Las escaleras se plegaron, gracias a que yo acabé cogiendo a mi hermano, subimos por ellas y con la luz que emitía el móvil alumbramos la habitación.
- Whoa... - dijo Mike abriendo la boca.
- ¡Me la pido! -grité corriendo hacia el gran ventanal.
- No puedes dormir aquí, se supone que es para guardar cosas que no necesitemos o lo que sea que se haga aquí. - contestó él.
- Quiero que esta habitación sea mi dormitorio, además me la pedí yo primero.
- Pero eso no es justo, no puedes pedirte la mejor habitación de la casa sólo porque tu lo digas, tienes que preguntarle a papá y a Susan también. -contestó Mike.
- Callate listillo sólo lo dices porque la quieres para ti. -me empecé a reír por la cara que iba a poner.
- Pero bueno ¿Cómo te atreves a decirme eso? -se llevó a la boca una mano y con la otra hizo el típico gesto de una pija.
Los dos empezamos a reírnos sin parar eso produjo que nuestros padres subiesen para ver lo que ocurría.
- Hola chicos, ya se que estáis cansados por el trayecto pero ¿podéis ayudarnos a traer algunos objetos importantes a la casa? - dijo Susan asomando la cabeza.
- Las camas y algunos muebles ya están puestos. - añadió nuestro padre.
- ¿Papá puedo dormir aquí? - le pregunté algo insegura porque pensaba que sería bastante complicado traer una cama aquí.
- No, ¿por qué quieres dormir aquí? las habitaciones de abajo son bonitas, ve a echarles un vistazo.
- Es que este cuarto me gusta mucho, déjame dormir aquí por fa, por fa, por fa. -le rogué sin parar a mis padres.
- Esta bien, lo pensaré. Pero hoy no podrás dormir aquí ya que tendríamos que desmontar y montar la cama para que pudiese entrar al cuarto y ya es bastante tarde. -explicó papá mirando el reloj de su muñeca.
- Bajad para ayudarnos con algunas cosas y luego idos a dormir. - dijo Susan.
- Vale. -dijimos Mike y yo.
Mis padres bajaron y a continuación nosotros.
- Oye Alice ¿No tienes hambre? -preguntó Mike mientras bajábamos los peldaños.
- La verdad es que no porque mientras tu dormías en el coche nos acercamos a un McDonald's y compramos comida, intenté despertarte pero no me hacías ni caso.
- ¿Qué te parece si cogemos un poco de comida y la subimos a nuestras habitaciones? -preguntó sonriente.
- ¡Genial! yo te cubro, si hay palomitas coge por favor. -le ofrecí la mano y cerramos el trato lo siguiente que hicimos fue tomar los walkie-talkies y actuar como espías muertos de hambre.
- Aquí señorita Cuac, los intrusos se encuentran fuera de la casa, cambio y corto.
- Recibido, señor Oscuro se acerca al objetivo. Avise si los intrusos se acercan. Cambio y corto.
- Oh... no - las pilas se habían gastado y ahora no podía avisar a Mike de que nuestros padres se acercaban. Cogí la linterna y alumbré hacia un espejo que este a su vez hizo que la luz se reflejara y entrase a la cocina y le enviase una señal a Mike.
- Alice ven aquí y coge las cajas de allí. - me ordenó mi padre.
-¡Ya voy! -grité para que me escuchase papá y a la vez Mike. Al parecer captó mi mensaje y subió para dejar nuestro festín en una habitación.
Acabamos con nuestra tarea y fuimos corriendo al segundo piso, allí nos esperaba una gran recompensa.
- Misión cumplida hermanita. -alzó la mano para que le chocase los cinco. Ensemdimos la luz y nos tiramos de plancha a la cama, en frente de esta se encontraba una televisión.
-¡Qué guay, tienes tele aquí! -exclamé por ello.
- Creo que en la tuya también hay. -contestó Mike.
- ¿Vamos a darles las gracias? - me levanté para ir y él asintió.