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Son Chaeyoung

Su discurso diario para aligerar la carga  me tenía asqueada -Hija todo es por el bien del negocio familiar, los Myoui tienen un capital lo bastante grande como para mantener ambas empresas, si las unimos serian mayor las entradas de dinero, ¿no te gustaría eso?- mi padre hablaba sin parar.

-lo se padre- contestaba por inercia, ya estaba cansada del tema del matrimonio y el dinero, tome mi mochila y espere que el chofer de la familia me llevara a la escuela, vi como este se acercaba hasta mi con cara de preocupación.

-señorita no voy poder llevarla hoy- dijo muy apenado –su padre me pidió que llevara a su madrastra a su sesión en el spa- se disculpó un par de veces más antes de retirarse, no me quedo de otra que irme a pie hasta la escuela.

Mientras caminaba, sentía como el aire se hacía pesado a cada paso que daba, si tan solo corriera y desapareciera quizás mi padre dejaría pensar en dinero, a quien engañaba eso era lo único que le importaba. Al llegar a la parada de autobús comenzó a caer una lluvia torrencial, esto era lo que me faltaba, decidí correr para resguardarme de la lluvia, mientras lo hacía un auto se detuvo a mi lado y bajo la ventanilla, se trataba de la señorita Myoui, ella hizo una seña con su mano dándome a entender que subiera a su auto, corrí hasta la puerta del copiloto y entre.

-vaya que llueve a cantaros, ¿Qué haces corriendo bajo esta lluvia?-

-me dirigía a la escuela, pero así dudo que me dejen entrar- dije mientras señalaba mi camisa mojada y con mi otra mano aflojaba la corbata del uniforme.

-¿te llevo a casa?- pregunto y recordé la estúpida charla de mi padre y enseguida mis ganas de volver se esfumaron –Chaeyoung ¿me escuchas?-

-oh si, la verdad es que no quiero volver a casa, llévame a la escuela hablare con la directora y le contare que pasó- 

-te vas a resfriar si vas con esa ropa mojada, que te parece si vamos a mi casa-

-yo creo que….- la verdad es que no quería ir pero ella tenía razón, no me quedo de otra que aceptar –bien- y así fue como ella manejo hasta su casa.

Al llegar ella se bajó primero y corrió hasta el porche de su casa, tomo algo que parecía ser un paraguas, si era un paraguas, lo abrió y vino hasta la puerta del copiloto, abrió la puerta y me ofreció el paraguas –así evitaras mojarte más de lo que estas-

comenzamos a caminar hasta su casa, al abrir la puerta un aire cálido azoto contra mi piel helada –espero que la calefacción no falle- mientras que esperaba en la sala ella desapareció por un momento, su casa era muy sencilla a pesar de ser la heredera de los Myoui, me la imaginaba teniendo una vida más lujosa -¿te gusta lo que ves?- me sobresalte un poco al escucharla –ten, es ropa limpia espero te quede, el baño queda subiendo las escaleras a la izquierda- solo asentí y me dirigí al baño.

Al salir del baño regrese nuevamente al baño, pude notar que Mina se encontraba sentada en el sofá frente al televisor, ella masajeaba sus hombros y suspiraba fuertemente -¿no debes regresar al trabajo?- pregunte mientras me sentaba en el otro extremo del sofá.

Ella me miro algo sorprendida -¿desde hace cuento estas sentada ahí?- pregunto soltando una risa nerviosa.

-lo suficiente como para notar que tan estresada te encuentras- respondi sin titubear.

Ella negó con la cabeza y apago la televisión mientras sonreía –solo estoy un poco agotada y mi cuerpo se tensa a raíz de eso-

Me levante y me posicione frente a ella –debes relajarte- me arrodille y con delicadeza quite sus zapatos, luego de eso me levante y me senté en su regazo quedando frente a ella, retire la chaqueta de su traje y afloje su corbata -¿Por qué usas corbata?- pregunte mientras comenzaba a masajear sus hombros pero aún me encontraba sentada en su regazo.

Ella dejo caer su cabeza al espaldar del sofá –solo lo hago porque me gustan y me hacen ver madura supongo- contesto mientras reía –y tu ¿Por qué haces esto?-

Deje de masajear sus hombros para dirigirme al área de su cienes –debo ir practicando-

Ella tomo mi mano y me miró fijamente –no es necesario, no serás una mujer cualquiera que deberá satisfacer mis necesidades-

-si no lo hago ¿Quién lo hará?-

-nadie-

Un extraño impulso me obligo acariciar sus mejillas –creo que podre acostumbrarme a esto- acerque suficiente mi rostro hasta el momento de que mis labios chocaran con los de ella, pero ella me aparto.

-Chaeyoung… no creo que sea buena idea que- no continuo hablando ya que la interrumpí al momento que ella sintió como rodee su cuello con mis brazos.

-por hoy trátame como tu esposa- dije mientras la abrazaba, ella solo asintió y correspondió el abrazo. 

tu vida y la mía (finalizada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora