"Desde que lo conocí ese día no hemos dejado de vernos en el tejado de mi casa. Siempre me traía regalos como una rosa congelada, según él esta me indicaba en cuanto tiempo nos veríamos de nuevo, cuando la escarcha de la flor desaparecía por completo él dibujaba un corazón en la ventana indicando que ya estaba aquí."
"Que cursi" pensé, se notaba que lo había escrito una chica, eso de la rosa congelada parecía muy extraño, pero me sonaba de un chico del cuál Alice había hablado esta mañana. Jack Frost. Revisé las fechas de las páginas en las que fueron escritas, entre ellas coincidía una con el día de hoy. Pensé que a lo mejor, por muy absurdo que sonase, Jack podría estar allí arriba.
Me puse unos pantalones de chándal y una chaqueta de cuero, que fue lo primero que vi. Cerré mi chaqueta cuando salí al jardín. Buscaba otro lugar por el que llegar al tejado, a parte de ir por la habitación de mi hermana.
Rodee la casa entera, hasta que vi una ventana que tenía un balcón, pensé que podría subir hasta el tejado con unas escaleras y si tenía suerte no me servirían.
Mis padres se encontraban en uno de los salones de la casa, viendo la televisión.
Subí las escaleras como un loco.
- ¡Eh, ve como siempre, más tranquilo de lo normal! -dijo papá.
- ¡Parezco tranquilo, pero no quiere decir que lo sea! - le grité desde la segunda planta.
Entré en varias habitaciones hasta dar con la correcta. La ventana estaba abierta y las cortinas se movían hacia fuera por el viento. Miré a mi alrededor no había nada que indicase de que habitación se trataba. "¿Por qué hay tantas habitaciones si nadie va a utilizarlas todas?" me pregunté, salí al pequeño balcón y me subí en la barandilla, a continuación me agarré
con las manos al tejado y me impulsé hasta que mis rodillas lo tocasen, me puse de pie y empecé a caminar hasta estar al lado de la chimenea.
Me puse a cuatro patas buscando algo que ni siquiera yo sabía que era. Había algunas tejas sueltas, levanté una de ellas para aportarla y justo debajo de estas se encontraba el tallo de una rosa con algunos pétalos, la cogí y la observé, de repente escuche un ruido que provenía de la habitación de abajo, la de Alice, caminé hasta el extremo hasta estar justo encima de la ventana de su cuarto. Bajé para ver que ocurría y allí me encontré a un chico que estaba a punto de abrir la ventana para entrar. Pensé que era un ladrón, pues iba todo de negro, di un saltó hasta donde él se encontraba, lo agarré del brazo y lo aparté hacia un lado, antes de que Alice se diese la vuelta y lo viese. Ella estaba bailando con los cascos puesto, la verdad es que parecía que le estaba dando un ataque al corazón.
- ¡Eh, sueltame me haces daño! -dijo el chico de sudadera negra haciendo fuerza para que quitara mis manos de su cuello.
-Antes dime quien eres y que quieres de mi hermana. -lo miré enfadado. No me contestó. -Bueno si no es por las buenas serán por las malas. -solté una mano de su cuello y la cerré en un puño, cuando un bastón me golpeó fuertemente en la cabeza. Caí y el chico se puso de pie, clavandome el cayado en el pecho.
Me agarró del cuello de la chaqueta y salimos volando, atravesamos un bosque y el chico descendió a gran velocidad en un claro, me agarré muy fuerte de su pierna.
- ¿Qué pasa, ahora tienes miedo? -preguntó aterrizando suavemente sobre la tierra.
- ¿Qué? Yo no tengo miedo de ti. -me sacudí la tierra de los pantalones - ¿Se puede saber que hago aquí? -le pregunté enfadado.
- No. -contestó, se giró buscando algo y le vi sonreír.
- Cuando una persona dice "¿se puede saber que hago aquí?" no esperan que le contesten con un "no", así que volveré a preguntar ¿Por qué...
- Shhh -puso su dedo índice en los labios.
- ¿Qué pasa? Encima que me traes aquí por la cara te atreves a mandarme a callar. -me alejé de él para ver que había a nuestro alrededor.
El chico vestido de negro observaba algo con mucha concentración y como no había nada más interesante me acerqué a él.
- ¿Quién es ese? -señale al otro chico bastante parecido a él.
- Es Jack, como hagas ruido te mato ¿vale?
- Vale, vale tampoco hay que ponerse así... Espera, es ¿Jack Frost? -pregunté como si fuera un niño pequeño.
- Sí, ahora callate. -dijo dándome un empujoncito.
- No seas tan borde, puedo hacer ruido si quiero ¿sabes?
-No, no lo harás.
- ¿Por qué no? -intentaba molestarlo hasta que él mismo acabase haciendo ruido, lo hacía por diversión, al fin y al cabo él no ha hecho nada por mi.
Giró con suavidad su mano y de ella salió una masa de algo como humo negro, este empezó a rodearme y comencé a sentirme mareado y caí al suelo de rodillas y luego el resto de mi cuerpo.