4.

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El castaño se encontraba sentado sobre las piernas del demonio.

Dipper sonreía tontamente mientras reposaba su cabeza en su hombro y jugaba con los rubios cabellos de Bill, el cual mantenía una mano rodeando al menor por la cintura y la otra reposando sobre los muslos de este, mientras conversaba con el albino.

—Entonces, ¿cuál es el informe de esta semana, pequeñín?

—Hemos capturado pocos pueblerinos Bill —decía algo nervioso mientras hacia todo lo posible por no mirar al menor de los Pines en la posición tan comprometedora en la que se hallaba—. Pero ha sido difícil, los que estaban solos han caído, hay una resistencia formándose con los que faltan y no hemos sido capaces de localizar su base.

—¿Y qué esperan? —Cuestionó con agresividad.

—No es tan sencillo, tienen a Fiddleford ayudándolos —explico el chico—, creemos que ha estado usando tecnología de Stanford para esconderse.

—Manden a los Eyes-Bats a revisar cada rincón del pueblo y quiero que ustedes —señaló a sus secuaces—, busquen también, necesito capturar a todos los habitantes de este pueblo antes de proseguir con la siguiente fase.

—¿Para que los necesita capturar? —Preguntó Pyronica de mala manera—, ¿no podemos iniciar la fase 2 de una vez?

—No —le contestó con fastidió el rubio—, cualquiera de esos pueblerinos podría intentar liberar a alguno de los Pines y arruinar la fase dos.

—El chico también podría arruinar la fase dos —masculló por lo bajo.

—Ten cuidado con lo que dices —habló Bill mientras le sonreía cínicamente—, te lo perdoné una vez, no correrás con la misma suerte la próxima.

—Sí, señor.

—Ahora, todos salgan a buscar —los monstruos salieron rápido de la pirámide de Bill.

—Bill, ¿puedo hacerle una pregunta a Dipper? —Preguntó el albino, sin retirarse.

El castaño se sorprendió de que Gideon siguiera ahí y más aún que se quisiera hablar con él, nunca nadie que no fuera Bill hablaba con él, principalmente porque los monstruos lo ignoraban o temían decirle algo que enojará al rubio, pero no le extrañó que le pidiera permiso a Bill para dirigirse a él, después de todo el rubio lo protegía mucho y no permitía que nadie le faltará al respeto.

El rubio miró al castaño que seguía con la cabeza en su hombro, esperando por una respuesta, Dipper simplemente asintió, curioso de la pregunta del chico.

—¿Qué es? —dijo el rubio, hablando por Dipper.

—No es por ser impertinente, pero... ¿y tu hermana? —preguntó nervioso—, digo, no la he visto desde que empezó el Weirdmageddon, pensaba que estaba con ustedes.

Dipper rodeó el cuello del rubio con sus brazos y lo abrazo con fuerza, escondiendo su rostro en el cuello del rubio, escuchar de su hermana era lo último que quería hacer en esos momentos.

A Bill le llamó la atención el gesto del castaño y lo acercó más a él con la mano que tenía en su cintura.

Fue ahí cuando tuvo una idea.

—Su hermana esta indispuesta en estos momentos —explicó el demonio con una actitud desinteresada—, se encuentra en una habitación especial arriba de los calabozos, donde tiene todo lo que necesita, cuando lo necesita y más, simplemente no puede salir hasta que piense en lo que ha hecho.

—¿Entonces es un prisionero también?

—Yo la llamaría una invitada castigada —continuó el rubio—, cuando piense en lo que ha hecho tal vez consiga salir, nada la detiene más que una puerta mágica así que todo depende de su comportamiento hacia Dipper.

Loving The Devil. [Billdip]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora