En un tranquilo y tradicionalista condado americano vive Ben Solo quien se siente abrumado por la vida académica y familiar, así como por la oculta intolerancia que tienen la mayoría de sus compañeros y pobladores hacía él.
Su odiosa y miserable ex...
Los últimos meses de preparatoria volaban para todos los jóvenes de ultimo grado. Kylo estaba acostumbrado a la presencia constante del único hijo de los Hux. Su convivencia rindió frutos y ambos sabían sus secretos mutuamente: Hux sabía que Ben siempre odió que su madre le forzara a socializar, que le gustaba el frío, le encantaba estar solo en el bosque, era muy bueno con la guitarra, le agradaban un poco el trío maravilla, dibujaba a ratos, le fascinaba la comida chatarra, se sentía abandonado por su padre, era temperamental, su madre trabajaba casi todo el día, amaba el cine de terror y ciencia ficción, etc. Kylo sabía que Hux era muy serio porqué su padre lo disciplino, odiaba a su madrastra, amaba a su gato, le gustaba la comida saludable aunque a veces sentía tentación por los dulces, le maravillaba ver los peces nadar en el río, era muy perfeccionista y ordenado, a veces fumaba a escondidas, muy vengativo, etc. Los pequeños ratos, travesuras y charlas habían evolucionado a una confianza mutua. Y últimamente Ben tenía un problema que le estaba generando un conflicto emocional muy serio. Era cierto que su mejor amigo hasta ahora era el pelirrojo y que podía contarle lo que fuera, pero por desgracia ese problema lo involucraba. Kylo sabía que estaba mal lo que sentía, que otra vez su psique lo estaba traicionando. No podía estar tranquilo si cada día en clases miraba a Hux más de lo tolerable sin que este se percatara, lo peor venía cuando buscaba contemplar sus ojos verdes y calculadores adornados por unas largas pestañas naranjas como su pelo. Últimamente se peleaban más. Su amigo tenía un olor a desinfectante y café que le tranquilizaba así como cuando lo palmeaba con sus pálidas manos en sus tiempos de depresión. Era sencillo pensar que sólo era el cariño de su amistad el que le hacía ver eso pero había llegado a una conclusión que le dolía demasiado: Le gustaba Armitage. Y eso era desagradable porqué sencillamente era mal visto e incorrecto, porqué él probablemente saldría peor de todo el asunto. Ya no habría nadie de nuevo y perdería lo único que logro construir. Llevaba semanas sin poder dormir bien y cuando salía con Hux se sentía sucio por quererlo. El pelirrojo merecía un trono y una corona, no un inútil transtornado como él. En fin, estaba a días de terminar la escuela y probablemente no se verían al finalizar la vacaciones porqué cada quien tomaba su camino en la Universidad.
El control no había durado mucho y el error había sido cometido al salir de clases ese día. Mientras caminaba a casa con Armitage y pasaban por un tramo lleno de árboles decidió sincerarse. — Hux quisiera hablar de algo personal contigo— exclamó seguro el pelinegro ocultando su temblor y el nudo en su estomago. — Ya decía yo que tenías algo — se cruzó de brazos el pelirrojo con una mirada indiferente esperando a que hablara. — Me gustas — dijo con poco tacto el moreno. — ¿Qué? — contrajo la cara incómodo el pelirrojo. — Que me gustas — le tembló ligeramente la voz a Kylo. — ¿Estás loco verdad? — gritó molesto Hux — ¿Estás estúpido o algo así? , no puedes venir y soltarme eso así como así. — Por favor finge que esto no pasó— intentó reparar con pánico el moreno. — Aléjate de mi — lo empujó el pelirrojo y salió corriendo con una clarisima cara de asco. Y ahí fue donde todo se derrumbo. ¿Qué era peor?, ¿Encerrado y medianamente feliz o liberado e infeliz? El día siguiente a la discusión decidió no asistir a clases, de verdad que no tenía ánimos. No había llorado, no sé lo permitía, sin embargo, aún intentaba asimilar su perdida. Le habían llegado mensajes de los huecos pero no los contestó.
Hux sorprendentemente no estaba mejor que el pelinegro, todo el día se había encerrado a meditar el asunto en su habitación. Su gata había captado el estrés en su cuerpo y se acostó en su regazo. — ¿Qué hago con ese idiota Millie? — le susurro al felino preocupado. No le había molestado que le gustara a su amigo, ni que fueran ambos varones, no ganaba nada negando que también le gustaba un poco Kylo. El problema eran las personas, tenían mucho que perder ambos pero sí no lo solucionaba iba a alejarse del moreno. No le gustaba la última opción. Sus niveles de ansiedad explotaron cuando Ben no llegó a ninguna de las clases y pensaba seriamente en ir a buscarlo pero su orgullo lo detuvo. Estuvo de nuevo en su habitación rodando hasta el anochecer, ni si quiera bajó a cenar por estar preguntándose por el pelinegro. Decidió que por primera vez el tenía que dar el paso. Abrió la ventana del patio trasero para fugarse y buscar al moreno pero cuando tenía un pie afuera vio una gran silueta desaliñada intentando subir. Quiso morir de la vergüenza cuando ambos chocaron las miradas y se dieron cuenta de lo que estaban haciendo. Hux volvió a entrar a la habitación y espero a que el inútil de Kylo subiera, quien estaba entre molesto y divertido. — ¿Qué haces aquí? — habló en voz baja el pelirrojo. — ¿Ibas a buscarme? — susurro esperanzado el pelinegro. — Tenias qué mencionarlo — frunció el ceño Armie. — Por favor sigamos siendo amigos— le extendió la mano Kylo. — Quiero que te calles cuando escuches lo que te voy a decir — susurro aún más bajo el pelirrojo y Ben asintió — acepto tus sentimientos pero debemos tener cuidado de no ser descubiertos, ¿De acuerdo?— amenazó Armie y el pelinegro no podía creer lo que estaba escuchando, asintió por reflejo, claramente sintiéndose reconfortado después de los tristes casi dos días. — Nadie lo debe saber — agregó Ben evitando hacer ruido. Kylo estaba nervioso por lo que iba a intentar, para su suerte Armitage supo interpretar su lenguaje corporal y sólo se tensó un poco cuando acercaron sus labios. Al momento de apartarse se miraron a los ojos y el pelirrojo susurró — Fuera de mi habitación — Ben salió disparado para llegar antes que su madre. Se sentía mejor que nunca.
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