Capítulo 18

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“Una luz brillante hizo que abriera mis ojos.  Tenía en mis brazos el niño más hermoso del mundo.  Pelo negro, tez trigueña, ojos grandes color esmeralda…Aunque tenía rasgos visibles de mí, era casi idéntico a su papá.

 

“Sus ojos miraban fijamente los míos.  Me sentía la mujer más feliz del mundo.  Se movía y reía entre mis brazos.  De momento, levantó sus manitas y tocó mi rostro, desapareciendo dejándome vacía.”

 

Carolina abrió sus ojos y gritó cuando sintió un fuerte dolor en su vientre.  Las lágrimas comenzaron a brotar con facilidad.

-Dónde estoy? – preguntaba sin poder distinguir ninguno de los rostros a su alrededor.

-Tranquila Carolina, el doctor viene ya. – le dijo su amiga Sofía tomándola de la mano.

-Qué sucedió? Porqué me duele tanto? Mi bebé está bien? – preguntaba entre llanto a su amiga.

-Carolina, cómo te sientes? – preguntó un doctor que entraba a la habitación.

-Alguien me puede decir que sucedió? – preguntaba desesperada.

-Tuviste un accidente.  Aparentemente perdiste el conocimiento y chocaste tu auto. –

-Mi bebé? –

-Lo lamento mucho, Carolina, el impacto fue muy fuerte. –

-No!...No puede ser posible…..Sofía, por favor, dime que no es cierto.  Que esto es un mal sueño del que pronto despertaré.  Sofía…yo vi a mi bebé, es hermoso, lo tuve en mis brazos. – Carolina no pudo hablar más ya que su llanto se lo impedía.

Sofía intentó ser fuerte ante su amiga, pero no pudo más.  Rompiendo en llanto también, abrazó a su amiga.

-Todo va a estar bien Caro.  Eres joven, puedes rehacer tu vida.  Comenzar de nuevo… - le dijo Sofía.

-Carolina, necesito que te relajes.  Vamos a monitorearte durante 24 horas.  De todo continuar bien, podrás regresar a tu casa. –

-Gracias… - respondió apenas en un susurro.

-Cualquier cosa que suceda, me dejan saber inmediatamente. – dijo el doctor y luego abandonó la habitación.

Una vez solas, y luego de calmarse un poco, Carolina miró a Sofía mientras una leve sonrisa aparecía en su rostro.

-Qué sucede? – le preguntó Sofía preocupada.

-Creo que acabas de conseguir un nuevo papá para Valeria. –

-Perdón? –

-A pesar de que el doctor estaba hablándome a mí, me pude percatar de que no te quitó los ojos de encima. –

El tiempo te encontraraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora