tu vida y la mía (finalizada)

3

La noche se tornaba larga o era porque la presencia de Tzuyu en mi casa detenía el tiempo, que vista tan maravillosa tenia frente a mí, ella al otro lado de la mesa devorando un sándwich, que tierna es verla así parecía otra chica y no la desnudista que fui a recoger hace poco, sin maquillaje y su cabello mojado hacían que luciera como una adolescente, tan joven y tan inocente pero no era asi –¿esta rico?- pregunte mientras la veía comer –es mi especialidad y sabe más rico a esta hora-

-hahaha sabe a gloria- dijo mientras que le daba otro mordisco.

Sonreí tras aquel comentario –bueno si decides quedarte todo el día de mañana, puedo prepararte algo más delicioso mmm como pasta-

Ella sonrió tímidamente y cubrió su rostro, se veía hermosa, se veía tan pura, me levante de mi asiento y fui por un vaso de agua, tome una caja de galletas y me aventure a comerlas –son altas en azúcar, creo que no dormiré esta noche- me acerque hasta ella y le ofrecí, sus ojos se iluminaron al ver la caja de galletas.

-¿son de chocolates?- asentí, una enorme sonrisa apareció en su rostro -¿puedo tomar varias?-

-puedes comerte toda la caja si lo deseas- aun no podía creer que se tratara de la misma mujer, pues si la misma mujer que olía a cigarro hace poco -¿leche?-

-claro- al tomar la leche un enorme bigote blanco apareció sobre su labio superior.

-Tzuyu..- dije mientras señalaba el lugar de la gran mancha blanca.

-¿ah?- ella no lograba entender a lo que me refería.

-tienes algo…- me acerque, la tome de la barbilla y como mi mano libre limpie la gran mancha blanca –tenías un gran bigote de leche- pase mi lengua en el dedo que había utilizado para limpiarla – ¡oh vaya! Esta deliciosa-

Avergonzada miro hacia otro parte -¿quieres un poco?- dijo mientras extendía su mano con el vaso de leche en ella.

Cuando fui a tomar el vaso ella rápidamente lo aparto y tomo hasta la última gota de leche, sorprendida la mire –oye si no querías darme solo debías decirlo-

-¿quieres un poco.. de leche?- Su voz torno un poco ronca.

-si quiero un poco- dije a penas con un tono audible –pero ya no hay-

Tzuyu se levando, se acercó hasta mi tomo mi mano y camino hasta el pasillo oscuro de mi casa, se detuvo quedando justo frente a mí, debía levantar la mirada para lograr verle a los ojos, sin tacones seguía siendo más alta que yo, camino haciéndome retroceder hasta quedar atrapada entre la pared y ella -¿y la leche?- pregunte un poco nerviosa, ella tomo mi mano y la coloco en su mejilla, con la puntas de mis dedos comencé acariciarla y ella solo me observaba directamente a los ojos, retiro mi mano y solo pude sentir como sus brazos rodeaban mi cuello, ella me estaba abrazando, tímidamente correspondí aquel abrazo que se sintió eterno pero no me importo, por mi podía durar hasta el amanecer, se apartó y pude notar como de sus ojos brotaban lágrimas, mi alma se partió en dos al verla así tan vulnerable –no llores- dije mientras secaba sus lágrimas.

-me siento tan sola- dijo rompiendo en llanto.

La abrace nuevamente –sé que no es de mucha ayuda, pero permíteme acompañarte en tu soledad- ella me miro y sentí como su mirada me penetraba el alma.

-puedo permitirte eso y hasta más..-

Luego de esas palabras solo pude sentir el cálido tacto de sus labios contra los míos y el delicioso sabor a leche, sus labios eran suaves y delicados, deslice mi mano por detrás de su cuello para atraerla un poco más hacia mí y así profundizar aquel beso, sentí como su lengua quería explorar mi boca y yo solo deje el pase libre para ella, eran cálida, era exquisito saborearla, el beso se tornaba más apasionado y mis manos atrevidas comenzaban a recorrer sus muslos, pero ella misma termino con aquel beso apartándose y con la respiración agitada y su mirada un poco oscurecida.

-lo siento… yo..- dijo cabizbaja.

Me acerque hasta ella acariciando su mejilla –no te disculpes, esto era algo que moría por hacer- sonreí y así fue como me permitió retomar y domar aquellos labios con sabor a leche.