I love you, i miss you

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— Jamia!

La chica se giro a verlo seguido de las miradas de todo su grupo, mirándolo como juzgando hasta su forma de caminar hasta que llego a su lado.

— Que quieres Gerard?

Jamia le dio una mirada medio amenazadora, y medio porque con su aspecto era difícil imaginarsela amenazando a alguien, y de hecho ni a amenaza llegaba porque solo le estaba dando una mirada bastante infantil.

— Donde esta Frank?

Su grupito irritante de amigas empezaron a cuchichear entre ellas sólo para aumentar la inseguridad de Jamia sobre su novio, cosa que empezaba a molestarla.

— Y a ti que te interesa donde esta MI novio?

— Y porque no mejor me respondes para poder irme y terminar con este sufrimiento colectivo?

— Agh, se fue donde una tía o algo así, no va a volver creo, ahora muevete de aquí escoria humana... Por favor.

Jamia terminando la frase con una sonrisa falsa a mas no poder hizo a todo su grupito reír y Gerard solo rodó los ojos y a paso lento se fue del lugar.

Frank se fue... Para siempre, eso dijo Jamia verdad?, y ni siquiera se despidió ni dijo una palabra, tampoco quedaron en los mejores términos, y menos tenían algún tipo de relación afectuosa, que esperaba Gerard? Porque esperaba algo desde un comienzo? Debería estar feliz de que se fue, tiene que estarlo, debería ser lo puto mejor de su día, pero por alguna razón se siente vacío.

Esta mal, esta mal, esta terrible, si tenía que iba a obligarse a estar feliz de que se fue, eso era lo que quería, y aunque por dentro sabía que eso era una mentira tendría que convertirse en realidad.

Por otro lado Frank comenzaba su primer día en una escuela católica, había hecho el nudo de la corbata mas de cinco veces hasta que se harto y la dejo así, corrió hasta salir de la casa de su tía para que no viera lo desaliñado que se veía con el pelo grasoso y desordenado, la camisa mitad adentro del pantalón y la otra afuera, las converse sucias junto con el uniforme "formal" y esa corbata con el nudo mal hecho, si su tía lo hubiera visto seguramente lo hubiera castigado, y aún no sabe de que forma castiga esa extraña mujer pero no debe ser nada bueno.

Al llegar enseguida sintió miradas encima suyo, pero no de las buenas que recibía antes, estas eran de "que clase de bicho raro se coló a la escuela" y de desaprobación, antes de poder seguir sintiéndose mal consigo mismo el supuesto director se acerco a él, iba a ser un día largo.

Después de que le hayan dado el horario y demás prosiguió a entrar a clase, donde tuvo que presentarse ante todas esas intimidantes miradas junto con la del profesor para luego sentarse.

— Pssst el de las converse.

Frank se giro hacia el tipo de un asiento adelante, sonreía y parecía amigable.

— Lo siento si están siendo muy intensos contigo viejo, me llamo Ray.

— Frank, y porque tu no?

— Porque no me creo un anciano religioso como todos aquí, no te voy a juzgar por no saber como arreglarte.

— Oh, gracias?

— Si si, pero antes de nada deberías hacer algo con la corbata y camisa o te golpearan con un látigo.

— Que?!

— Shh, jajaja era una broma, lo siento, aunque de todos modos sería mejor que te arreglaras un poco, seguramente ya deben estar hablando sobre de que puente saliste.

— No se como atar una corbata.

— En receso te enseño.

De la nada teníamos la mirada de todo el salón sobre nosotros junto con la iracunda anciana que hacía clases, seguramente llamaron la atención hablando tan fuerte.

— Ahora podemos seguir con la clase señor Iero y Toro?

— Si señora.

— Gracias.

La clase transcurrió silenciosa y aburrida, mas que adolescentes parecían soldados pero ahora este era el presente de Frank.

Acabaron las clases y toco receso, Frank salió junto con Ray y fueron a una zona un poco mas alejada.

— Y así se hace, vez que no es tan difícil?

— Gracias Ray...

— Pasa algo Frank?

Frank lo mira un rato y luego niega con la cabeza y saca un cigarrillo de su bolsillo y comienza a fumar enfrente de la incrédula mirada de Ray.

— WOW! acaso sabes que no se puede fumar aquí?

Frank sonrió y luego de fumar un poco mas apago el cigarrillo, el no solía fumar mucho, solo lo hacía en ocasiones especiales, como cuando solía salir con Bob cosa que dejaron de hacer por alguna razón.

— Si te hubiera visto alguien te hubieran expulsado enseguida sabes?

— Ajá.

Ray niega con la cabeza y vuelve a sonar para receso, y así paso el día, encima de Ray todo el tiempo, y es que las miradas hostiles que recibía no le daban ánimo para sociabilizar con alguien aparte de Ray y tampoco es como si tuviera ánimos de hacerlo con Ray, quería volver a su casa antes de que pasara todo eso, quería haber podido controlarse y hacer el trabajo con Gerard y nada más, nunca haber sentido esas cosas por un hombre y manchar el apellido Iero, quisiera nunca haber probado sus labios suaves, pero lo hizo, y a la vez no se arrepentía, porque al pensarlo y recordarlo lo invadían dos sentimientos, el remordimiento y las ganas de volverlo a hacer, de besarlo tanto que sus labios se desgasten como un pantalón viejo y de hacerlo suyo tantas veces que en cada centímetro de su piel este marcado con hierro caliente que es propiedad de Frank Iero y de nadie más, porque aunque no quisiera a la vez, ya paso, estaba enamorado de Gerard Way.

En cada uno de sus pensamientos estaba él como protagonista, sólo podía pensar en como se sentía él, que estaba haciendo, también estaba enamorado? Lo odiaba? No le importaba?, y a veces se ponía a fantasear de como podría haber sido todo sin que sus padres fueran tan homofóbicos, que y si tenían un futuro juntos? Pero porque se sentía tan inalcanzable? Y luego recordaba que estaba en un pequeño pueblo del infierno encerrado con gente que lo odia, bueno, todos lo odian excepto Ray.

Si Ray lo ayudaba no podía ser tan terrible verdad? O por lo menos en algún momento tendría que olvidarse del pelinegro y sus ojos verdes y sus labios húmedos... bueno, iba a ser difícil.

I kissed a boy ✒ frerardDonde viven las historias. Descúbrelo ahora