Pasado

He cambiado

Años más tarde

Ric: La puedo cuidar más rato, no te preocupes. Haz lo que tengas que hacer.

Charlotte: No es necesario —murmuró tomando con cuidado a su hija en brazos, Marlene era aún una neonata diminuta. Se acopló al hombro de su madre y cerró los ojos, descansando.

Ric: Sé que andáis muy ocupados desde que se anunció la separación de marcas. Te repito que no me importa, me gusta estar con ella.

Su hija subió la vista fría a él mientras acariciaba la espalda del bebé. Lo miró de arriba abajo.

Charlotte: Te llamaré cuando no pueda cuidarla.

Styles entró y vio cómo el dieciséis veces campeón se inclinaba a su nieta, acariciándola de la mejilla. Charlotte se empezó a girar quitándosela del alcance y se acercó a la puerta.

Styles: Rubia, Alexa dice que nos guarda sitio para la velada de esta noche. Si a tu padre no le importa se la dejamos ese par de horas.

Charlotte: No quiero sentarme al lado de esa zorra —murmuró peinando a su hija con la mano, haciendo que el viejo y AJ se miraran momentáneamente.

Styles: Olvídate ya de ese tema. Venga, que sé que querías ir. Dámela —se agachó a sujetar a Marlene y enseguida la rubia se movió incómoda.

Charlotte: Sí, tú ponte al lado de ella. Y a ver quién te abre después la puerta de casa —salió pero Ric la sujetó con cuidado.

Ric: No seas cascarrabias. Esa velada estará bien, se hará en homenaje a tu hermano. Debutó ahí, ¿lo recuerdas?

Charlotte: Sí, claro que lo recuerdo. Fue el día que Me cruzaste la cara por rayar tu coche la primera vez que lo cogí —asintió como si nada, fingiendo que usaba la memoria. AJ bajó la mirada, odiaba la relación entre los dos. El viejo siempre consentía que Charlotte le hablara así— ve si quieres a su homenaje. Y luego a pedirle perdón a su tumba, ambos sabemos que murió por tu culpa y la presión que le tenías.

Styles: No, basta ya. Por favor, odio que saques ese tema. No le hables así a tu padre.

Charlotte cambió de objetivo y miró a AJ.

Charlotte: ¿Por qué te pones de su parte, amor? Con lo bien que me porto contigo, ¿crees que me merezco que estés en mi contra?

El luchador movió la mandíbula incómodo y la sujetó de la lumbar, saliendo con ella por la puerta. Dejó que acomodara a Marlene en la sillita mientras él se despedía de Flair.

Styles: Perdónala... a veces no piensa lo que dice.

Ric: Sí, se ha vuelto muy dañina estos años. Ahora que tiene un bebé le cuesta hasta dejármela.

Styles: Hablaré con ella. Es muy apegada con la niña... está intranquila si no la tiene en brazos. Por lo de Brock...

Ric: Y porque tiene miedo de ser como yo era con ella. La entiendo. Pero, ¿sabes? Tampoco me gusta cómo te trata a ti. Te manipula a veces. Ten cuidado, ¿vale? Cuídala, por favor. Pero no te dejes ganar por la bestia que guarda dentro.

Tres bocinazos hicieron que AJ se despidiera rápido del viejo y se metiera en el coche. Charlotte arrancó y pusieron rumbo a su casa. Marlene había nacido hacía escasas dos semanas, su nueva mansión aún estaba en construcción. Tan pronto como la mirada se le fue al móvil, la mujer despistaba algunos segundos la vista de la carretera para mirarle la pantalla, tratar de ver a quién tecleaba.

AJ miró que el coche se le iba desviando y le corrigió la dirección del volante rápido, comiéndosela con la mirada.

Styles: Si quieres conduzco yo. ¿Estás cansada?

Charlotte: No —le quitó la mano del volante y volvió a centrarse en la carretera. Un policía los paró y la mujer fue deteniendo el vehículo a la entrada de rotonda.

Policía: Control de alcoholemia —sacó el tubo donde debía soplar y Charlotte resopló aburrida, menudo idiota debía ser aquel policía para parar a una familia.

Reb: ¿AJ? ¡¿Eres tú!? —detrás de su compañero apareció una mujer pelirroja, también trajeada como la policía que era, y se trasladó a la ventanilla opuesta para hablar con él. Charlotte miró el tubo y justo cuando iba a soplar desvió la cara hacia los dos, mirando insegura.

Policía: Señorita. Sople, se está formando cola detrás suya —la rubia apretó los dientes girándose hacia el oficial y sopló fuerte. Mientras el policía veía los resultados Charlotte ya estaba girada de nuevo al luchador.

Reb: Te has puesto más fuerte que entonces, eh. Mira qué brazos.

Styles: Y a ti se te han quitado esas espinillas —se rieron, la otra mujer miró la belleza de una pelirroja natural, le hirvió la sangre— no tenía ni idea de que te lanzaste a estas oposiciones al final.

Reb: Pues ya me ves. Me queda bien la placa, eeeeh...

Styles: Mejor que am-...

Charlotte: AJ.

Styles: Debemos irnos, Reb. No me entretengas —la sonrió y se despidieron aprisa, pero Charlotte no arrancó. Nada más la otra mujer se alejó del cristal la rubia le empujó del pecho, cabreada— Chst, rubia, no te pongas celosona.

Los coches de atrás empezaron a pitar al ver que la mujer no avanzaba, y antes de que la cosa se pusiera más fea, los testigos vieron cómo de una situación tan rutinaria la policía acababa sacando los walkies y abriendo la puerta. Sacaron a una loca de pelo rubio y la postraron sobre el capó esposándola, mientras AJ salía hastiado de dentro del vehículo.

Reb: ¿Qué cojones? ¿Ella es la que me ha tirado del pelo?

Policía: Sí. Pero tranquila, esta viene ahora mismo a comisaría.

Charlotte miró en todo momento al Fenomenal, que la observaba tragando saliva.

Charlotte: Tú no hagas nada, sólo mira. Gilipollas. Deja que lleven a comisaría a la madre de tu hija.

Styles: En serio, pagaré lo que haga falta, Rebeca. Tiene un mal día, no se lo tomes en cuenta —dijo hablando con la trajeada, ahora nada receptiva.

Reb: ¿Se ha vuelto loca, o qué? Menuda...

Styles: Tenemos un mal día. Créeme, es inofensiva.

Charlotte se removió entre las manos del policía, obstinada. Pero al poco la otra mujer dio la señal y la dejaron volver al vehículo.

Reb: Porque me caes bien, si no...

Charlotte: Venga, hasta luego —vaciló mirándola y arrancó de un acelerón brusco, el bebé empezó a llorar en la parte de atrás.

Styles: Estupendo, eh. Estupendo —dijo careado sacando a Marlene y acunándola.

Charlotte: Es que te piensas que puedes ligar ahí, en toda mi cara —se rio negando— estás muy equivocado. Me la hacen una, pero dos ya no.