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Terminé de colocarme la gorra y el abrigo, justo como los tenía ayer, y me puse un cubre bocas negro.

Un día en Seúl y ya soy la famosa "Clon de Suga" por culpa de un vídeo en el internet. Eso solo atrasará mi búsqueda.

Agarré mis cosas y salí de mi habitación de hotel, poco después ya estaba fuera del hotel. En la mañana se me había ocurrido un gran plan, iba a buscar en alguna guía telefónica el apellido Min, o en cualquier caso el nombre Yoon. Ya después llamaría a los números correspondientes y averiguaría cual de todas es mi madre, o en cualquier otro caso algún familiar de ella, que también sería mío. No puede haber mejor plan que el que es sacado de una película.

Caminé por las aceras de Seúl, mirando en el mapa buscando donde podría encontrar una guía telefónica... no encontré nada.

Bueno, Iseul, ¿que querías? ¿Que un mapa donde muestra lugares te dijera donde encontrar una guía telefónica? ¿Un libro?

Si, creo que no pensé con claridad.

Seguí caminando sin un lugar fijo al que ir, si me detenía implicaba rendirme, y si me rendía implicaba no encontrar a mi Mamá o a mi familia, y no encontrar a mi familia implicaba una vida de decepciones y soledad, y una vida de decepciones y soledad implicaba una triste muerte sin que yo pudiera cumplir mi meta de encontrar a mi familia... y no quería eso.

Volví a mirar el mapa, ¿Y si iba a una tienda de celulares y por casualidad tenían una guía telefónica? Podría funcionar. Me encaminé a la tienda de celulares más cerca, que fue donde compré el mío. Al llegar a la tienda me encontré con la misma dulce chica que me había atendido ayer.

---Hola, ¿En que puedo ayudarte?--- la chica me miró algo extrañada, mas sin embargo ignoré su gesto

---¿De casualidad no tendrás una guía telefónica?--- pregunté con una sonrisa

---Emm... perdona mi curiosidad pero, ¿Puedo saber quién eres y a quien buscas?

---Yo soy la chica que atendiste ay--- toqué mi boca, y ahí entendí que tenía el cubre bocas y por eso no pudo reconocerme, o eso creo. Me lo quité, a lo que la chica sonrió sabiendo que no soy algún ladrón o violador.

---En un momento te la traigo--- se alejó por un pequeño pasillo que daba a una habitación, supongo

Al cabo de unos minutos volvió con un gigantesco libro... malditas y gigantescas guías telefónicas.

---Bien, ¿Que necesitas buscar?

---Necesito buscar a alguien con el apellido Min, para ser más específica a mi madre--- la chica asintió extrañada, y comenzó a buscar lo que le pedí

Al cabo de unos minutos frunció el ceño.

---¿Apellido Min?--- preguntó otra vez, asentí--- ¿Segura?--- volví a asentir, algo extrañada

---¿Por que? ¿Hay algo malo con eso? Dejame ver--- me extendió el gran libro, en él pude leer solo dos nombres con el apellido Min.--- Min Yong y Min YoonGi... ¿Quienes son? ¿Los conoces?--- pregunté, por alguna razón no me creía, debía conocerlos ¿No?

---Em, bueno... ¿Te paso los números de sus trabajos o no?

---Ah, sí, por favor--- buscó un papelito en blanco y apuntó los dos números de sus trabajos correspondientes--- Gracias

---Suerte

Asentí, agarré el papelito, me puse el cubre bocas y salí de la tienda, al menos tenía una pista ¿No?

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---Buenas tardes, Big Hit Entertainment, ¿Quien habla?

---Eh, buenas tardes, si, me llamo Min Iseul, quisiera saber si puedo hablar hoy mismo y en persona con el fundador/ CEO/ presidente de la empresa, es muy urgente

---Un momento... Lo siento pero no tenemos registros de ninguna Min Iseul, ¿Para que desea hablarle?

---Emm... lamento decirle que no puedo decirle, es algo personal que necesito hablar con su jefe

---En un momento le paso la llamada, no prometo nada

La voz de la chica se cortó, esperé unos segundos hasta que una voz masculina habló:

---Buenas tardes, Bang SiHyuk, ¿Quien habla?

---Buenas tardes, me llamo Min Iseul, tal vez le parezca un poco raro, pero necesito hablar urgentemente con usted, si se puede que sea hoy mismo y en persona--- lo solté todo de golpe, fui directo al punto.

---¿Min? ¿Su apellido es Min?

Fruncí el ceño.

---Sí, ¿Por que la pregunta?

---Esta tarde a las 6:30, no llegue tarde

---Eh, ¿hola? ¿Bueno?

Cortó la llamada.

Eso no fue muy cortés de su parte, pero, miremosle el lado bueno. Otro paso más cerca de encontrar a mi madre, o pistas que me lleven a ella.

Cada vez estoy más cerca, lo presiento. Miré la hora, eran las 4:11 de la tarde, aún era temprano. Me levanté de la banca del parque donde estaba, y en el mapa busqué una cafetería a la que pudiera ir para matar el tiempo. Me volví a poner el cubre bocas que me había quitado para poder hablar, y comencé mi recorrido hacia la cafetería.

Caminé un largo rato, hasta encontrar dicha cafetería que encontré en el mapa. El lugar estaba un poco lleno, me senté en una mesa y esperé a que alguien me atendiera. Me quité el cubre bocas, para que no pensaran algo erróneo de mí, agarré mi celular y vi la hora: 4:41. Aún faltaba mucho.

---Buenas tardes, ¿Que desea ordenar?--- un chico de no más de 25 años vino a atender me

---Buenas tardes, quisiera un capuchino y unas tostadas, por favor.

---En un momento se las traigo--- el chico se alejó después de apuntar mi orden en una libretita.

Pasaron los minutos y el chico volvió, con mi orden. Apenas la dejó frente a mí, se fue a seguir con su trabajo. Mejor, no me gusta que los chicos o hombres estén cerca de mí.
Estuve en la cafetería hasta las 5:45, que fue cuando salí disparada a buscar un taxi que me llevara a la Big Hit Entertainment, ya que no sabía donde quedaba, prefería no tomar el riesgo de llegar tarde cuando claramente me dijeron que no lo hiciera. Una vez llegué a la empresa ya eran las 6:21, justo a tiempo. Entré a la empresa, donde rápidamente di con el escritorio de la recepcionista.

---Buenas tardes, Big Hit Entertainment, ¿En que puedo ayudarle?--- me recibió con una sonrisa y su dulce voz

---Hola, soy Min Iseul, y-

---Sí, la chica con la que hablé hace unas dos horas, ya se lo que quieres--- su "dulce" voz cambió al saber quién era. ¡Sabía que era fingida!---. El Señor Bang la está esperando en su oficina, piso 42, última puerta del final al pasillo derecho

Me sonrió falsamente, a lo que yo la imité y me dirigí a los ascensores. En unos minutos llegó uno, del que bajaron varias personas que al no reconocerme me miraron raro. Hice una reverencia por cortesía. Subí al ascensor y pulsé el botón con el número 42, justo como la recepcionista me había dicho. Cuando las puertas estaban por cerrarse un pie y dos pares de manos lo impiden. Y en un abrir y cerrar de ojos estaba siendo aplasta por siete chicos.

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Tropiezo Con El Amor Donde viven las historias. Descúbrelo ahora