PASSIONFRUIT

«Cariño, si lo que te gusta es dar por detrás, quizás deberías probarlo con un hombre. Al menos así disfrutáis los dos».

La prostituta le mandó un beso y guiñó un ojo antes de salir de la habitación de hotel. La jodida habitación de hotel de ciento veinte dólares la noche.

Mierda, mierda y mierda. No podía tener razón...

Maldita sea, no se lo podía estar siquiera planteando.

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Los Ángeles, California.

Louis, o como le decían todos, Tommo, era un tatuador de veintisiete años que fracasó en todas sus relaciones. Se suponía que a la tercera iba a la vencida. Se suponía que si lo dejaban era porque se sabía un capullo sin remedio. Llegaba tarde a las citas, no tenía detalles, mucho menos era romántico y se olvidaba de eso que consideraba una gilipollez; los aniversarios. Ni hablar ya de los «cumplemeses». Por todo eso, se suponía que no lo iban a dejar tras hablar con él porque sus prácticas en la cama eran peculiares. Nada le había herido más el orgullo que aquella afirmación de la que lo acusó su novia. Bueno, ya ex novia.

«Tommo, eres... un egoísta en la cama».

Sin más.

¡De locos! ¡De putos locos!

¡¿Él?! Él, que se bajaba al pilón en la primera noche y leía en malditos foros femeninos de internet cómo estimular correctamente el clítoris. Había hasta practicado con una puta uva. ¡¿Él?! ¡La egoísta era ella! Ni amor ni hostias. Él sólo le propuso nuevas posturas en la cama. Estaban en el siglo veintiuno, coño, ¡el problema lo tenía ella! ¿Qué había de malo en probar? Y, sobre todo, ¿con qué clase de cerrada de mente había estado saliendo los últimos seis meses? Le había dejado caer tras su propuesta que si también le iban los tíos... Todavía le dolía la cabeza de sólo recordar aquella estúpida discusión.

Y bueno, el resto evidentemente fue historia. Ahora volvía a estar soltero. Incomprendido y soltero.

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Aquí está de nuevo. Espero que les guste.

Historia corta +18.

María 🖤