Hola.
El mensaje le llegó a Fabricio de manera inesperada.
La joven había dejado pasar una semana desde su solicitud, esperando un texto que jamás llegó. Finalmente se cansó de esperar y tomó la iniciativa.
El joven maestro vibró de la emoción.
Hola Beatriz.
La plática no fluyó como ella esperaba, y en lugar de fuegos artificiales, hubo respuestas frías y monosilábicas de parte de su antiguo profesor. Le preguntó de su vida y así descubrió que seguía dando clases. Además, había publicado un libro nuevo, mismo que se ofreció a enviar para que ella pudiera leer. Tiz aceptó sin mucha emoción. Quería leerlo, siempre se había sentido fascinada por su mente. Sin embargo, el resto de la conversación estaba muerta y ella no podía entender la razón.
¿Todavía trabajas en la radio universitaria?
Todavía. Ahora soy el director.
Fabricio pulsaba las teclas de manera sistemática sin dejar de mirar al hombre que hablaba a pocos centímetros de él. El maestro se encontraba en una fiesta que no había absorvido por completo su atención. Beatriz tampoco lo hacía.
A la joven le brillaron los ojos. ¡Ahí estaba su oportunidad de volverlo a ver! Lo único que tenía que hacer era conseguir una invitación a una de las fiestas ocasionales de la radio. Ya lo había hecho una vez, cuatro largos años atrás. Beatriz aún imaginaba ese encuentro de vez en vez, sobretodo cuando por casualidad escuchaba a la misma banda que estaba sonando en la fiesta donde todo pasó. Sonrió de lado y estiró la mano hacia su celular. Abrió rápidamente su lista de música y comenzó a reproducir la misma canción.
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Sobresaliente: Parte II (completa)
Short StoryÉl era mayor que Tiz por 13 años. Tiz tenía 19 y era su alumna en clase de literatura inglesa. Y ambos sabían que no debían involucrarse.