capítulo 10.

701 45 21
                                    

   Me encontraba en aquel lugar tan fino, un restaurante al que sólo iban personas con mucho dinero, con buenos ingresos monetarios y Henry era uno de ellos, un hombre con dinero, con clase, igual a todos los que se encontraban allí. Me sentía incómodo, sentía que mi corbata de lazo me apretaba, mis manos estaban sudorosas y frías, sentía que todos me observaban a mí el pobre muchacho con traje de segunda. Miré la mesa, muchos cubiertos para comer, no sabía cual coger, el camarero nos servía el champagne con tal agilidad que se le notaban los años de experiencia.

- te ves muy guapo. - dijo Henry con medía sonrisa y tan tranquilo mientras ponía la servilleta de tela sobre sus piernas.

- gracias... el traje me da comezón. - dije nervioso esquivando su mirada e imitando todo lo que hacía respecto al tema de como comportarse en la mesa en lugares como ese.

- (carcajada). - ¿Que?, ¿Comezón?. - dijo riendo.

- olvida lo que dije, pensé en voz alta. ¿Hace calor no crees?, hace mucho calor. - dije antes de beberme toda la copa de champagne en dos grandes tragos.

- (risilla). - hey, calmate Alan, sólo imagina que estamos solos tu y yo. - sonreía con tal tranquilidad.

   Al transcurrir el tiempo comencé a sentirme más tranquilo, él me ayudó a estarlo, nuestras conversaciones fluían con bastante naturalidad, me di cuenta que teníamos más en cuenta de lo que yo esperaba; era tan amable, tan gracioso, tan honesto.

   Al terminar de cenar paseamos un rato por el parque cercano al restaurante, nos sentamos frente al lago a observar a los patos que nadaban con tal tranquilidad que te hacían sentir una paz bastante placentera.

- me gusta Michael Jackson y Queen. - dije observando hacia donde se encontraban los patos.

- ¿Qué?. - preguntó confundido.

- que me gusta la música de Michael Jackson y Queen, me lo preguntaste en el restaurante pero no supe que responder porque no sabía cual elegir. - le aclaré.

- a mí también. - dijo abrazándome con su brazo que lo pasó alrededor de mi cuello, lo flexionó, puso su mano en mi cabeza, besó mi sien y posó su frente sobre la misma. - me gustas. - susurró en mi oído.

   Me quedé mudo, el rubor se hizo presente en mis mejillas, puse mi cabeza en su pecho completamente avergonzado, mi corazón latía tan rápido.

   Fue una de las mejores noches de mi vida, la terminamos en su habitación iluminada con velas, el ambiente era tan diferente al que estaba acostumbrado, todo iba tan lento, sus besos eran tan suaves, me hacían sentir en las nubes, sentí que me derretía lentamente en sus brazos, sus caricias eran tan delicadas, él me estaba haciendo el amor, algo de lo que desconocía cada movimiento por completo, sentía que todo fluía tan suave y lento como la melodía de you are not Alone de Michael Jackson, me encontraba inmerso en millones de sentimientos, sentía ganas de llorar por lo feliz que me encontraba, él me hacía sentir tan especial, era tan bueno conmigo. Sus caricias se deslizaban por todo mi cuerpo con tal suavidad que lograban hacer que mi piel se erizara, su movimiento de caderas era calmados, sus besos eran tiernos, delicados, los suspiros que salían de su boca acariciaban mi piel. Lograba que me estremeciera de tal manera con aquella suavidad con la que me cubría entero.

   Al terminar se quedó sobre mi abrazándome con su frente contra mi cuello, me acariciaba lento, mi piel se erizaba, sus besos me arropaban, su cuerpo se había fundido con el mío.

- Alan... nunca más estarás sólo. Te quiero. - me susurró suavemente.

   Mis lágrimas brotaron, me miró y paso su mano por mi frente llevando mi cabello hacia atrás, besó mi frente, luego mis labios y finalmente limpió mis lágrimas con sus dedos, se acostó y me puso contra su pecho, acarició mi cabello y mi espalda hasta que me quedé dormido.

PromiscuousDonde viven las historias. Descúbrelo ahora