Ian estaba sentado en una de las sillas del comedor de la sala. Se balanceaba en las patas traseras mientras veía el movimiento que se había apoderado de su casa aquel día. Todos parecían medio frenéticos, caminando de aquí para allá. El aire olía a los diferentes perfumes con los que se habían rociado sus diferentes habitantes y el ruido que se apoderó de la estancia era el de los pies y el susurro de la ropa mientras iban y venían, así como el de puertas siendo abiertas y cerradas, más los susurros que se dirigían entre ellos mientras entrechocaban en los pasillos.
Mika fue el primero en estar listo. Había escogido una chaqueta verde oliva sobre una playera negra, más unos vaqueros desgastados y llevaba su cabello rubio en punta. El chico se detuvo en mitad de la sala y lo miró. Ian elevó una ceja, presintiendo lo que su primo quería preguntar pero no se animaba a hacer. «¿De verdad eres tan amargado como para no ir a la fiesta?» Esa era la pregunta que brillaban en los ojos de Mika y la respuesta de Ian seria: «Sí, tengo diecinueve pero parezco de cuarenta y me importa un bledo.»
A veces Ian se preguntaba por qué era así, pero nunca indagaba demasiado en esas cuestiones, en parte porque no quería conocer la respuesta, porque bien decían que la verdad era dolorosa.
—¿Listo, primito? —Urien había aparecido en la sala. Palmeó la espalda del chico mientras sonreía con amplitud, aunque técnicamente Urien y Mika no eran primos, parecían llevarse como tal. Ian se sorprendió pensando que esa debería ser la relación de él Mika, pero no lo era, porque de nuevo, Ian parecía un adulto encerrado en el cuerpo de un joven.
—Sí, ¿por fin vamos nosotros primero?
—Por supuesto. —Urien ignoró por completo a Ian y caminó hacia la parte lateral al comedor de la sala, allí tenían un espejo en donde se echó un vistazo. Urien llevaba el cabello rubio muy bien recortado. El muchacho se echó un vistazo a su camisa azul cobalto y acomodo el cinturón de sus pantalones blancos—. Shannen y Kenna van luego. Ya sabes, mujeres.
Ladeó una sonrisa que Mika respondió. Ambas estaban aún en mitad de prepararse. Urien caminó hacia la salida, pero antes de llegar, Ian decidió por fin hablar.
—¿Sabes que las esperanzas que llevas no sirven de nada? —El muchacho se frenó en seco, haciendo a Mika chocarse tras su espalda. El chico dio un par de pasos atrás y miró hacia Ian. Este se sintió complacido al comprobar que su primo lo miraba con algo de temor, y Urien en cambio con algo de molestia. Eso era lo quería.
—¿Qué murmuras? —Pudo sentirlo, la ira de su hermano contenida en su vano intento de parecer sereno.
—Pareces muy emocionado por esa fiesta. No sé porque creo que piensas que yendo tendrás una oportunidad de encontrar a tu amiguita Tierra y explicarle porque terminaste con ella en realidad, para luego pedirle que tengan algo en secreto. ¿Todavía murmuro? —Había dado en el clavo, Ian lo supo cuando vio el ramalazo de ira cruzar el rostro de Urien—. Eres demasiado ingenuo, Urien. Cuando tú crees ir, ya yo he ido tres veces. Deja de hacerte el tonto y ponte a hacer lo que realmente tienes que hacer.
—¿Sabes qué? Estoy harto. Estoy harto de que te creas superior, de que creas que tienes poder sobre mí. A partir de hoy, voy a hacer lo que se me cante y me tiene sin cuidado lo que tienes para decir al respecto. —Ian alzó una ceja, estaba teniendo el resultado esperado, era momento de que Urien reaccionara. Dejó de mecerse en la silla y se puso de pie. Caminó hasta el perchero al lado de la puerta y tomó una chaqueta negra que se puso encima de su playera blanca.
—Con que esas tenemos. Vamos hermanito, hay muchas cosas que tienes que saber.
Ian abrió la puerta y salió, dejando a Urien y Mika tan sorprendidos que ni siquiera lo siguieron de inmediato. Se tomaron su tiempo, antes de darse cuenta de que Ian quería que lo siguieran. Ian caminó lejos de casa, saliendo de la Uisce con los chicos tras de él. En verdad odiaba las fiestas, pero luego de lo recién descubierto por boca de su madre, creía que era el mejor momento para hacer a Urien participe de todo ello.
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Voluntad de Tierra [Razas #1]
Fiksi IlmiahPRIMERA PARTE DE RAZAS. El planeta Tierra no es el único habitado y forma parte de una organización llamada La Hermandad, que se encarga de mantener el orden entre los habitantes de los cuatro planetas que la conforman, con reglas muy específicas: L...