Capítulo 4

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Varios días después, Legolas vio que el agua de la fuente empezaba a volver a la normalidad. Se tomó un momento para pensar. La persona que hizo esto ha parado al fin. Pero la gran pregunta es de quién se trataba. Legolas estaba seguro de que lo había hecho alguien del reino a pesar de que Linden le había dicho que habían vuelto a encontrar huellas el día anterior.

Los elfos de Redwood no podrían atravesar el muro que rodeaba el palacio. Después de que una bruja malvada y su ejército de orcos sitiaran el palacio hacía cien años, Thranduil había ordenado construirlo.

Hecho de mármol, era alto y fuerte. Solo tenía dos puertas: la mayor, con una puerta de hierro en el patio frontal y otra más pequeña que llevaba del jardín trasero al arroyo, el lugar favorito de Legolas. Ambas puertas estaban muy bien vigiladas y nadie podía entrar sin permiso. No había forma de que los elfos de Redwood manipularan el agua, pues la fuente estaba justo en el palacio.

No. Es alguien de los nuestros, ¡estoy seguro! Legolas ya sospechaba de alguien, pero tenía que asegurarse antes de informar al rey. Las acusaciones deben basarse en pruebas, no solo en teorías e intuición.

Desde lejos observaba al príncipe heredero del Bosque Negro de pie, a solas en la fuente

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Desde lejos observaba al príncipe heredero del Bosque Negro de pie, a solas en la fuente. Entonces entrecerró los ojos. Has ganado la primera ronda, mi príncipe. No pensé que fueras tan inteligente. Pero ten cuidado. No he planeado todo esto para nada. He esperado mucho tiempo y ahora me has hecho ponerme serio. La línea de Thranduil de los Sindarin caerá y el Bosque Negro será mío. Volverá a manos de la verdadera sangre de los Silvanos... a donde pertenece.

Lord Cayel, el noble elfo de Redwood, y que estaba muy lejos en la línea al trono del pequeño reino, sonrió, mezquino. El próximo paso de su plan estaba en marcha y por fin se vengaría tras 5000 años de espera.

"¡Me muero por ver la reacción de Legolas cuando reciba esta carta de Nara!" –exclamó Elrohir mientras les mostraba a sus hermanos dicho paquete

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"¡Me muero por ver la reacción de Legolas cuando reciba esta carta de Nara!" –exclamó Elrohir mientras les mostraba a sus hermanos dicho paquete.

"¡Ponla otra vez en tu bolsa, idiota! –se quejó Elladan-. ¿Quieres ver su reacción si pierdes la carta de su amada?"

"¡No seas aguafiestas! –Elrohir le hizo una mueca y luego hizo el amago de quitarle el envoltorio-. Me pregunto qué pondrá aquí..."

"¡¡¡Elrohir, no!!! –gritó Aragorn, quitándole la carta de las manos-. ¡Eres un tonto! ¡El contenido solo es para Legolas!"

Elrohir se echó a reír con una mano en el estómago al ver cómo lo miraban sus hermanos.

"¡Deberían verse las caras! ¡Solo bromeaba! ¡Nunca querría ver esas cursilerías! ¡Sigo cuerdo!"

Aragorn guardó la carta en su macuto e intercambió miradas con Elladan justo antes de avanzar a la vez hacia su hermano, que seguía riéndose como una maldita hiena. Elrohir dejó de reírse al instante cuando lo sujetaron de brazos y piernas y lo llevaron hacia el arroyo que quedaba cerca de su campamento.

"¡Hey, soltadme! Como me lancéis ahí..." –Elrohir se retorció, intentando liberarse.

Sus hermanos lo ignoraron y se sonrieron.

"A la de dos –le dijo Elladan a Aragorn mientras balanceaban a Elrohir entre ellos-. Uno. ¡Dos!"

Elrohir cayó al agua con una gran salpicadura y Aragorn y Elladan chocaron las manos, felicitándose antes de reírse a carcajadas. Elrohir salió a la superficie, tosiendo y maldiciendo.

"¡El agua está fría!"

"Sí, lo sabemos" –respondió Elladan, ya dándole la espalda para sacar su manta para dormir.

Riéndose, Aragorn lo llamó.

"Espero que trajeras ropa extra, Ro. Deberías cambiarte antes de que cojas un resfriado."

"Los elfos no cogen resfriados, humano –gruñó Elrohir, trepando a la orilla-. De hecho la traje, y un par de botas. ¡Pero deberías habérmelo preguntado antes de lanzarme al agua!"

Elladan y Aragorn se echaron a reír y empezaron a encender el fuego.

Los tres hermanos de Rivendel iban a cumplir un pedido para su padre, o más bien para Gandalf el Gris. El mago le había pedido a Elrond que sus hijos le ayudaran a buscar a la criatura Gollum, pues creía que había sido liberado por los secuaces de Sauron. Gandalf pensaba que tenía la respuesta a varias preguntas sobre el renacimiento de las Fuerzas Oscuras.

Los hermanos pensaban visitar a su mejor amigo en el Bosque Negro antes de dedicarse por completo a la misión, pues Narasene, la novia de Legolas, les había pedido que entregaran una carta.

"Solo quiero decirle que estoy bien" –les había dicho cuando les dio la carta justo antes de que partieran.

"Aquí hay demasiadas palabras como para decir solo eso –la molestó Elrohir-. ¡Mira esto! ¡¡Es tan gruesa!!"

Narasene se había sonrojado y Elladan le había dado un golpe en la cabeza a su hermano.

"¡Eres incorregible!"

"¡Pero solo dije la verdad! –gritó Elrohir, intentando defenderse-. Sé que le envía mensajes todas las semanas con Hawkeye, el fiel 'sirviente' de Legolas."

"No creo que Hawkeye aprecie que lo llames así, Ro. ¡Es la mascota real del Bosque Negro!"

Aragorn se rio cuando Elladan arrastró a su gemelo para que no avergonzara más a Narasene. Después de eso habían viajado todo el día, y al atardecer decidieron acampar en el bosque, cerca del arroyo.

"Sí, ríanse. Me vengaré por esto" –gruñía Elrohir mientras se quitaba la ropa mojada.

De repente le brillaron los ojos al mirar a Elladan y Aragorn, que todavía estaban arrodillados al lado de la hoguera, añadiendo ramas para alimentar el fuego.

Sin previo aviso, la túnica mojada de Elrohir golpeó a Elladan en la cara, mientras que sus pantalones aterrizaron en la cabeza de Aragorn. Ambos se pusieron en pie de golpe y volvieron a sujetar a su hermano. La sonrisa de Elrohir se transformó en una mueca de horror al ver lo que iban a hacerle.

Elladan le inmovilizó los brazos por encima de la cabeza y Aragorn se sentó sobre su estómago, sonriendo mientras cogía una brizna de hierba y la blandía ante el elfo indefenso. Elrohir abrió los ojos como platos.

"¡No! ¡No te atrevas! ¡¡¡Aie!!! ¡Ja, ja, ja! ¡Para! ¡Te lo suplico! ¡Ja, ja! ¡Vamos, chicos! ¡¡Eso hace cosquillas!! ¡Tened piedad de mí! ¡¡Aieeeee!!"

Pero Aragorn no le hizo caso y siguió frotando el pedazo de hierba por sus costillas, el punto débil de Elrohir, mientras que Elladan se reía, divertido. Solo cuando Elrohir empezaba a cansarse de tanto reír, lo dejaron ir.

"Eso fue muy cruel" –dijo, tendido de espaldas y con los ojos cerrados.

"Te está bien empleado. ¿Vas a volver a lanzarnos tu ropa sucia en la cara?" –preguntó Elladan mientras lo ayudaba a sentarse y le alcanzaba una túnica seca.

Su gemelo arqueó las cejas.

"Si prometo que no, ¿me creerías?"

Elladan se rio y le revolvió el pelo.

"¡De verdad que eres incorregible! ¡Y ahora vete a dormir! Haré la primera guardia."

Jejeje Un poco de diversión antes del infierno XD Ya en el próximo capítulo tendremos acción de la buena

Tormenta en el ReinoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora