Mi intuición me dice que no volverás, pero yo, sin embargo, sigo apostando a la cuenta regresiva de tus besos, a tus arañazos a mis plegarias, implorando ser perdonado con una caricia. Dime, cielo, ¿cuántas tormentas tendré que enfrentar para un verano contigo?
Me digo a mí mismo que eres lo que la primavera intenta explicar al mundo con sus flores, sus colores y sus aromas...