1. La noticia

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*Because Darling, I'm a nightmare dressed like a daydream. –Blank space (Taylor Swift)

Hacía mucho calor en la habitación, pero no quería abrir los ojos, quería seguir durmiendo. A veces me pregunto porque no sueño más seguido, si es tan apasionante soñar, salvo cuando tienes pesadillas. Es como un universo paralelo que crea nuestra mente solo para que nosotros lo disfrutemos. La mayoría son muy raros, aunque son mejores que la realidad de cualquier modo.

Miro mi despertador, recién eran las siete de la mañana, eso sí que era raro, sobre todo porque siempre suelo levantarme tarde, incluso a veces no escuchaba el despertador, o peor aún tenía que ir mi madre a despertarme.

Estaba justo a mitad de semana, ni lunes para comenzar todo de nuevo, ni viernes para por fin poder estar libre. De todas formas se notaba que sería un día muy raro, solo por el hecho de haberme levantado más temprano que de costumbre, como si mi subconsciente quisiera que estuviera preparada para algo importante. Lo presentía.

Baje a tomar desayuno, de la forma más natural posible (en pijama), y comencé a preparar las tostadas, mi madre y yo vivíamos solas en casa, mi padre había muerto, ese era un tema que con ayuda de mis abuelos hace tiempo habíamos superado. Empezó a salir olor a quemado, así que saque las tostadas. Cuando el desayuno estaba listo bajo mi madre.

A veces me parecía interesante el hecho de que mi madre y yo nos pareciéramos tanto. Los gestos, la cara, la forma de hablar, daba miedo, y hasta mis amigas lo decían, pero yo no lo había notado muy claramente hasta ahora, su forma de comer era idéntica a la mía, hasta la forma en que untaba la mantequilla, o yo era definitivamente su doble en versión mejorada, obvio. Lo negativo era que vivíamos peleando por todo, teníamos dos maneras muy diferentes de pensar respecto a la vida. Ella se preocupa de hasta el más mínimo detalle, yo solo dejo que todo fluya. Ese es mi lema de vida, y aprendí a optarlo cuando me di cuenta que las cosas no siempre salen como uno las planea, por más que te esmeres en que salgan bien y siempre estas propenso a llevarte una desilusión. En cambio, cuando no planeas nada la vida te sorprende con cosas nuevas a cada momento, lo que la hace más interesante. Y lo mismo opino de llevar reloj, todo pasa en cámara lenta cuando lo usas, por lo había dejado de usarlo hace tiempo.

Esta mañana mi madre se veía muy tranquila y serena, lo cual en cierto modo para mí era inquietante, esa no era una actitud normal, por lo que había que estar en cierto modo alerta, sobre todo con imprevistos.

-Hola, fue lo primero que se me ocurrió decir debido a que nunca comenzaba la conversación.

Parecía seguir un poco adormilada, así que empecé a prepárame una tostada.

- ¿Que hay para hoy? ¿Tú me llevaras al colegio?

Aun despistada me mira y se da media vuelta, definitivamente este iba a ser un día muy largo. Esta mujer sí que sabía ignorar, debía aprender de ella. Me estaba preocupando, si no me hablaba podía ser por dos razones. La primera es que aun tenga mucho sueño, pero lo dudo, ya que ella siempre se acuesta temprano, y la segunda, que esté pensando en cómo darme una noticia importante. Y si era lo segundo, lo único que me importaba es que fuera lo más directa y sincera conmigo. Así que me arme de valor y pregunte

- ¿Qué pasa?

Ella me miro con una cara de culpable que la delataba, ahora si estaba preocupada, ¿Qué habría hecho? La mayoría de las veces la catalogaba como una exagerada, se preocupaba mucho por mí. En un sentido lo encontraba tierno, y por el otro agotador. Cuando por fin respondió

-Escucha, como veras están terminándose las clases y tus abuelos se fueron de vacaciones a florida, y yo tengo mucho trabajo aquí...

Ay no, ay no la cosa se complicaba cada vez más. Es verdad que mi madre era periodista de una revista muy importante en la ciudad, por eso estaba siempre ocupada, pero esa no era razón para que se desasiera tan rápido de mí, así que corte

-Mira no quiero ser otra responsabilidad para ti, así que solo no te preocupes tanto por mí.

- No se trata de eso, responde con cara seria. Yo soy tu madre así que tú eres mi responsabilidad te guste o no. Además no puedes estar encerrada todo el verano en casa, así que he decidido preguntarle a tu primo, Ian, si te puede invitar a la casa del lago. Y su respuesta ha sido positiva, por lo que apenas termines con el colegio iras para allá, ya compre el pasaje en tren y no se habla más del tema.

Ella no entendía lo patético que sería ir, siendo que en ese estado todos eran muy ricos y creídos, yo no encajaba para nada. De seguro que mi primo se había visto obligado a aceptar la petición de mi madre. Aun recordaba nuestra inexistente relación cuando éramos niños. A pesar de ser de la misma edad él siempre estaba con sus juguetes caros, y nunca me dejaba tocarlos por miedo a que se rompan. Era un maldito, y por esa sola razón no le tenía mucha estima, y para colmo apenas tenía ropa de verano. Este verano sería un verdadero desastre, y solo yo saldría humillada. No podía evitar sentir demasiada vergüenza, pero por ahora, lo mejor sería olvidar el tema, total igual tendría que ir.

El día continuo tranquilo, sin moros en la costa. Después de tomar desayuno comencé a caminar hacia el colegio, vivía como a diez cuadras de este, pero siempre me llevaba mi madre. Pero esta mañana después de la pelea había salido sin dar aviso alguno, así que no tuve más remedio que irme caminando, lo cual me ayudo a pensar en lo sucedido. A veces me costaba comprender su forma de ser, podía ser muy complicada cuando se lo proponía, pero lo compensaba todo el cariño que sentía por ella.

Cuando llegue al colegio lo primero que hice fue dejar mi mochila en el pupitre. Había mucho bullicio y aun no llegaba el profesor ni mis amigas, así que empecé a revisar mi teléfono. A pesar de que yo no encontraba que tener teléfono fuera algo vital para mí, no me sentía para nada adicta, solo que debes en cuando ver las redes sociales me llamaba la atención.

No se cómo había llegado tan temprano, pero me sentía cansada, a pesar de que la rutina en el colegio últimamente era más relajada, ya que estamos a punto de salir de clases. El profesor llegaba siempre un poco atrasado y la mayoría de los alumnos faltaba a clase. Me puse a pensar en mi vida, lo que me parecía raro es que no lo hacía muy seguido. Pensar en todo, es decir en mi futuro, lo que me queda por delante. Me encontraba extraña a mí misma porque un adolescente normal a los quince años no se preocuparía por su futuro, pero para mí si era un tema importante. Siempre pensaba en los problemas que tenía, pero no en todo lo positivo que me pasaba.

Cuando por fin toco el último timbre llego el profesor, minutos después vi llegar a Bea atrasada. Ella era mi mejor amiga, desde que tenía uso de conciencia, era muy diferente a mí en su forma de ser, pero a la vez nuestro espíritu era idéntico. Las dos teníamos altos y bajos, virtudes y defectos. Ella era perfecta a su manera y sin darse cuenta, eso la hacía más interesante y divertida. Además que estar con ella significaba para mí olvidarme de todos mis problemas y entrar en un mundo de soluciones. Eso sí, era una loca sin remedio, la iba a extrañar en verano.

La clase se tornaba cada vez más aburridas, al igual que todas las que asistí, y de pronto ya era el último día. Todo se venía demasiado rápido, el tiempo no para cuando tropiezas, todo sigue. Me negaba a hacer mi bolso, una parte de mi lo encontraba una experiencia nueva, el resto prefería quedarse en casa. Pero no podía detener el tiempo y de pronto me encontraba arreglando mi mochila, esperando que suena el último timbre. Es impresionante como un timbre puede terminar tantas cosas. Un año escolar, para algunos es el fin de la escuela y para otros es el fin del sufrimiento. Para mí era el comienzo de algo nuevo, nunca había estado tan ansiosa por oír el timbre del colegio, pero es que estaba aburrida de la rutina. Y aunque hubiera preferido pasar el verano en casa, tenía expectativas. Ya me había despedido de Bea y en un rato más partiría mi bus y tendría que despedirme de mi madre y dejar atrás todos los rencores por la decisión que tomo. Solo que aún no estaba preparada.

Un verano de locosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora