" always so polite, mister conrad... and i am going around, calling you an idiot "
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CAPÍTULO CUATRO: EL ZORRO GRIS.
—Estábamos muy cerca de hacer que funcionara—, hablaba Hank apurado, mientras caminaba y guiaba al grupo fuera del barco encallado —. Gunpei y yo lo lanzaríamos a mar abierto, intentaríamos llegar a casa. Ahí mismo, una de las criaturas lo mató. Ahí está—, señaló, parándose frente a lo que parecía ser una barca, construida a partir de restos de diferentes tipos de vehículos de transporte.
—Es hermoso—, alagó de forma cortes Conrad y Eliza rodó los ojos.
—Siempre tan educados ustedes los británicos—, murmuró Eliza al oído del ojiazul, no queriendo ofender ni herir los sentimientos de Hank.
—Tienes todo la razón—, asintió Hank y, con eso, Eliza supo que estaba rodeada de locos.
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— ¿Esta cosa siquiera flota?—, preguntó Slivko cuando se subieron a la pequeña barca.
—Gunpei y yo pasamos seis años construyendo esta cosa, se llama el Zorro Gris, y él flota.
— ¿Acaba de llamarle "él" al barco?—, susurró Eliza, y tanto Slivko como Conrad le miraron un momento antes de que los tres volvieran a mirar a Hank.
—Saqué las piezas del motor de mi P–51 y su viejo Zero. Un día encontré un B–29 en la playa, fue increíble.
—Dime que bromeas—, pidió Victor mientras observaba todo con cuidado.
—Esa máquina parece hecha de puros tétanos.
—Sé que no se ve bien, pero un par de manos extras pueden arreglarlo. Salvo que tengan una idea mejor, sugiero que empecemos a trabajar.
