El sonido metálico, aunque casi imperceptible, en la mente de Beatriz inundó el ambiente. Aferró las uñas a la pared y apretó los músculos del abdomen.
Lo único que llenaba su cabeza eran colores que rebotaban sin precaución de un lado a otro. El morado se estrelló contra la parte trasera de su cráneo y explotó, cubriéndolo con manchones. Luego, el amarillo rebotó como si fuera una gota de agua. Verde, azul y rojo chocaron contra las paredes y se convirtieron en explosiones.
Fabricio tomó su cadera y la acomodó bruscamente en una ángulo de 90 grados con sus piernas. Acto seguido llevó su índice a sus labios y lo humedeció. Deslizó la yema sobre la espalda de la joven, ahora desnuda después de que él había levantado el vestido, y Tiz se golpeó nuevamente contra la pared.
Luego la habitación se llenó de pintura.
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Sobresaliente: Parte II (completa)
Short StoryÉl era mayor que Tiz por 13 años. Tiz tenía 19 y era su alumna en clase de literatura inglesa. Y ambos sabían que no debían involucrarse.