[AU]
Damon Salvatore es un vago, fiestero, mujeriego y un cabeza dura. Lleva cinco años tratando de sacar la carrera de finanzas y negocios internacionales. Su hermano Elijah Salvatore no puede más y recurrirá a la única persona que él piensa podrá...
No podía calmar las pocas lágrimas que se derramaban sobre mis mejillas. Había sido tan tonta, le había dicho a Damon que necesitaba una sola palabra para no ir a esa cita y en realidad ahora venía muerta de miedo. De vergüenza.
No podía tirar a la basura los años que llevaba con Klaus, yo simplemente no podía hacer eso, yo lo quería, él era mi novio incluso si en estos momentos iba a que terminara conmigo.
El Uber llegó y rápidamente me subí en este. Ni siquiera voltee el rostro a ver si Damon salía a detenerme.
Me restregué la cara y saque mi pequeño espejo que portaba en mi bolso. Me limpie las lágrimas, había perdido sin siquiera intentarlo pero ya no me importaba. Damon amaba a Hayley, era lógico que esos acercamientos habían sido por amistad o tal vez solamente porque lo había forzado.
Me retoque el maquillaje, se me había regado un poco. Estaba lista para verlo y recibir lo que fuera a decirme, algo en mi sentía que Stefan le había dicho lo cercanos que éramos Damon y yo, y por eso él iba a terminarme. Aparte yo no me acostaba con él, los hombres parecían vivir de eso.
El chico del Uber me pregunto si queria una canción en particular y le contesté que podía poner la que él quisiera.
The Scientist de Coldplay empezó a sonar.
Mal elección.
Los recuerdos de ese día, más bien tarde y noche tan especial que había compartido con Damon me azotaron sin ningún deje de remordimiento.
***
Ya estaba lista con mis sweatpants, mi playera dos tallas más grande que una de mi tamaño, palomitas, dulces, chocolates y una coca cola bien grande. Con control en mano me relaje en el sillón de la sala, ya faltaban diez minutos para la maratón de mi serie favorita "Vampiros entrelazados" Amaba esa serie, estaba loca por ella y los tipos que salían allí eran mis esposos, lo único que faltaba era que ellos lo supieran.
Prendí la televisión y puse el canal, los comerciales aún seguían.
Escuché pasos por la escalera y Damon apareció sin camisa y con sus típicos pants de pijama.
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Lucía tan...Yum...
Sí, eso.
Malditamente sexy.
Sacudí el rostro y traté de no comermelo con la mirada, tenía que disimular que realmente me afectaba que saliera así, eso era pecado.
Llegó hasta mí lado y tomó asiento.
Levanté mis cejas viéndolo sorprendida. Él siempre salía los viernes por la noche y que estuviera aquí dejándome admirar ese increíble cuerpo de dios griego, era raro.
