¿Y si la vida es un sueño y la muerte nos despierta?
Definitivamente parecía que había muerto, y vuelto a resucitar. Tenía un dolor de cabeza impresionante, que no se me pasaría ni con una caja completa de aspirinas. ¿Qué había hecho anoche? Yo no era de esas que andaba así, emborrachándose por cualquier parte y bailando con chicos. Ese no era para nada mi estilo. En fin, más allá de eso no recordaba nada, salvo la presencia de Fred, y del cretino de Chris, que no hacía nada más que molestarme. ¿Porque no se preocupaba mejor por sí mismo? Ya tenía suficiente con todos mis problemas como para añadir otro a la lista.
Estaba tendida en la cama, amaba esos días en que sabía que podía quedarme en la cama hasta tarde, sin obligaciones, disfrutando de unos de los mejores placeres de la vida: dormir. Pero como si no fuera suficiente ya con mi dolor de cabeza, oigo a lo lejos unas risas estruendosas acercándose a mi habitación. Me di la vuelta y me hice la dormida, así nadie se atrevería a molestarme. Nota mental: Para la próxima cerrar la puerta con llave. Ayer, gracias a mi borrachera se me había olvidado cerrarla y la había dejado entreabierta. Entonces oigo la clara voz de mi primo:
-Ya te lo he dicho hermano, desde que llego ayer todo lo que ha hecho es dormir, no se ha levantado ni a tomar desayuno, y su puerta ha estado todo el rato así, entreabierta. Así que deja de preocuparte. Debe tener una resaca de los mil demonios, déjala dormir.
Y por fin le encontraba la razón en algo a mi primo, mejor sería que me dejaran dormir.
- No se Ian, no me convence, ya son las tres de la tarde y no ha dado señal alguna de vida y anoche se fue temprano, quizá no está aquí y se fue a casa de ese desgraciado.
Me quede completamente quieta, ni un musculo de mi cuerpo se movía y a juzgar por mi comportamiento tampoco estaba respirando. La voz que acababa de oír era la del mismísimo Chris. No sé por qué, pero su preocupación hacia mí me conmovió, aunque la mayoría de las veces parecía agotadora. Un momento ¿Eran las tres de la tarde? No podía creerlo, primera vez que me levantaba tan tarde en toda mi vida, había batido el record. Entonces vuelvo a oír su voz:
- Enserio Ian, estoy preocupado, ¿Qué tal si se intoxicó? Anoche tomo demasiado, y estaba muy ebria, necesito comprobar que está bien.
- De acuerdo hermano, entra, pero que no se dé cuenta, tu sabes cómo son las mujeres, y en especial ella, se ponen histéricas por todo, y no quiero que después se las agarre conmigo. Así que comprueba que está respirando y luego te vas. Te estaré esperando en la cocina, tengo un hambre que me mata.
Mi corazón dejo de latir, ¿Qué se suponía que iba a hacer Chris? Sin previo aviso sentí pasos al interior de mi habitación, y volví a ponerme en plan dormida. Luego sentí su respiración muy cerca de mi oreja. Se me estaba volviendo difícil no moverme, fue entonces cuando comenzó a acariciar con su mano una de mis mejillas. No sé si fue por asombro, o por imprevisto, pero de mi boca salió un suspiro. Por suerte no había abierto los ojos, o estaría bien perdida.
Seguía acariciándome la mejilla, y aunque me sentía como una mentirosa por dentro y sobre todo que me estaba contando algo que no debería escuchar, estaba muy a gusto, así que seguí con mi papel. Y me dispuse a escuchar lo que decía
- Aunque a veces me saques de mis casillas, tengo que admitir que me gustas.
Ay dios, esto se estaba volviendo bastante incómodo, y por suerte se oyó un grito proveniente de la cocina.
- Cris, ¡ven a ayudarme a la cocina!
Eso hizo que se rompiera todo el hechizo, y luego oí unos pasos a través de mi habitación y un leve cierre de la puerta. Menudo primer día con resaca.
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Un verano de locos
Novela JuvenilLa vida de una adolescente puede ser difícil, y mucho mas cuando la vida te juega malas pasadas, pero lo que no sabemos es que las malas pasadas pueden terminar siendo buenas, en especial si quien es parte de ellas quiere formar parte de tu vida ¿Se...