*So used to being used.
–The Weeknd (Earned it)
Solo me separe unos minutos de Fred para ir al baño y ya tenía a Chris pegado a la espalda.
- ¿Qué haces? Me pregunta, parecía enojado.
- Lo que quiero, respondo, y me doy vuelta para mirarlo con una sonrisa en los labios. Definitivamente esa no era yo. Era el alcohol asiendo presencia.
- Bueno, entonces yo también hare lo que quiera. Y dicho eso se marchó dejándome sola en la fila de los baños, con un gran nudo en la garganta. Esto se pondría difícil.
Después de salir del baño, me dirigí al sector de los sillones. Como no Fred seguía ahí tirado en todo el sillón. Con la expresión de muerto. Entonces me acerco a él.
- Deberíamos irnos, no quiero tener problemas con los chicos, le digo.
- ¿Porque? Si lo estamos pasando de maravilla, responde mirándome serio. Además, ¿Por qué tardaste tanto en el baño? ¿Estabas en el baño verdad?
- ¿Dónde más estaría?, respondo un poco harta de su poca fe. Entonces veo a Chris con una chica, una morena de ojos verdes muy parecida a mí. Y estaban bailando, de pronto me hicieron eco sus palabras. Con que a esto se refería. Si esas eran las reglas del juego, yo también quería jugar.
- Fred, ¿Quieres bailar?
- ¿De nuevo? Pregunta un poco desmotivado
- Bueno, si no quieres le pido a alguien más, apuesto a que más de uno acepta, respondo alejándome de forma casual un poco planificada. Entonces me toma el antebrazo, sabía que si decía eso funcionaría.
- Nunca dije que no, responde serio. Además, ¿Quién mejor bailarín que yo? Sonríe de lado. En eso tenía razón, era muy buen bailarín.
Nos fuimos acercando a la pista de baile, hasta que sin querer quede a unos metros de Chris para vigilarlo. Ni lo suficientemente cerca para que Fred se entere, ni tan lejos como para perder a Chris de vista, el punto perfecto.
Daba las gracias de que Fred estuviera tan borracho, así no se daba cuenta de la presencia de Chris, y no se enteraría de que lo estaba usando un poquito. Mientras miraba a mi contrincante, me di cuenta de que era muy bonita, y Chris no parecía darse cuenta de mi presencia, así que de pronto estaba un poco deprimida. Pero entonces el talento para bailar hasta entonces oculto por el alcohol de Fred, empezó a salir a la luz. Y eso basto para que Chris no despegara la vista de mí. En fin, nunca había estado tan necesitada de atención.
Entonces eso hizo que recordara una conversación que había tenido con Bea hace mucho tiempo. En el tiempo en que nos veíamos seguido, hablábamos y pasábamos mucho tiempo juntas. Eran los viejos tiempos, en que ella me conto un día sobre el famoso paradigma de la llave maestra, y este decía así: "Una llave que abre varias cerraduras es una llave maestra, digna de aprecio. Mientras que una puerta que puede ser abierta con varias llaves diferentes no sirve de nada."
Gracias a eso y el recuerdo de Bea, decidí volver a la casa de mis tíos, que ahora debería comenzar llamando hogar, porque mucho tiempo faltaba aun para volver a mi verdadera casa y volver a ver a mi madre. De repente un sentimiento fugaz se apodero de mi mente y alma, la nostalgia. Nostalgia de no saber nada de mi madre ni de Bea, y no recibir ninguna llamada por parte de ellas. Supongo que de momento no me había dado cuenta, porque estaba muy ocupada. Pero ahí, bailando con un Fred borracho y un Chris jugando a que se yo que juego, me sentía sola. Muy sola. Era como si a pesar de estar con mucha gente a mí alrededor, en realidad no tenía a nadie de verdad, que viera a través de mi coraza lo que me pasaba. Pero no los culpo, y a pesar de ser Fred muy simpático, sentía que en el fondo como si el solo fuera de esos amigos para pasar el rato. Y al parecer, nuestro rato se estaba acabando.
-Me voy Fred, estoy cansada. Opte por decirle para tomar mis cosas que estaban desparramadas en el sillón, las cuales no eran muchas. Solo mi teléfono y mi cartera con el dinero suficiente para un taxi. Y como no, se despidió educadamente y en mi ausencia cambio de compañera de baile, para seguir riendo y divirtiéndose.
En esos momentos, en los que me encontraba mirando hacia el exterior con mi actitud de estar en otro planeta, era cuando pensaba en todo. Absolutamente todo lo que mi mente lograba apreciar. Y a veces llegaba a la conclusión de que no me gustaba pensar. Todo se volvía mucho más fácil cuando no lo hacía, pero en el fondo siempre volvía a caer. Mi mente siempre me llevaba al mismo lugar. Quizá era mi tendencia desenfrenada a pensar en algo negativo, que ya formaba parte de mi ADN, o simplemente manías mías. Pero parecía que hiperanalizar situaciones era lo mío, así que hice lo propio con lo que acababa de vivir. Y termine llegando a una conclusión muy parecida a todas las anteriores, extrañaba a mama y a Bea. Pero sabía que no podía hacer nada al respecto, porque escribirles o llamarlas no cambiaría en nada la situación, y probablemente agravaría mi reciente nostalgia. Por lo que me decidí a ponerme pijama, y acostarme.
Por último, mi mente me llevo a pensar en la frase favorita de mi madre, que provenía de la película Nanny McPhee y decía así "Cuando me necesites aunque no me quieras estaré, pero cuando me quieras y ya no me necesites, entonces me marcharé". Sin duda eso me hizo darme cuenta de que no quería por nada en el mundo que mi madre algún día se fuera, y que de ser necesario tendría que hacerle entender que la necesitaré todos los días de mi vida.
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Un verano de locos
Fiksi RemajaLa vida de una adolescente puede ser difícil, y mucho mas cuando la vida te juega malas pasadas, pero lo que no sabemos es que las malas pasadas pueden terminar siendo buenas, en especial si quien es parte de ellas quiere formar parte de tu vida ¿Se...