Soy el Sr. Park

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Estaba en la gran casa de mi mejor amigo, hace más de seis meses que no estaba aquí. Y es que me daba algo de... ¿Verguenza? No lo se. Es que ver tanto lujo me recuerda a que yo no tengo nada. 

Los dos en su amplia habitación, con varios trajes en la cama, estoy frente al espejo probándome varios trajes. 

-Te ves increíble-me dijo Junkook-pero...

-¿Pero?-repetí algo confuso, mirando mi reflejo, mi tez pálida me daba un aspecto sombrío pero tierno. 

Suspiro.

-¿Por qué eres tan delgado?-reclamo acercándose a mi y examinándome más de cerca-la parte de arriba se te ve muy bien, pero tu cintura es tan pequeña. 

-Créeme, ese ha sido mi problema toda mi vida.

No me respondió, se alejo y camino hacía el mueble que estaba un lado de su cama, tomo su celular y marco un numero.

-¿Ahora que haces?-dije con el tono algo molesto. 

-Llamara a mi sastre, así te acomodara los pantalones a la medida. 

-Oye-hice una mueca-creo ya has hecho mucho por mi. 

-Solo te preste un traje-bufo riéndose mientras se pegaba el teléfono a la oreja.

-Un traje que cuesta más de dos mil dolares... ¡DOLARES! No estamos hablando de la moda Coreana. 

-Ya relájate, ya ni siquiera lo uso.

-Pero...

Me alzo un dedo para que me callara. 

-Si-le dijo a alguien por el otro lado de la linea-necesito que vengas... si... es una emergencia-camino hacía a mi un poco-es urgente, tanto que ni siquiera fui a la universidad hoy-hizo una pausa escuchando las respuestas-si, eres el mejor gracias. 

Me sonrió. 

-Gracias Galleto. 

-¡Qué no me digas así!-me reí. 

Después de que me ajustaran el traje me fui a casa, agradeciéndole todo a koook, estaba sumamente nervioso por todo esto. 

No había ido a la universidad, ya que iba a tener mucho por arreglarme. Tenía listo todo y lo único que me faltaba era mi imagen. 

Kooki me salvo. 

Cuando llegue a mi departamento, puse todo para la entrevista en la mesa y el traje lo deje colgando detrás de mi puerta de la habitación. 

Estaba muy nervioso eran las 3 de la tarde. Tampoco ire a trabajar a la cafetería y tengo pensado que si me dan el puesto, tendré que cambiarme al horario que es más tarde. De 5 a 11 de la noche. 

Estaré más cansado, pero todo por el dinero, mi vida es muy costosa. La maldita universidad es muy costosa. 

Narra Jimin.

Eran las 4:40 de la tarde y estaba en mi oficina, ocupado como siempre. Papeles y papeles. Firmar aquí, firmar allá, ir a juntas  

Y tener que oír las situaciones sentimentales de Nadia. 

-Y no funciono-me dijo, sentada como siempre frente a mi, con su pierna cruzada y con uno de sus vestidos tan brillosos-los hombres son tan tontos. 

Le dedique una mirada seria y enfadada. 

Me sonrió. 

-No todos los hombres cariño-soltó una risita-tú eres perfecto. 

Pare de firmar los documentos. 

LA EMPRESA PARK JimsuDonde viven las historias. Descúbrelo ahora