Sentimientos extraños

325 24 4
                                    

Estaba increíblemente emocionado, pero era muy extraño.

Creo que sabía perfectamente que no estaba tan centrado últimamente en el combate contra el Kahuna.

No podía parar de pensar en Lylia.. acaso ella me..

Me..

Lylia: ¡Sun!

Sun: ¡Aaaah! Di-di-dime..

Lylia: Pareces distraído, ¿Estas bien?

Sun: P-p-po-porsupuesto *risa nerviosa* ¿Po-por que no iba a estarlo?

Ella me miró extrañada después de mi ataque de nervios tan claro y evidente.

Di un suspiró largo y algo decaído.

Simplemente mire al cielo, esperando que la claridad del sol despejase de mi mente todas aquellas absurdas distracciones.

Puede que no sean tan absurdas pero..

. . .

Los cuatro caminamos juntos hacia el paradero del gran entrenador que nos plantearía la prueba más difícil de toda la isla de MeleMele

Ya derroté una vez al Kahuna en aquel tipo de combate tan extraño y tan común de la región de Alola, pero sabía de sobra que el combate que me esperaba no iba a ser como lo fue el mencionado.

El entrenador más fuerte de Alola en un combate clásico utilizando toda la fuerza de sus pokemon, aquí no podré aprovecharme de la situación como ocurrió en el Battle Royal.

Mientras los nervios devoraba mi salud mental, Se escucho un grito que provenía desde lejos.

Moon: ¡Chicooos! ¡No os olvidéis de mi!

Kukui de estremeció de pies a cabeza en apenas segundos al escuchar la voz de la adorable Moon.

Cuando la joven llego a nuestra posición, descanso sus brazos sobre sus rodillas al ritmo de jadeos y suspiros.

Kukui: Esto.. Moon..  Yo..  ¡Lo siento muchísimo!
Nunca había estado al cargo de tantos aspirantes al recorrido insular a si que sólo..  se me olvidó. ¡Perdoname Moon!

Cuando está se recuperó de su reciente carrera, le dedicó una gran sonrisa al profesor y prodigio con unas palabras.

Moon: No te preocupes, después de todo ¿Aún no a ocurrido nada no?

El profesor sólo pudo sentirse completamente aliviado después de ver que su descuido no iba a trascender a nada más.

Tras algunas risas por lo sucedido, el encuentro con el kahuna en aquel campo de combate hecho enteramente de madera era inminente, y tenía la extraña y curiosa sensación de que yo sería el primero en estrenarlo.

El anciano descansaba su vista sobre horizonte y su cuerpo estaba sentado completamente sereno en aquella robusta madera.

Kahuna: ¡Saludos! Vosotros que osais enfrentar al guardián de la Isla y así proseguir vuestro arduo camino hacia la cima del Monte Lanakila, debéis estar preparados no sólo para esta prueba si no para toda aquella piedra que se cruce en vuestro camino, hoy aquí no se evaluará vuestra fuerza, si no vuestra madurez. La capacidad para poder afrontar los peligros y dificultades, la calma con la que manejareís todo aquello que se escapa a vuestro control y las ganas que demostreis de hacerlo.

He de admitir que se me puso la piel de gallina.

Aquel discurso me hizo recordar que estaba participando en un viaje que cambiaría toda mi vida, y me podría hacer entrar en la historia.

Todas mis dudas se dispersaron en un momento y..

Sun: ¡Guardian de la isla! ¡Déjeme combatir el primero!

Una sonrisa de un servidor iba acompañando a aquellas palabras, cuya intención era demostrar que no sólo lo eran.

El Kahuna me miró sonriente y aceptó mi proposición de duelo.

Este sería, ¡El inicio de mi verdadera madurez!

CalidezDonde viven las historias. Descúbrelo ahora