Capítulo 12

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Él solo estaba jugando, nuevamente las cartas estaban en su mano. Lyla lo miró con resentimiento.

- Sólo negocias o apuestas cuando sabes que ganarás ¿no? –le reprochó.

- No siempre. El riesgo, la incertidumbre añade emoción a la ecuación. –dijo a todas luces evitando sonreír.

- ¿Sabías que él... que mi ex me entregaría así sin más verdad? –se atrevió ella a preguntar, no es que sintiera algo por Marcus, pero habían sido amigos, era una traición humillante en toda regla y sí, no lo había superado ¿Quién podía superar algo así tan pronto?

- ¿Aun piensas en él? –le dijo suavemente pero mirándola con intensidad.

- ¿Y qué si es así?- respondió molesta. Claro que pensaba en él, en como matarlo de la manera más dolorosa posible.

- No deberías.

- ¿Por qué no?

- No sé si me agrada la idea.

- ¿Perdón? –Lyla explotó en risas. -¿Y eso como por qué? debería recordarte que dijiste muy claramente hace poco que lo que pensara o sintiera te venía importando nada...

- Veo que recuerdas palabra por palabra, pues recuerda también que dije que si afectaba lo que esperaba de ti entonces, sí que me concernía.

- Cumpliré. Tendrás por lo que has pagado. –lo vio hacer una mueca – sin drama, sin remordimientos, sin más complicaciones. –pasó un camarero y ella pidió una copa pese a que lo tenía prohibido – y dejarás de prohibirme el alcohol. Así que tienes lo que quieres y mi mente, mis pensamientos seguirán siendo míos, por ellos no pagaste. No creo tengas problema con ello.

- No estoy tan seguro. –le dijo dedicándole una sonrisa de tiburón.

- Explícate, el resultado será el mismo te lo aseguro.

- Lo que me pertenece me gusta que sea por completo, nada a medias. Aunque así me pertenezca por un tiempo pactado. –añadió al ver su ceño fruncido.

- No te daré mi cuerpo a medias.-susurró Lyla inclinándose hacia él sobre la mesa para que no fuera escuchada. No lo hizo en pose sensual, de hecho su ceño continuaba fruncido tratando de entender al hombre que tenía enfrente. Sin embargo los ojos de Derian se oscurecieron de deseo contenido. Ella se retiró de inmediato a su posición original al sentirlo.

- Cuando haces esas cosas... -empezó él.

- No lo hago a propósito, no trato de seducirte. –la copa llegó, sonrió al mesero y tomó un sorbo, empezaba a sentirse acalorada. – El caso es...- volvió al tema. – Que con mis pensamientos no te metas, no afectará en nada mi desempeño. –dijo como si hablara de un trabajo normal y no de que compartirían cama. Derian rompió a reír. Una risa grave, franca y demasiado sexy para su propio bien. Ella resopló nada femeninamente haciéndolo reír más. –No le veo la gracia. – dijo. Él dejó de reír y tomó su mano sin previo aviso llevándosela a los labios sin dejar sus ojos ni un momento.

- Yo me encargaré que no me des nada a medias. –dijo besando su palma.

Lyla no estaba preparada para ese hombre, no sabia si alguna vez lo estaría. Su carga de sensualidad era tal, que le provocaba deseos encontrados. Como soltar su mano y tomarlo por la nuca para estamparle un beso que los dejara sin aliento. Le provocaba eso y también el querer salir huyendo, sabiendo que después de él nada volvería a ser igual.

- ¿Seguimos negociando?-dijo quitando su mano para dejar de pensar.

- Claro. –le dejó ir.

Ojos NegrosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora