𝟬𝟬𝟱 zorro uno

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" i may be the optimistic one, but i'm not delusional "

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CAPÍTULO CINCO:
ZORRO UNO.




      Mason y Eliza bailaban en el medio del barco, ambas moviéndose al ritmo de la canción mientras que los demás observaban alrededor con atención. Una carcajada escapó de los labios de la pelirroja cuando ella casi se cayó y su amiga la sostuvo para evitar su caída.

      La atención de James Conrad fue captada por tal sonido, obligándole a darse la vuelta. Sonrió brillantemente al observar a la chica retomar el ritmo de la pegadiza y reconocida canción.

      — ¿Ésta vez bailarás, James?—, le gritó Eliza por sobre la música cuando Mason le señaló con la cabeza que él la estaba mirando. La pelirroja sonreía coqueta mientras seguía balanceándose con la rubia.

      James negó. Su sonrisa permanecía intacta mientras alzaba ligeramente el arma, brindándolo como justificante —. ¿No te cansas de bailar?—, replicó, intentando molestarla.

      — ¿Tú no te cansas de sostener aquella pistola?—, señaló Eliza, provocando que el ojiazul lanzara los ojos al cielo antes de volver a mirarle —. ¡Por favor, James! Si salimos de esta isla, prométeme que bailarás conmigo. ¡Una sola canción!—, insistió y el británico suspiró.

      —Créeme que no se rendirá—, intervino Mason y James rió. Eliza le dio una mala mirada a su amiga.

      —Entonces, ¿qué dice, soldado?—, preguntó Eliza, volviendo a mirarlo. Después de todo, Mason llevaba la razón, ella no se rendiría.

      —De acuerdo—, cedió James, asintiendo y dándose la vuelta una vez más hacia el paisaje. Una sonrisa decoraba su rostro mientras escuchaba los exagerados festejos de Eliza.


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      —Tengo una esposa – tenía, ¿o tengo una esposa?—, pensó en voz alta Hank mientras observaba la foto entre sus manos. Eliza lo miró cuando el hombre estiró el brazo hacia ellos, y ella no pudo evitar sonreír al pensar en el hecho de lo vieja que era la fotografía —. Recibí un telegrama el día antes de que me disparan, dijo que acababa de tener a nuestro hijo. ¡Tengo un hijo! Un adulto que nunca conocí.

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