8. De uno a otro

34 3 0
                                    


* Mirando a la nada, pensando en todo.

Pasados dos minutos me encuentro a mí misma corriendo despavorida por el pasillo y dejando a Fred intrigado en el camino, pues no había tenido tiempo para explicarle lo que pasaba.

Entonces lo encuentro apoyado en una de las ventanas del pasillo con los ojos sombríos mirando hacia afuera. O estaba haciendo caso omiso a mi presencia o me ignoraba, una de dos. De todas formas ninguna de las dos alternativas me gustaba, así que me acerque lentamente hacia el hasta estar lo suficientemente cerca como para poner mi mano en su espalda. Seguía sin moverse, solo que ahora miraba el suelo, y había exhalado fuertemente mientras cerraba los ojos. Como ninguno de los dos decía nada, decido comenzar la conversación.

- Hola, no te vi entrar. Le digo a Chris de la forma más pausada.

- ¿Enserio? Responde irónicamente, y frunciendo una mueca, ¿Entonces porque estás aquí? Pregunta, y esta vez me mira directamente a los ojos.

Touché, lo que decía era cierto, pero de todas formas tenía que arreglar la situación así que añado

- Porque vi la forma repulsiva en que salías, respondo. Entonces nos rodea un silencio, que solo finaliza cuando el añade

- ¿Sabes? Tengo que admitir que me gustas, y bastante, porque te encuentro diferente a las demás, incluso, aunque admito ser cerrado con mis sentimientos, te estoy confesando que me gustas y jamás pensé contarle eso a una chica que acabara de conocer. Supongo que algo en ti me dice que eres de fiar. Pero hoy llego a casa de mi amigo, y al preguntar por ti lo primero que me dice es que estas con un amigo, y luego te veo salir corriendo a tu habitación. Ahora me doy cuenta que eres igual a las demás, estabas conmigo, y ahora en los brazos de otro.

- Eso no es verdad, me limito a contestar, mirándolo y tratando de mantener el peso de su mirada, que esta vez era sombría y revelaba desilusión. Entonces hago un gesto típico de mí levantando y bajando los hombros en signo de despreocupación. Cuando repentinamente me toma los antebrazos y me estampa contra la pared.

- ¿Que no es verdad? ¡¿Qué no es verdad?! Quiero oír tu versión, quiero saber porque estabas ahí, y enserio, quiero creérmelo, porque me gustas mucho como para dejarte en paz solo por un mal entendido, y espero que eso sea lo que haya sido, porque no soportaría que estés con otro después de pasar toda la noche conmigo.

No sabía que decir, era muy raro para mí que se halla confesado y admitiera que le gustaba, pero por sobre todo no podía concéntrame si me tomaba por los antebrazos y me aplastaba contra la pared, eso le haría perder la concentración a cualquiera. Entonces, disfrutando el momento decido cerrar un poco los ojos, y no me malinterpreten, igual se debía al cansancio, cuando siento su aliento en mi cuello.

- Sam, dime que solo es un amigo tuyo, por favor. Me estaba suplicando, esto se volvía cada vez más interesante.

- ¿Y que pasa si no lo es? Respondo con una sonrisa maliciosa, y le paso las manos por el cuello.

- Total soy igual a las demás, ¿Verdad? Entonces piensa que harían las demás, y podrás contestar tu solito la respuesta.

Entrecierra los ojos cuando empiezo a pasar los dedos por su pelo, era tan tierno, pero dolió cuando dijo que era igual a las demás, así que era hora de ponerlo en su lugar y hacerlo sufrir un poco, para que aprenda la lección, ya que todas las mujeres somos auténticas, y eso él debería saberlo.

- Solo respóndeme, dice por lo bajo. Entonces me apiado y respondo

- Emm, bueno. El chico que viste en mi habitación era Fred, quien aunque no me creas es un amigo mio, lo conoci en el tren que me trajo, y estaba aquí porque vive a unas cuadras y me mandó un mensaje diciendo que estaba afuera, entonces no he tenido más remedio que hacerlo pasar, porque no le iba a cerrar la puerta en las narices.

- ¿Y acaso a él le das tu número y a mí no? Me toma por la cintura y me apoya en el marco de la ventana.

- Bueno, que yo sepa tu no me los haz pedido, contesto con una sonrisa. Y no soy como las demás en ese aspecto, porque no ando por los aires lanzando mi número, para que cualquiera lo tenga, en ese momento me mira sonriente.

- El problema está en que yo no soy cualquiera, responde para luego comenzar tomando mechones de mi cabello.

- Ahh, ¿Enserio? ¿Pues en ese caso quién eres? Pregunto fingiendo inocencia.

- No sé, eso dímelo tú, ¿Quién soy yo para ti? Y esta vez ya no estábamos jugando, lo preguntaba enserio.

- Bueeeno, eres un chico que encuentro muy lindo, susurro a un lado de su oreja, apuesto, susurro al otro lado, y tierno, entonces le doy un beso en la mejilla.

- Toma entonces con las manos mi cara, ¿Por qué no admites que te gusto? Me observa intrigado

- No sé, respondo, ¿Me gustas? Lo vuelvo a mirar dudosa

- No juegues conmigo, sabes que te gusto, la cuestión es porque te cuesta tanto admitirlo. Quizá crees que te voy a rechazar.

- La verdad es que no, respondo, sé que te gusto lo suficiente como para saber que no me rechazarías, y además soy lo suficientemente segura de mi misma. Solo que me cuesta fiarme de ti. Quizá es esa aura de engreído y misterioso chico malo que tienes.

- ¿Yo? ¿Chico malo? Esas son puras escusas, y te lo voy a demostrar.

Entonces junta lo suficiente nuestras caras como para que nuestros labios se encuentren, mientras me aplasta más aun contra la ventana, la que después de un rato empieza a empañarse. Cuando de repente una piedra choca contra la ventana, y hace que ambos saltemos del susto. Miramos al exterior y nos encontramos con nada más ni nada menos que todos los amigos de Chris, quienes nos miraban con expresión divertida desde el patio. Mientras yo en mi interior me moría de vergüenza y los miraba de vuelta con cara de pocos amigos, y además observaba a Chris, que tenía expresión preocupada.

-¿Que hacemos ahora? Pregunto

- No podemos hacer nada, no van a creer ninguna explicación que les demos, y el más enfadado va a ser tu primo, porque me advirtió que no me metiera contigo, responde.

Era de esperarse, a mi primo no le gustaba que me relacionara con nadie que fuera parte de su círculo, aunque no lograba comprender sus motivos. En ese momento me acuerdo que Fred sigue en mi habitación. Y le digo a Chris

-Iré a mi habitación a ver qué pasa con Fred, y explicarle el mal entendido.

- Okey, responde. No te tardes, quiero que bajes y conozcas al resto de los chicos.

-Quizá a mi primo le moleste, respondo tratando de hacerle entrar en razón.

-A quién le importa lo que el piense, responde. Quiero que estés un rato conmigo.

Un verano de locosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora