Chester que ahora estaba dividida en dos.

Chester escuchó que Samantha se había ido a bañar, así que se acercó a su bolso a buscar su celular. En lugar del celular, primero encontró las llaves del auto y supuso que ella iba a usarlo para salir. "Sí, claro" dijo él quedándose con las llaves antes de buscar de nuevo el celular. 

Cuando encontró el aparato, lo abrió y buscó en el directorio hasta que encontró lo que buscaba. Brad Delson. Chester creyó que de la felicidad que tenía de haber visto a Mike se había olvidado de pedirle el número de teléfono, pero gracias a Samantha ahora podría conseguirlo. Copió el número de Brad en su celular y volvió al cuarto. Como ella iba a salir con sus amigas, Chester ni siquiera se molestó en irse a dormir al sofá ya que Samantha no iba a estar en toda la noche.

PROFUGODonde viven las historias. Descúbrelo ahora