Historias de amor

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Hay historias de amor dignas de contarse, historias donde todo es magia, cada paso que das es perfecto, donde no cabe la posibilidad de que la persona que amas no te amé, lo único que pasa en esas historia es que hay alguien más amándote pero ese alguien ni si quiera quiere estorbar porque sabe que estas demasiado feliz con tu protagonista; pero hay otras historia caóticas que por más que muchos crean que deben pasar, tu sabes que si lo dejas será como haber lanzado una bomba y aunque te mata no poder intentarlo te mataría mas hacerlo.

No lo considere cuando se trataba de ti, siempre creí que debía contarnos como fueron las cosas, cuantos golpes en la cara te dieron con el balón de futbol, o aquella vez que me prestaste tu suéter porque yo me había vuelto completamente loca y dije "no me pondré el suéter, no tengo frio" y cuando salimos al patio comenzó a brisar y tu como el hombre perfecto que eras me diste tu suéter y conseguiste tres cosas con eso, enfermarte, que te regañaran y tener un poquito más de mí, debía recordarte como se sentía estar en tus brazos, ojala hubieras podido sentir lo que yo cuando estabas ahí, esas ganas de correr hasta ti y que importaba si tenía que atravesar un océano entero, tú me dabas la fuerza para hacerlo, eras esa historia que debía ser contada y que no debía pasar.

El día que te fuiste fue cuando me di cuenta de ello; una semana antes habíamos sido maravillosamente perfectos. Teníamos que hacer las audiciones para la pastorela de la escuela, yo iba a adicionar como un ángel y tu como un demonio, fui de las primeras en entrar a la audición pero me dijeron que no podía irme, así que estuve ahí yendo de un lado al otro al principio contando chistes, después gritando, en uno de los momentos en los que me quede quieta y decidí sentarme, te acercaste.


Hey tienes agua- tú ya sabias la respuesta y eso no te impidió preguntármelo, tenías esa sonrisa que me hacía decirte que si a todo- si - entonces se acercó Sarai y se quedó detrás de ti- Me das, por favor- seguías con esa sonrisa, estabas tan seguro de que diría que si- No- tu rostro se transformó, estabas confundido por esa respuesta- ¿Qué?- Sarai te movió un poco y dijo me das agua le dije que sí y esta vez estabas aún más confundido- pero a mí me dijiste que no- no podías creerlo tu novia te había dicho que no planeaba compartir algo contigo- Sabes que odio la saliva de otros- tu sonrisa volvió y entonces morías porque estaba siendo absurda, entonces me tomaste en brazos y me cargaste, comencé a dar pataditas y me sostuve de tú cuello, me pediste que confiara en ti, de hecho me lo preguntaste y mi respuesta era obvia, claro que confiaba en ti, la razón de que estuviera pataleando es que intentaban quitarme mi tenis, minutos después me dejaste en el mismo lugar de donde me habías bajado, luego de un rato Sarai se fue con dos de sus amigos, tú fuiste con tu mejor amiga y yo me quede con Laura, seguía de un lado a otro contando chistes, hasta que Laura decidió ir con tu mejor amiga Jeni, se quedaron hablando y yo te veía como boba. Ya teníamos dos meses juntos y lo más lejos que habíamos llegado era a abrazarnos, en dos meses no conocía tus labios, no tenía ni idea de cómo se movían, ya había pasado una hora y Laura, Jeni y yo decimos que ya era hora de irnos así que me acerque a ti.

-Me voy, bye

-Sip, bye - te acercaste y con movimientos lentos tocaste mi barbilla con una de tus manos y la otra la acercaste a mi cintura, acercaste mi rostro al tuyo y lo hiciste me besaste, mis ojos se habían cerrado, mi mente e había apagado, no recuerdo cuanto tiempo estuvimos así, comenzamos a separarnos poco a poco y mi mente comenzó a encenderse y entonces era como si, una explosión cósmica hubiera ocupado nuestros cuerpos y entráramos a una nueva dimensión donde éramos tu yo, después de unos minutos me di cuenta que ya no estábamos tan juntos y mis ojos se comenzaron a abrir muy lento, me di la vuelta y camine hasta Sarai la jale de la mano y me siguió hasta las escaleras sin preguntar nada ya casi llegábamos al final de las escaleras cuando la solté me puse mi sudadera sobre la cara y comencé a gritar y a saltar, estaba inmensamente feliz, nada iba a arruinarlo, me acababas de hacer sentir perfecta en todos los sentidos entonces Sarai me interrumpido y me pregunto que había pasado, luego llego la profesora y nos hizo subir de nuevo, entonces subimos, te acercaste a mí y a Laura porque Sarai había vuelto con sus amigos y yo jale de Laura por que no quería que me vieras como tomate, a menos no por ti, debía lucir perfecta, luego que nos dejaron salir del salón salí dispara a las escaleras y me alcanzaste, te pusiste a mi lado y hablabas demasiado tranquilo.

-mueves más músculos cuando besas que cuando sonríes y dos de cada tres personas inclinan a cabeza a la derecha cuando besan- terminaste de ser perfecto en esos segundos, seguiste caminando y me dejaste atrás, yo seguí muriendo de felicidad, reviví ese momento más de 15 veces al día, no podía parar de sentirte tan cerca, al día siguiente me dedicaste una canción, los labios de mi mujer, eso me hacia el doble de feliz.

Cuando llegamos al siguiente día subí a mi salón y tú te encontraste a Michelle en las escaleras.

-Mich pasó

-¿Qué?

-Nos besamos-Michelle llego a mi salón gritando y pidiéndome que le contara todo, comencé a relatar todo y luego llego mi mejor amigo, después entre Mich y Jeni comenzaron a hablar del beso, Mich le contaba a Jeni todo lo que o le había relatado, ambas terminaron de hablar y yo no podía parar de sonreír, luego me dijeron que no se valía el cómo había pasado que ellas tuvieron que haberlo visto pero a mí no me importaba yo era feliz, luego algo hablaste con Mich sobre lo asustada que estaba por que volviera a pasar, lo que no sabes es que me asustaba mas no sentirme igual.

Ese era el tipo de historias que se podía contar lo que no se podía contar es que en casi 3 meses y muchos años de concerté solo nos habíamos besado una vez, esa debió ser una de nuestras señales para saber que solo podía ser perfecto una vez, aunque las cosas no nos salieran.

Nuestro beso era la mejor parte para contar, la parte que no pertenecía a nuestra historia de amor eran los corazones rotos


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Héroes al desastreDonde viven las historias. Descúbrelo ahora