Capítulo 12

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Un bono para ustedes.  Dos capítulos en un día! Espero que los disfruten.  Al lado una foto de como visualizo a Yahir (Columbus Short). Me encanta su sonrisa :D  La canción es un poquito vieja y fresita, pero es la mejor que describe la situación.

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Capítulo 12

“No entiendo como de repente llegó este silencio. Cómo se escaparon todas las estrellas y legó un adiós que te juro no entiendo.  No entiendo que de pronto fuiste como arena en mis dedos, y mi corazón se lleno de tristeza…no entiendo…”

 

Carolina escuchaba esta canción mientras se preparaba para salir con Abimael.  Esta sentía que como las lágrimas salían de sus ojos involuntariamente al escuchar esta canción.  Era un recuerdo que llevaba muy adentro de su corazón, el recuerdo de alguien que se negaba a borrar.  El recuerdo de su primer amor.  Aquel amor que desde niños fue creciendo con el tiempo.  Aquellos momentos tan bellos; aquel primer beso, aquella sonrisa, aquellas cosquillas en el estómago cada vez que se veían.  Aquel primer amor tenía nombre, se llamaba Joseph.  Aquel amor que se desvaneció de sus manos cuando tenían 16 años porque su familia fue trasladada del país.  Aquel amor que fue obligado a terminar sin ninguno de los dos así desearlo, sin volver a saber más el uno del otro.

Aquel recuerdo le dolía, pero le hacía sonreír.  La canción eran puñales que le enterraban en el corazón…un amor tan bonito, que solo en sueños se quedó.

Carolina limpiaba sus lágrimas y arreglaba su maquillaje.  No podía permitir que ese recuerdo la atormentara a estas alturas, luego de casi 9 años.  Joseph era un hermoso recuerdo, y así permanecería en su vida para siempre.

Una vez lista, se dirigió al hotel donde se estaba hospedando Abimael. Cuando llegó, él ya la estaba esperando.  Ella estacionó su auto, se bajó e inmediatamente subió en el auto de él y partieron de allí.

-Hacia donde nos dirigimos? – preguntó Carolina

-Tengo que hacer unas diligencias en el banco, quisiera comprarme algo de ropa y necesito lavar mi auto –

-Lo mejor va a ser el banco.  Días como hoy la espera es insoportable –

-No creo, tú estás acompañándome; la espera será agradable –

-Gracias, me siento alagada – le respondió Carolina riéndose

-De veras; me gusta compartir contigo –

-A mi también –

-Te puedo hacer una pregunta? –

-Ya la hiciste – dijo Carolina aguantando una carcajada

-Ja,ja.  Bueno, entonces, te voy a hacer otra pregunta –

-Adelante – esta vez Carolina no pudo aguantar más las carcajadas

-Quién es el muchacho con el que hablabas en el pasillo el otro día? –

El tiempo te encontraraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora