12.

3.7K 441 111
                                    

Los intensos gritos fuera de la habitación hicieron al castaño despertar.

Podía escuchar la voz de Bill gritándole a los demás un sinfín de cosas a las que no les encontraba sentido, pero lo que sí le quedaba claro era que estaba en un tono más que agresivo.

A Dipper no le sorprendió que tratará de esa forma a sus sirvientes, no era ninguna novedad que podían ser unos incompetentes cuando se lo proponían.

El chico se estiró, sintiendo la cama debajo de él, era la más cómoda en la que alguna vez había estado, Bill realmente se dedicaba a darle lo mejor, después de unos momentos se sentó en la cama.

—¡Si no consiguen una solución a esto antes de que Pino se despierte, estarán más que muertos! —el demonio les gritó enfurecido.

Y algo le decía al menor que sus sirvientes estaban perdidos.

Bill entró furioso a la habitación, y al ver al castaño frotarse los ojos con el sueño aun en su cuerpo, su cabello rojo volvió a su color natural.

El más pequeño se encontraba junto a sus tigres como de costumbre, quienes dormían acompañándolo.

—¿Está todo en orden? —le preguntó antes de soltar un bostezo.

El rubio no contestó y simplemente se sentó en la cama, viendo el libro que leía la noche anterior mientras esperaba que el menor se durmiera.

—¿Bill? —habló nuevamente.

Tomando el libro en sus manos soltó un grito de frustración lanzando el libro lejos de ellos.

Dipper miró al demonio antes de arrastrarse a la orilla de la cama donde este se encontraba, para hincarse a sus espaldas, sin dudarlo demasiado pasó sus brazos por la cintura del rubio, antes de besar delicadamente su cuello un par de veces, en un intento de apaciguar a Bill.

Quien no pudo evitar que esa acción provocara que su rabia disminuyera al igual que su estrés.

Ese humano sabía bastante bien cómo hacerlo sentir mejor.

—¿Puedes decirme qué pasó? —preguntó suavemente, aún con sus brazos en la cintura del mayor.

Bill suspiró quitando las manos del menor de encima suyo para girarse y poder verlo a los ojos.

Su mirada seria iba a la par con el tono con el que habló.

—Necesitaremos la tonta ayuda de tu tío para esto.

[...]

Mientras Mabel entregaba las invitaciones para nuestra fiesta de cumpleaños, yo me encontraba en una misión con Ford.

Me sentía incómodo a su alrededor y no estaba seguro de si se debía a la vaga emoción de ir en mi primera misión con él o si por el contrario se debía a la ansiedad que me generaba la idea de pasar tiempo con él. Después de todo, aún no estaba seguro de como sentirme con respecto a él y todo el asunto de... sus opiniones conservadoras, además de que todavía no me sentía cómodo con la idea de que en un punto fue amigo de Bill.

Sin embargo, ahí estaba junto al autor de los diarios, mi supuesto ídolo.

Habíamos ido a una antigua nave espacial donde, mi tío había dicho que conseguiríamos un pegamento especial para la grieta que necesitaba reparar. Finalmente fue por eso que me decidí por acompañarlo, independientemente de todo lo que había pasado, de todo lo que me había dicho al compartir su hiriente opinión sobre personas como yo, aun tenía que sabotear sus planes para complacer a Bill, y sólo podría sabotear a la perfección su plan desde está posición.

Loving The Devil. [Billdip]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora