Capítulo 30

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Narra Lauren

La noche de ayer fue genial, a pesar del incidente con Natalie, lo pasamos muy bien, bailamos, bebimos, nos reímos todos juntos y Camila y yo tuvimos nuestros momentos de amor por supuesto, pero no sé qué me pasa con esa mujer que no me puedo controlar. Acababa de despertar desnuda con ella en mi cama en la misma situación y era totalmente un gusto poder despertar con esas vistas cada mañana. Empecé a acariciarle la espalda suavemente para que se despertara.

- Mi amor, despiértate ya – le susurré dulcemente.

- No quiero es sábado y puedo dormir todo lo que quiera – me dijo ella sin abrir los ojos.

- Venga es ya más del medio día y quiero ver esos ojitos lindos que tienes, que ya los echo de menos – le contesté yo.

- No – me respondió ella con una sonrisa en su boca.

- Con que no ¿eh? – le dije mientras me subía encima de ella y empezaba a hacerle cosquillas.

No paraba de reírse y tuvo que abrir los ojos.

- Ya, Lauren por favor... me muero- me suplicó ella entre risas.

Paré y me quede abrazada a su cuerpo, mirándole a esos ojos recién abiertos que tenía.

- Te amo, Camila – se me escapó sin pensar en voz baja pero es que no podía callármelo ni un momento más.

- ¿qué has dicho? – dijo ella sorprendida y con voz adormilada.

- Que te amo y que eres lo mejor que me ha pasado nunca – le dije yo con más seguridad.

Ella se lanzó directamente a mis labios, besándome con todo el amor que ella también tenía.

- Y por si no te ha quedado claro con mi beso, yo también te amo, estoy perdidamente enamorada de ti, Lauren Jauregui – me contestó ella y sentí que mi corazón iba a explotar de felicidad.

- Camila, ¿a ti te gustaría tener hijos? – le pregunté.

- Uyy ¿qué rápido vas no Lauren? – bromeó ella.

- No, digo ahora pero en un futuro – le contraataqué.

- Sí, Lauren me encantaría y más si es contigo y tienen esos ojos verdes que me vuelven loca, ya serían dos personas las que harían conmigo lo que quisieran... - dijo ella - ¿y a ti? ¿Nunca lo intentaste con Jason?

- No, él quería pero yo sentía que no era lo correcto pero he de reconocer que desde que estoy contigo se me viene cada vez más a la cabeza. Te imagino como madre y sé que serías una madre extraordinaria, Camila – le dije yo.

- Tú también lo serías Lauren y no es por nada pero nuestros niños saldrían preciosos y listísimos – me contestó Camila y las dos estallamos en carcajadas.

- En un futuro lo harán – le contesté yo.

Nos levantamos para preparar algo de comer y el resto del día no hicimos absolutamente nada, ya no éramos tan niñas y después de una buena fiesta necesitábamos nuestro tiempo para recuperarnos. Pedimos una pizza para cenar y estuvimos viendo películas y así pasó el resto del día.

El domingo Camila me propuso ir a la playa a pasar el día a lo que yo acepté gustosa.

- Cariño, voy a comprar algunas cosas al super mientras tu preparas el bolso con las cosas para la playa ¿vale? – me preguntó ella.

- Claro aquí te espero – le dije yo.

Empecé a meter al bolso todas las cosas necesarias para la playa, toallas, cremas de protección solar... no tardé mucho así que me senté en el sofá a esperar a que Camila regresará. Había pasado una hora y aún no había vuelto, me parecía un poco raro porque el super estaba a 10 minutos en coche así que decidí llamarla para ver qué ocurría. El teléfono dio todas las llamadas pero no me lo cogió. Estaba empezando a alterarme pero respiré hondo, quizás se había encontrado con alguien o había algún problema por el camino. Insistí llamándole varias veces pero aunque daba llamada no me lo cogía. Esperé durante dos horas por si volvía o daba alguna señal de vida pero ya estaba empezando a perder la razón y decidí llamar a Dinah por si sabía algo. Ella me dijo que no había oído nada de Camila desde anoche y que venía aquí directa. Estaba andando de acá para allá por todo el piso, me asomaba a la ventana por si veía a Camila venir pero nada. Llamarón a la puerta y tenía la esperanza de que fuera Camila pero sabía que era Dinah.

- Hola Laur, ¿alguna novedad? – me preguntó.

- No – le dije mientras estallaba en lágrimas que ya no podía controlar más.

- Eyyy la vamos a encontrar seguro que está bien y luego nos reímos de todo esto – me dijo Dinah.

- ¿Le has intentado llamar tú también? – le pregunté.

- Sí, pero nada no me lo ha cogido – contestó Dinah tristemente.

- Podemos acercarnos al super y ver si está por allí ¿vale?

- Sí – acepté con resignación, no quedaba otra.

Fuimos en el coche de Dinah y consiguió aparcar, cerca de la puerta del super pude ver el coche de Camila lo que me tranquilizo un poco.

- Di, ahí está el coche de Camila – le dije.

- Ves, seguro que está ahí dentro, vamos – me animó ella.

Entramos al super y empezamos a recorrer todos los pasillos pero no había rastro de Camila. Hablamos con algunos de los empleados que incluso la llamaron por megafonía pero nada. Decidimos preguntar a las cajeras y enseñarles una foto de Camila para ver si a alguna le sonaba. Una de ellas parecía reconocerla.

- Sí, yo la atendí esta mañana, compró un par de cosas y se fue hará unas dos horas – dijo la chica.

- Pero a dónde ha podido ir si ha dejado ahí el coche y no ha vuelto a casa – pregunté yo ya sin saber que pensar.

- Vamos a hablar con la policía Laur – me recomendó Dinah.

Nos acercamos a la comisaría que estaba bastante cerca, por suerte, y explicamos toda la situación, ellos dijeron que hasta las 24 horas no podían hacer nada pero que no nos preocupáramos porque normalmente solían aparecer antes. Volvimos a mi casa y no paré de llamar a Camila, Dinah decidió quedarse por si había alguna novedad. Apenas pudimos dormir en toda la noche. Eran las nueve de la mañana y yo no podía seguir en casa sin hacer nada, tenía que intentar buscarla o hacer algo.

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Quedan 4 para el final 😭

PROFESORAS (Camren)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora