Su vista estaba fija en el montón de cartas que llevaba en una mano. Facturas, facturas, una tarjeta para descuentos de un supermercado y más facturas. Resopló al entrar al estudio e hizo un sonido que pretendía ser un «buenos días» dirigido a Liam. Tras el mostrador este agitó una mano al ver a Tommo, quien soltó las cartas y bufó.
Odiaba los lunes.
—¿Mucho lío? —le preguntó Liam.
—No, solo estoy pensando en prenderle fuego al banco.
El otro rió.
—Técnicamente me acabas de hacer tu cómplice. Tendré que testificar en tu contra para librarme.
Tommo enarcó una ceja.
—Es verdad. Encima tengo mentalidad mediocre; lo quemo en vez de robarlo y terminar en alguna playa paradisíaca.
Liam volvió a reír. Era cuánto menos curioso que su jefe estuviera tan dicharachero por la mañana, sobre todo empezando la semana.
Ambos callaron cuando sonó el teléfono y Liam lo atendió, tomando a continuación la agenda mientras charlaba y apuntaba lo que parecía ser una cita. Al colgar alzó una ceja, divertido, y Tommo cuestionó con la mirada.
—Un príncipe Albert —canturreó el ayudante y cerró la agenda.
El tatuador disimuló una sonrisa al entender. También se estremeció.
—Qué valor...
—Pues deber-
—No me recuerdes que llevas uno —interrumpió e insistió en exagerar una mueca de disgusto. Incluso le señaló para que no siguiera hablando.
Liam elevó las palmas de las manos, riendo de nuevo cuando Tommo se estremeció.
Era una mañana tranquila, Tommo aún tenía que hacer unos pedidos y comprobar la cuenta del banco antes de que llegara su primer cliente. Liam, por el contrario, chequeaba que en breve tendría que comenzar a preparar su material.
El tatuador entró a la parte trasera del local y salió al cabo de un rato, con una conocida carpeta bajo el brazo. Liam se encontraba terminando de firmar una entrega.
—Liam —llamó cuando volvieron a estar solos—, quiero que llames a Harry. Te dio el número la otra vez, ¿no?
Lo soltó de corrido y su ayudante pestañeó un par de veces antes de asentir.
—Eh... sí, lo tengo. ¿Ya tienes el diseño? —Lo preguntó sabiendo que su jefe no había mencionado nada del mismo en la última semana. Tommo en cambio asintió, sacando una funda transparente con la hoja del dibujo—. Joder, ¡es increíble! —exclamó Liam al verlo. Le dio incluso un par de vueltas, asintiendo—. ¿Para cuándo?
El otro entonces suspiró, rascando su nuca mientras miraba de soslayo el diseño.
—¿Cuándo se le puede hacer un hueco?
Liam no tardó en alcanzar la agenda y pasar un par de hojas.
—Hm... Mañana después de comer... Depende del tiempo.
—Unas tres horas.
—Perfecto, lo ordenaré —dijo antes de tomar lápiz y goma, rehaciendo el horario de aquel día.
Tommo no supo qué pretendía disimular frente a Liam, así que se limitó a carraspear, cerrando de nuevo la carpeta.
—Vale, díselo y sino cuando vaya bien.
Pretendía sonar despreocupado.
Necesitaba sonar despreocupado.
—Está bien.

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PASSIONFRUIT
Fanfiction«Cariño, si lo que te gusta es dar por detrás, quizás deberías probarlo con un hombre. Tú también deberías probarlo, al menos así disfrutáis los dos». La prostituta le mandó un beso y guiñó un ojo antes de salir de la habitación de hotel. La jodida...