Según Gwendoline el tiempo del que disponían era récord. Mientras corrían por los follajes de Tierra ella calculó unos cuarenta y cinco minutos. Tiempo suficiente como para que los otros enviados de Owen percibieran que algo había salido mal. Para entonces informarían a Owen por llamada y estarían fritos.
Mientras corrían para lograr abarcar el tiempo del que disponían, Gwendoline les habló de las diferentes naves que tenía Owen en la Tierra en ese momento, la cuales eran tres en total. Una principal, que era en donde él y sus personas de más confianza permanecían, otra custodiada por unos cuantos soldados pues en ella guardaban las armas y la tercera, que era la que les interesaba, pues allí tenían a los rehenes.
La muchacha había visto cuando transportaban a Ian a esa última nave, según ella estaba en la cuarta habitación hacia la derecha pasando el pasillo de entrada a la nave. Urien la interrogó sobre como lograrían burlar la seguridad y ella le aseguró que tenía algo planeado. Cuando por fin llegaron al asentamiento de Owen la muchacha les pidió que permanecieran escondidos tras los arboles mientras ella buscaba la forma de entrar. Solo cuando se fue, Shannen extrajo la tableta eléctrica y tecleó un mensaje para su madre.
«Mamá, estamos en el asentamiento de Owen, no te preocupes, conseguimos ayuda. Te pido que por favor no enloquezcas, sabemos lo que hacemos, pero necesitamos una salida. Sabemos que tienes una segunda nave preparada para partir, si pudieras tenerla en veinte minutos aquí sería de gran ayuda. Usa el rastreo de tu tabla para ubicar esta y sabrás nuestra locación exacta. Te quiero, Shannen.»
—¿Todo bien? —La interrogó Aldair que estaba a su lado, ella le asintió.
—No quiero ser pesimista, pero todo parece muy fácil. —Todos se volvieron a mirar a Mika, quien de inmediato se ruborizó, pero Urien lo tomó por el hombro y le sonrió.
—Yo pienso lo mismo, pero hay algo en esa chica, algo en su mirada cuando entró allá.
—¿Qué quieres decir? —lo interrogó Shannen y él contestó.
—Es como si tuviera miedo de su propia gente. No creo que sea tan descabellado o desesperado confiar en ella, creo que ella en verdad quiere escapar de su realidad.
—Espero que tengas razón —observó Aldair, al momento en que veían a la chica regresar. Caminaba con algo de nerviosismo, mirando en derredor y traía una bolsa consigo.
—Tienen que ponerse esto —les dijo dejando la bolsa en el suelo—. No hay guardias por afuera, pero todos están custodiando el interior de la nave. Debemos dividirnos, de preferencia de dos en dos, es peligroso que nos vean en un grupo tan grande, podrían sospechar.
—Pero eso no es necesario —comentó Urien—. Solo necesitamos entrar a la nave de rehenes, sacar a Ian e irnos. Estoy seguro que si me guías tu y yo podemos hacerlo. Luego solo es huir.
Todos parecían estar de acuerdo con eso. Sobre todo porque desde donde estaban Aldair, Mika y Shannen podían cubrirlo, pero había algo extraño en la mirada de Gwendoline, como si no comprendiera la estrategia de Urien y entonces ella dijo.
—¿Cómo? ¿No vienen a buscar a la chica también? —Intercambiaron todos una mirada, ¿chica?
—¿Cuál chica? —interrogó Urien con el entrecejo arrugado, Gwendoline contestó.
—Pues tuve oportunidad de hablar con Ian antes de que me asignaran ir a escoltarte. No había nadie cerca de su celda en ese momento así que pude contarle mis intenciones. Al principio no me creía pero le di una prueba, ahora no importa, el punto es que me dijo que los llevara con ella también.
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Voluntad de Tierra [Razas #1]
Science FictionPRIMERA PARTE DE RAZAS. El planeta Tierra no es el único habitado y forma parte de una organización llamada La Hermandad, que se encarga de mantener el orden entre los habitantes de los cuatro planetas que la conforman, con reglas muy específicas: L...