Las horas de boxeo pasaban mucho más rápidas que las de vóley. Sintió que había el tonto durante todos los años de esfuerzo, el deporte de contacto le ayudaba a descargar mucho mejor la adrenalina que sentía dentro siempre, esa que nunca tenía ovarios de sacar con el resto.
Entrenador: Tienes muchísima pegada. ¿Te lo han dicho alguna vez?
Charlotte: ¿Qué es pegada?
Entrenador: La fuerza. La potencia que tienen tus golpes. Das duro. Generalmente no entreno con mujeres, pero tienes la pegada similar a varones con tu edad.
Charlotte: Jajajaja, me vendrá de familia —rio guardando sus guantes, y volviendo a recogerse el pelo en una coleta.
Entrenador: No lo dudo. Además aprendes rápido... eres un poco bazofia esquivando, pero bueno. Es la maldición que tenéis los altos en este deporte.
Charlotte: Aún puedo mejorar.
Entrenador: Lo que no me gusta de los pesos más altos es que como no podéis esquivar tan bien como los bajos, aguantáis los golpes como jabatos. ¿Tienes intención de competir?
Charlotte: Sí, me gustaría —sonrió asintiendo— pero por favor, no diga nada a nadie de que entreno aquí. Mis padres me quitarían en seguida.
Entrenador: Tranquila. Nos vemos.
Universidad
Tim: De verdad, me ayudarías mucho. Sé que se te da bien la física. Y yo soy un negado —explicó el muchacho de 18 años. Recién entrado a la universidad al ser becado y por un puntaje excelente en su campo deportivo fue admitido a la misma universidad que Charlotte enseguida.
Charlotte: Sí, te puedo ayudar. ¿Qué día te viene bien?
Tim: Pf, por mí hoy mismo, la semana que viene es el examen. No tengo tiempo que perder. Si quieres me movilizo yo. Me acabo de sacar el carné.
Charlotte asintió y se despidió de él, parecía que por fin hacía un amigo, aunque fuera con la intención más rudimentaria: no suspender. No era muy abierta a la gente porque la gente tampoco quería abrirse con ella; pero cada vez que le sacaban conversación la mayoría se daba cuenta de que era una niña simpática y buena.
Cuando terminó de guardar los libros en su taquilla dos grandes manos la rodearon de la cintura, Bram se inclinó agachándose a la mejilla de la chica y la besó tiernamente, haciéndola alejarse.
Charlotte: ¿Qué haces? —frunció el ceño y cerró de golpe la taquilla.
Bram: Esta tarde hay partido. Vienes a ver a mis amigos conmigo, ¿no?
Charlotte: ¿Perdona? ¿Has perdido la memoria, te has olvidado de todo lo que me soltaste?
Bram: Qué inmadura eres, joder —rompió a reír delante de ella, tapándose la boca. La miró pensativo— te dije que estuve con otras chicas y lo que podías mejorar. Pero no dejamos la relación.
Charlotte: Vete a la mierda, Bram —bufó pasando por su lado sin mirarle y avanzó más deprisa al notar que le estaba siguiendo. Fue sacando las llaves de su coche pero justo cuando iba por los aparcamientos, le dio un tirón y se las quitó de la mano.
Charlotte: Tengo que estudiar. Si quieres hablar... hablemos más tarde, pero ahora dame mis llaves.
Bram: ¿No se te traba la lengua de soltar siempre la misma frase? Tengo que estudiar, tengo que estudiar, tengo que estudiar...
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Pasado
Fanfiction"Charlotte Flair... esa maldita apuesta acabaría con todo. Sólo es una niña. Pero va a dejar de serlo." ¿Y si te confieso que no siempre fue así? ¿Y si te digo que hubo una avalancha contra ella que acabó con su felicidad antes incluso de convertirs...