Voluntad de Tierra [Razas #1]

Capítulo VII: CONFLICTO EN EL BOSQUE

Kaya actuó extraño durante el resto de aquel día y el comienzo del siguiente. Se le veía casi ausente, contestaba con monosílabos y pasaba la mayor parte del tiempo posible sola en su habitación. Los pocos intentos de Glen por tratar de conversar con ella para enterarse sobre qué había pasado con Urien en el bosque fueron rápidamente terminados por la misma Kaya, quien no perdió la oportunidad de señalarle a Glen como ella muchas veces prefería ocultar a los demás sus problemas, dejando entonces a Glen sin argumentos para poder averiguar.

No tuvo más remedio entonces que el dejar a Kaya lidiar sola con sus problemas amorosos y se inventó una razón oficial sobre el estado de Kaya para contar a los señores Shumek y la tía Sarah. Glen dijo que Kaya se estaba sometiendo a una nueva dieta, una originaria de Sueño que se estaba volviendo muy popular, dijo que las chicas de la Uisce la estaban usando mucho y que el chisme había llegado hasta Talamh. Glen sospechaba que su mentira era muy frágil, pero los adultos de la casa decidieron aceptarla, quizás porque la alternativa era averiguar una verdad que todos deseaban negar.

Como fuera, Glen siguió con sus labores todo lo normal que pudo. Ayudaba al señor Víctor en la lavandería y a veces visitaba a su tía Sarah al Fuerte Mar, incluso en par de ocasiones colaboró con la señora Malenna para hacer las compras. Entre tantas ocupaciones el señor Víctor le dijo que podía tomarse las tardes libres y a pesar de que Kaya no quería salir de su habitación Glen hizo uso de sus tardes.

Caminaba por la ciudad, compraba fruta y las comía en la fuente, algunas tardes se aventuraba por el bosque con la esperanza de encontrarse por allí a Mika, pero él no aparecía. No fue sino hasta cierta tarde, mientras Glen comía una manzana verde sobre una de las ramas de los árboles, cuando los chicos Agua aparecieron. Estaban bastante lejos de ella, pero aun así pudo verles gracias a la altura del árbol en que estaba trepada. Por un instante pensó en irse. Seguía muy fresco en su memoria la ofensa de Ian y lo menos que necesitaba en ese instante era verle, pero no se fue.

Decidió permanecer allí sentada, comiendo su manzana mientras les observaba. No podía escucharles debido a la distancia, pero pudo deducir parte de lo que sucedía por sus acciones. Estaban en pleno entrenamiento. Glen se preguntó por qué entrenarían allí cuando toda la zona era tierra y árboles. Pero pronto lo entendió. Ian traía un termo colgado del brazo, se lo descolgó y lo abrió, se alejó un par de pasos de los otros chicos y arrojó el contenido al aire. De inmediato Mika y Urien se pusieron en alerta y cada uno por su parte intentó tomar la mayor cantidad de agua posible, acto seguido Ian hizo una señal y ambos chicos empezaron a combatir.

Glen contempló aquel entrenamiento entre molesta y maravillada. Era evidente que Ian pretendía colocarlos en una situación en la que su elemento natural fuera escaso y por ello aprender a aprovechar al máximo hasta la más mínima gota. Mordisqueó su manzana, ya a punto de acabársela y observó a su amigo Mika. Para su corta edad y el poco tiempo que debía llevar en entrenamiento parecía muy diestro en el manejo del Agua. En ningún momento dejó caer una sola gota de agua, pero por otra parte le faltaba habilidad a la hora de atacar, no así de esquivar. Con lo poco que Glen conocía al chico podía entender parte de su poca habilidad en ataque. Mika era un chico amable y dulce por naturaleza, la ofensiva no era lo suyo.

A Urien en cambio ella no lo conocía mucho, pero por su forma de batallar con Mika parecía no muy dispuesto a dejarse ganar. No era tan hábil como Mika al dominar el agua, sin embargo sabia como y cuando atacar. Glen se preguntó si el corazón de Urien estaría lleno de maldad, porque recordó a Kaya y lo triste que había estado por aquellos días. En ese momento Urien hizo un rápido movimiento y robó el agua de Mika, para posteriormente formar lo que parecía ser un látigo de agua, bastante deforme pensó Glen y derribar al chico con un ramalazo. Ian aplaudió y se acercó a su primo tendiéndole una mano que el chico tomó para lograr ponerse en pie.