Calidez

Solo.

Era bastante temprano, el viento soplaba debilmente, acariciando las hojas de los pocos arboles que rodeaban al pueblo.

Sun: . . .

Solté un suspiro echando un vistazo al hermoso amanecer que me regaló Kanto por ultima vez.

Sin mas distracciones, tomé una de las pocas cajas de la mudanza que quedaban por subir al camión.

Sun: Yoel, toma esta caja. Yo cogeré la ultima.

Yoel: ¡Claroo!

Mama: Ay, muchas gracias Yoel.

Yoel: Es un placer, señora.

Mama: ¿Señora? Por dios Yoel, aún no soy tan vieja.

Se echó a reir.

Yoel sonrió calidamente al ver la reacción de mi madre.

En un ultimo esfuero, subí la ultima caja, que por algún capricho del destino; era la mas pesada.

Mama: Bueno.. Pues parece que ya esta todo.

Yoel: Si..

Mama: No va a..

Unas pisadas algo torpes y con paso sonoro se acercaban desde la distancia.

Mi madre no prosigió, y simplemente sonrió.

Pude ver un cabellera castaña, increiblemente bonita, iluminada por los pocos rayos de Sol que alcanzaban a dar a su dichosa presencia.

Su cara estaba enrogecida, y sus ojos como el café se clavaron en los mios con algo de tensión.

Sun: Airi..

Airi: Sun, Yo.. No iba a venir pero..

Pero..

Se abalanzó sobre mi y me dio un profundo abrazo, tratando asi de ocultar sus ojos, en los que parecía llover.

Airi: Te voy a echar mucho de menos..

Dijo entre sollozos.

Sun: Y yo a vosotros, sois todo lo que tengo..

Airi: Sun..

El camión de la mudanza, pitaba en el momento mas oportuno.

Sun: Lo siento chicos.. Esto parece el adios..

Airi me tomó de la mano con decisión.

Airi: No es el adios.. Nos volveremos a ver..

Con el tono agridulce de aquella frase, solte su manó y me metí en aquel camión.

Sentenciando dejar toda mi vida.

Mientras miraba por el retrovisor, vi las figuras de quienes hasta ahora eran las personas mas importantes de mi vida a excepción de mi madre, alejarse de mi.. De mi vida..

Ahora..

Me sentía solo..