7.

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«El hecho de saber que mi tío Ford y Bill se conocían antes me dejaba algo inquieto, especialmente por la manera en que mi tío se refería del rubio... refiriéndose a él como su Musa.

Me hacía sentir incómodo y hasta tal vez hasta algo inseguro. Y sí, era perfectamente consciente de que no hubo nada entre ellos, al menos lo dudaba mucho por la manera en la que Ford hablaba de los homosexuales... ¿y si Bill había tomado una forma femenina? "No, ya detente". Probablemente debería pedirle directamente una explicación al demonio.

Ahora mi tío parecía detestarlo gravemente, de hecho todo el mundo parecía detestarlo... incluso ahora planeaban crear una barrera anti-Bill, lo cual era malo, muy malo si es que quería seguir teniendo citas con él... cosa que quería bastante.

Pero sin dudarlo, el lugar que más me ponía los nervios de punta en esos momentos era el estudio privado de mi tío, un lugar cubierto de polvo, libros, pergaminos y... mantas, un montón de mantas que cubrían gran parte de las paredes, y no podía negar que una curiosidad insaciable me dominaba al no tener ni la menor idea de lo que se hallaba tras aquellas mantas que ocultaban algo. Y algo respecto a eso me hacía sentir incómodo.

—Si no logramos proteger la cabaña de Bill, tendremos que proteger nuestras mentes —me dijo mi tío abuelo Ford.

De un cajón mi tío saco una especie de casco bastante extraño y una mirada de confusión dio paso a mi rostro. ¿Planeaba hacer lo que creía?

Dudoso me senté en donde mi tío me pidió y sin pensarlo mucho, me había puesto el casco sobre la cabeza que se suponía codificaría mis pensamientos impidiéndole el paso al demonio, pero debía evitar eso, sólo porque el demonio entraba a mis pensamientos era que podíamos vernos... y definitivamente quería seguir viéndolo.

Tendría que evitar que la codificación se complete, pero tenía que ser en un momento que Ford se descuidará para encargarme de eso... y también debía sabotear la protección de la cabaña si es que Mabel lograba conseguir el pelo de unicornio.

Esperaba plenamente que no lo hiciera.

Los pensamientos no me dejaban en paz, pensamientos que giraban en torno al demonio como de costumbre, mientras mi tío configuraba un par de cosas en la computadora gigante detrás de mí, pero algo me dejaba un mal sabor de boca.

Dirigí mi mirada a un par de carpetas cuando una llamo mi atención y decidí tomarla, tenía el apellido del ¿demonio? No estaba realmente seguro de si eso es lo que era Bill, pero no pude evitar abrirla al notar ­­al abrir la carpeta sólo soy capaz de encontrarme con algunas fotos con el clásico símbolo del rubio...

—Em... ¿qué es Bill exactamente? —pregunté inseguro, aunque tal vez lo mejor sería preguntarle al rubio directamente.

Su tío definitivamente debía saber más cosas acerca de Bill que él, eso no ayudaba al sentimiento de inseguridad que tenía; su tío era muchísimo más inteligente que él, a Bill le sería más útil reconciliarse con Ford que seguir hablando conmigo... o tal vez sólo hablaba conmigo porque ya no podía hablar con Ford...

Odiaba ese sentimiento de poder ser reemplazado.

Pero, debí admitir que la otra parte de mí, tenía curiosidad que me hacía querer preguntar acerca de él.

Ese sentimiento de inseguridad rápidamente se transformó en uno de posesión... no podía permitir que Ford supiera más sobre Bill que yo.

—Nadie sabe con certeza —me contestó mi tío—, sabemos que es más viejo que nuestra galaxia, y que sin una forma física sólo es capaz de mostrarse a través de nuestros pensamientos... en algo llamado el Mindscape.

Loving The Devil. [Billdip]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora