La joven escritora los divisó a lo lejos y decidió ignorarlos. Continuó bailando y dando largos tragos a su bebida. Una vez que estuvieron demasiado cerca para ignorarlos, se volteó hacia ellos y sonrió.
Beatriz le resultaba fascinante. Recordaba su rostro de una de las fiestas de la radio, y recordaba aún mejor la forma en la que observaba a su novio.
-¿Quién era ella? - había preguntado a Fabricio una vez que llegaron al piso que compartían.
-¿Quién? - el maestro sabía la respuesta esa pregunta.
Adriana echó a reír. Caminó hacía la cocina y tomó un par de cervezas. Las abrió. Partió una jícama y la colocó sobre un plato, mezclandola con chile molido y limón. Volvió a la sala.
- La niña, Fabricio. La niña bonita que te puso nervioso.
Fabricio se aclaró la garganta en busca de un par de segundos para pensar.
- ¿Estás intentando ganar tiempo? - Adriana se le adelantó.
Ambos dieron largos tragos a su bebida.
- Ella era mi alumna.
Adriana esbozó una mueca. Llevaban poco más de un año juntos, pero ambos sabían que el enamoramiento inicial se había disipado y comenzaban a mostrarse los primeros estragos de una relación fragmentada.
- ¿Y? - ella lo incitó a seguir hablando.
- Nada. No hay nay importante que contar - Fabricio se mostró molesto y finalizó de golpe su cerveza.
- Bien.
Ella se acercó a su novio. Fabricio se había sentado en un sillón individual, dejando como único espacio para ella el descansabrazos. Adriana se sentó allí.
Bebió una vez más y luego ofreció a él la otra mitad de su bebida. Él se la terminó y la colocó ruidosamente sobre la mesa de cristal. Adriana tomó ese movimiento como una señal para deslizarse hasta quedar sobre sus piernas, una a cada lado de sus muslos, y mirándolo de frente. Lo besó, y Fabricio recibió con gusto aquel gesto. La pareja se besó por unos segundos.
- Dime quien carajo es ella - Adriana apretó las mejillas de él con el pulgar y el índice. Continuó sonriendo con los ojos entrecerrados.
- Está bien - dijo él quitando los dedos de ella de su cara. - ¿Quieres escuchar todo?
- Todo.
Adriana se puso de pie.
- Ella era mi alumna. Y me volvía loco.
- Ya sabía - Adriana golpeó el pecho de Fabricio y él, extrañamente, se puso nervioso. - Necesito que hagas algo para que te perdone por tratarme de mentir.
- De eso ya pasaron años ...
-¿Y? - ella le dirigió una mirada pícara. - ¿Te acuerdas de esta canción?
- Claro, niña - Fabricio se levantó y se caminó hacia ella. Adriana bailaba.
"Bebé, hice algo malo, malo" repetían las bocinas. Chris Isaak era lo único que interfería entre la boca de ella y la de él.
- ¿Qué es lo que quieres? - dijo tomándola por la cintura.
- A esa niña.
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Sobresaliente: Parte II (completa)
NouvellesÉl era mayor que Tiz por 13 años. Tiz tenía 19 y era su alumna en clase de literatura inglesa. Y ambos sabían que no debían involucrarse.