6

95 18 0
                                    

Sehun se había dado cuenta que el vecino salía a jugar cada día a las cinco. Hoy era el sexto día que saldría a verlo. Puede que el primero no contara ya que había sido un accidente pero para él sí. Para el menor todo era importante.

Era importante la forma en que el rubio mordía su labio cuando estaba al límite del cansancio.

Era gratificante la forma en que podía perderse junto al sonido de la pelota.

Y era mágica la conexión que se había establecido entre ellos dos, según el pelinegro, ya que le gustaba salir a verlo y al chino no parecía molestarle jugar frente a él.

Debían ser ya las cinco porque una puerta cerrándose se escuchó y seguido de eso apareció el muchacho. Las zapatillas de deporte rojas que siempre llevaban estaban ahí, los pantalones de chándal también, pero el balón no.

¿Y la pelota?

¿Por qué le estaba mirando? ¡Otra vez!

- ¡Hola, soy Luhan! - le dijo bien fuerte y seguro el rubio.

Luhan.   

EL VECINO (HanHun)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora