Calidez

Alola.

Instintivamente conteste afirmativamente a la petición de mi madre.

Sun: ¡Si! ¡Tengo muchas ganas de ver como es todo por aquí!

Mama: Esta en tu mochila la gorra, procura no desordenar nada mas de lo que ya está.

Puse una mueca de aceptación.

Fui al lugar al que a partir de ahora llamaría "Mi habitación".

La verdad, era mas grande de lo que esperaba, ya había algunos muebles instalados en ella, y sin duda lo mejor eran las ventanas, grandes y amplias que daban unas vistas al mar perfectas.

No pude evitar caminar hasta las ventanas y echar un vistazo a lo que sería el hermoso y extenso mar que acompañaría mi vera de hoy en adelante.

Tampoco pude evitar pensar en como estaba cambiando mi vida de repente.

Apenas hace una semana cumplí dieciséis años, he vivido mi primer viaje en avión, estoy conociendo de primera instancia una región completamente nueva.

¿Será este el lugar en el que pueda cumplir mi sueño?

Airi
Yoel
No os defraudaré..

Sin mas despistes, tomé rápidamente mi vieja gorra y salí de na mi habitación.

Sun: ¡Mama!¡Me voy!

Mama: Vale hijo, ten cuidado.

Salí de casa.

Un sol radiante alcanzaba mis labios, y la punta de la nariz, bendita sea mi gorra.

Sin duda, puse rumbo a la gran ciudad Hauoli, en la que se extendían unas enormes playas repletas de gente y de todo tipo de pokemon que nunca había visto.

No podía ocultar la sonrisa que se formaba en mi cara.

Alola era maravillosa.

Seguí caminado hasta ver una gran tienda, que parecía ser frecuentada, en la que se vendían una especie de bollos llamados "malasadas".

Oí hablar de ellos en Kanto, tenían fama de ser realmente exquisitos, a si que entré a comprarme uno.

Aun tenía algo de dinero en los bolsillos, por suerte el suficiente para comprar una.

Salí de la tienda con una malasada grande y brillante, se me hacía la boca agua solo de mirarla.

Cuando me dispuse a darle un bocado..

*RAASH*

Desapareció en un abrir y cerrar de ojos.

Aturtido por la situación, mire al cielo confuso, de donde provenía el ataque.

Vi a un pájaro con una pequeña cresta roja, salir volando con mi malasada.

Sun: ¡Eeh! ¡Vuelve aquí!

Comencé a perseguirlo si vacilar, pero era muy rápido.

Tras unos pasos, alguien se cruzo en mi camino.

*PUUUM*

???: Aay ay.. Duele..

Sun: Lo siento.. Eh.. Esto..

???: No te preocupes.

Le ofrecí mi mano para ayudarlo a levantarse.

???: Muchas gracias.

Era un chico que parecía tener mi edad, con el pelo rosado y bastante moreno de piel.

Liam: Mi nombre es Liam, es un placer.

Sun: Oh encantado, yo soy Sun. Ese pájaro..

Liam: ¿Te refieres a Pikipek? Es de lo mas común por aquí.

Sun: O veras.. Es que.. Me acabo de mudar y.. Estaba viendo un poco la zona.. Y..

Liam: Ya me parecía raro ver a un Pikipek con una malasada en la boca.

Rió suavemente.

Liam: Perdón por decirte pero.. Tienes algo de mala suerte, es la primera vez que veo algo así.

Sun: Genial..

Mi cara se transformó con una expresión que decía por si sola ''Me quiero morir''

Se echó a reír.

Liam: Bueno.. Que tengas suerte la próxima vez.

Después de hablar con este misterioso joven, pude ver que no era el único que se comportaba de manera simpática. La gente de Alola era realmente agradable.

El día se paso volando, la mayoría del tiempo estuve en la playa, dándome un baño en unas aguas con una temperatura perfecta.

Se hizo algo tarde, pero mi madre vino a buscarme.

Ella vino con toallas y ropa de repuesto para mi.

Mama: Alola Sun, ¿Te esta gustando Alola?

Sun: Es increíble. ¡Es maravillosa!

Mama: Y si te digo que no me apetece cocinar..

Hizo una pausa.

Mama: ¿Y por ello cenamos en un restaurante de aquí?

Sun: Me parece perfecto.

Era la ocasión indicada para probar la exótica gastronomía de Alola.

No sabíamos nada sobre ellos, a si fuimos al primer restaurantes que vimos.

Tras un gran banquete, lleno de platos realmente exquisitos, nos volvimos a casa.

*De camino a casa..*

Realmente el cielo de Alola es increíble.

Se veían todas las estrellas.

Era un autentico espectáculo visual.

Alola..

Creo que te quiero..