---¡¿Y A TI QUÉ TE PASA?! ¡¿QUÉ NO ESCUCHASTE CUANDO TE ADVERTÍ QUE NO TE VOLVIERAS A METER EN PROBLEMAS?!
---Ella fue la que empezó
---¡SÍ, CLARO! ¡ELLA EMPEZÓ! ¡SIEMPRE CON LA MISMA EXCUSA! ¡¿NO TIENES ALGO MEJOR QUE DECIR?!
---¡Ella empezó, yo solo me defendí!
---¡Y COMO ELLA EMPEZÓ, TÚ ESTÁS EXPULSADA! ¡¿SABES QUE ESTAMOS A MITAD DE AÑO ESCOLAR?! ¡DIME! ¡¿AHORA QUIEN MIERDA VA A ACEPTARTE EN UNA SECUNDARIA?! ¡YA TIENES 17 AÑOS, COMPORTA TE COMO TAL!
---¡¿Y A TI ESO QUÉ TE IMPORTA?! ¡¿POR QUE MEJOR NO ME DEJAS IRME DE LA CASA?! ¡ASÍ TENDRÍAS UN PROBLEMA MENOS! ¡¿NO CREES QUE ESO SERÍA LO MEJOR?!
---¡A MI NO ME LEVANTES LA VOZ! ¡MOCOSA MALCRIADA!--- su mano derecha viajó con rapidez hasta golpear mi mejilla derecha con fuerza, haciendo que mi rostro se girara hacia el lado hasta no poder más
---Que yo sepa...--- posé mi mano derecha en la mejilla afectada, y giré mi rostro para mirarla desafiante, ignorando por completo el dolor y ardor que sentía en ese momento---... la que me crió fuiste tú--- mascullé con rabia
No dijo nada. Su mano derecha viajó hasta golpear, esta vez, mi mejilla izquierda, con mucha más fuerza. Perdí el control y el equilibrio de mi cuerpo, cayendo al suelo del lado contrario de donde vino la tremenda bofetada que me acababan de dar.
---A mí... no me vuelvas a faltar el respeto--- masculló con rabia, su enojo se notaba a kilómetros---. Cuando vuelva... ¡Quiero ver que la casa esté que brille! ¡¿ME OÍSTE?!--- asentí a duras penas
Se dio la vuelta y caminó hasta salir a la sala principal de la casa, sus tacones resonaron unas pocas veces más hasta que escucho cuando abre la puerta de entrada y en dos segundos la vuelve a cerrar de un portazo que resonó por cada rincón de la casa.
Con las pocas fuerzas que me quedaban, me puse de pie y caminé al cuarto con las utilidades de limpieza. Y, tragando me las lágrimas y el dolor, busqué lo necesario para comenzar a limpiar el primer piso de la casa.
Mi vida, la porquería más grande que puede existir en este mundo. En mi casa vivo bajo maltratos e insultos, y en la escuela soy víctima algunos de mis compañeros de clase. En la escuela te enseñan sobre la historia, las matemáticas, las ciencias, sobre otros idiomas, y una que otras clases electivas; pero también te enseñan a ser una maldita sin corazón, a ser fuerte, a pelear con uñas y dientes si es necesario, a no confiar en nadie. Yo nada más me defiendo, aguanto insultos y maltratos, lucho por lograr salir adelante, pero siempre termino siendo la acusada, la criminal, la chica problemas, cuando yo solo estoy luchando contra todo y todos, pero claro, yo soy la mala.
Ya no me voy a dejar pisotear, no puedo permitir eso, simplemente no quiero permitirle a todos que me traten como quieran... Es feo ¿saben?.
Cuando terminé de limpiar el primer piso de la casa, limpié las escaleras mientras subía cada escalón, para al final poder continuar limpiando el segundo piso. Limpié el baño, mi habitación, la habitación para las visitas, y ya solo me quedaban dos cuartos por limpiar; la oficina de Papá y la habitación de mis padres. Esos dos cuartos eran sagrados, no tenía permiso de entrar a ninguno de ellos dos, de echo, jamás había entrado a uno de ellos. Mi curiosidad llegó a su límite, debía entrar si o si, debía ver que escondían. Debía...
---¡Iseul ya llegué!
Un grito seguido de un portazo se escuchan en el primer piso de la casa, mi padre llegó.
---¿Iseul, cariño, donde estás? No te escondas.--- volvió a decir desde el primer piso, pero ahora se podían escuchar sus pasos por los diferentes lugares del primer piso.
Si no hago ruido no sabrá que estoy aquí.
Con cuidado agarro las cosas que estaba utilizando para limpiar y en puntillas voy caminando hacia mi habitación. Y, cuando ya estaba llegando..., resbalé, dejando caer todo y soltando mil y un maldiciones por segundo.
¡Maldición! ¡Se me había olvidado que el suelo estaba mojado!
De pronto toda la casa se inundó en un silencio que me aterró. Tan pronto como se detuvieron sus pasos se volvieron a escuchar, esta vez más rápidos y cerca. Con intenciones de encerrarme en mi habitación comencé a arrastrarme por el suelo, dejando todo lo que tenía tirado por el suelo.
Realmente no me importa que Mamá viera todo el desorden y luego me golpeara o insultara hasta cansarse, lo único que quería ahora era llegar a mi habitación y trabar la puerta para que Papá no se me acercara.
---¿A dónde creés que vas?
Mi piel se erizó ante el tacto de su mano arrastrarme lejos de la puerta de mi habitación, mi sangre se heló.
---¿Que no te enseñaron a recibir a tu padre como se debe?--- su repugnante voz llegó a mis oídos como si de mil espadas se tratasen. Me giró con brusquedad, quedando su estúpido rostro frente a mí.--- Vamos, dale un beso a Papá
---¡Suelta me!--- comencé a forcejear, no iba a permitir que ese asqueroso que se hacía llamar mi padre me tocara
---Tu Mamá llegará tarde, ¿Por que no disfrutamos un rato? Sé que te encantará--- sus manos agarraban con fuerza mis muñecas, su cuerpo estaba cada vez más cerca del mío. Comenzó a dejar besos húmedos por mi cuello, mis lágrimas no tardaron en venir, como siempre.
No, no esta vez. No lo voy a permitir, no puedo permitir lo.
Con las pocas fuerzas que me quedaban, dirigí mi rodilla a su entre pierna, golpeándolo con todas mis fuerzas. Su cuerpo cayó a mi lado mientras se estremecía. No perdí más tiempo y me puse de pie, corriendo con todas mis fuerzas hasta llegar a mi habitación. Cerré con seguro y le coloqué un pestillo que ya hacía tiempo había comprado, con lo que podía cerrar bien mi puerta y dormir segura cada noche... No, nada era seguro si vivía en esta casa, con mis padres.
---¡Iseul, abreme la puerta!--- los golpes que le daba a la puerta me asustaban, hacían parecer que la puerta se caería en cualquier momento
---¡No! ¡Dejame en paz!
Los golpes cesaron de momento. En cambio, ahora se escuchaba su risa, macabra y llena de burla, era horrible.
---Sabes que nunca podrás huir de aquí--- su voz se escuchaba un poco ronca, como si estuviera hablando con la boca pegada a la puerta---, no podrás huir de nosotros. Aún tenemos un largo tiempo para disfrutar el tiempo, como padre e hija.
Trague sonoramente. El silencio abrumador y aterrador sucumbió la casa nuevamente. Me acerqué con lentitud y en silencio a la puerta y, llena de miedo, pegué mi oreja para ver si escuchaba algo. Nada. Desconfiada fui hacia mi escritorio y con rapidez tiré las cosas que había sobre él a la cama. Acto seguido lo moví hasta donde estaba mi puerta, para que, si le llegaban a quitar el seguro, fuera más difícil abrir y yo tuviera tiempo de lanzarme por la ventana y correr a una estación de policía... o a algún lugar lejos de aquí, lejos de mis padres.
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¡Oh, Dios! ¡PRIMER CAPÍTULO! ¡WOOOOOOOO!
¿Que les pareció? Oh, Dios, a mi me encantó. Si, lo sé, estoy exagerando, pero es que... ¡Ahhhhh, me encantó, me gustó, y yo, que soy la escritora, estoy emocionada por lo que vaya a pasar! Sí, muy contradictorio... o eso creo, ni siquiera se a que me refiero cuando digo eso... El punto es, que aquí está el primer capítulo. Lo prometido es deuda, yo les dije que esta semana empezaba y, bueno, ya ven.Bueno pues, hasta aquí llego yo. ¡Nos leemos pronto!

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Tropiezo Con El Amor
FanfictionHan Iseul, una joven chica Coreana de 17 años, llegó a Seul, Korea del Sur, con una meta de gran propósito que cumplir. ~~~ Iseul no tiene la vida que alguna vez hubiera deseado, no se acerca ni al prototipo de una vida apenas soportable; vive bajo...